Enlace Judío México e Israel.- Inmediatamente después de que finalizó la Segunda Guerra Mundial en Europa Edgar J. Hoover, director del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés), ordenó a sus agentes en México que iniciaran una intensa pesquisa para localizar los dispositivos que usaron los espías nazis para elaborar microdots (micropuntos), el sistema para mandar información clasificada a Berlín.

JUAN ALBERTO CEDILLO PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Para localizar los aparatos, los agentes del Servicio Especial de Inteligencia para Latinoamérica solicitaron a diplomáticos de la Embajada de los Estados Unidos en México que se reunieran con los inspectores mexicanos del departamento de Investigaciones Políticas y Sociales (IPS), los responsables de investigar a los agentes del Tercer Reich.

Con ese objetivo, un diplomático de apellido Gradfey se entrevistó con los inspectores C. Amador y Lamberto Ortega, quienes siguieron todos los pasos de George Nicolaus, el jefe del espionaje alemán para Latinoamérica.

Posteriormente de la reunión, uno de los inspectores elaboró un reporte con la petición del diplomático estadounidense e informar al titular de IPS:

“Se nos indicó que el servicio de inteligencia de Washington no conoce esos aparatos; pero que, basándose en las deducciones de los técnicos en la materia, se ha hecho un diseño de su probable forma. Por esa razón, las autoridades norteamericanas consideran que sería sumamente importante tratar de localizar el o los aparatos que puedan encontrarse en México; sospechándose que los tenga ocultos Joachim Ruge quien, según las declaraciones de Nicolaus, fue el que los recibió y preparaba los micropuntos enviados de México”, informe que se localiza en el Archivo General de la Nación.

 

Durante la Segunda Guerra Mundial los agentes del Servicio de Inteligencia militar de Estados Unidos ya habían descubierto los micropuntos pero desconocían los aparatos que los fabricaban.

Cuando Edgar J. Hoover conoció los detalles sobre los micropuntos quedó maravillado y calificó a ese sistema como una “obra maestra del espionaje Alemán”

Era la época en que Alemania estaba a la vanguardia en el desarrollo de los dispositivos para el espionaje, los cuales posteriormente se popularizaron en las películas de James Bond.

Meses antes de ser enviado a México, George Nicolaus fue informado que un profesor de la Universidad de Berlín estaba perfeccionando una nueva técnica conocida como microdots, la cual se utilizaría para enviar a los mandos militares la información más confidencial y estratégica que consiguiera en la capital mexicana.

Básicamente era un sistema de fotografía que permitía reducir documentos o gráficos a un tamaño de un milímetro de diámetro y evitar así que pudieran ser interceptados por los servicios de inteligencia enemiga.

Los micropuntos elaborados en México se enviaron en cartas o postales, y debido a que podría pasar como tilde de una i minúscula o de una j se colocaban en alguna de esas letras.

Para evitar que las misivas con micropuntos fueran revisadas por la censura del correo británico se enviaron por la aerolínea fascista Lati o por la alemana Lufthansa. También pasaron primero por Brasil o Perú y de ahí a los países “neutrales” como Portugal o Suiza.

Para el mes de septiembre de 1940 arribó al DF Joachim Ruge, miembro del Partido Nazi, quien había sido capacitado para elaborar los micropuntos.

Ruge le dijo a Nicolaus que lo pusiera en su nómina ya que pronto llegarían los aparatos para elaborar los microdots y que él sería el responsable de operarlos.

Meses después llegaron a AGFA Film Company de México dos aparatos provenientes de Berlín para hacer microfotografía. Los dispositivos fueron instalados en un local del edificio ubicado sobre la avenida Juárez y la calle Luis Moya, sobre el antiguo Café Papagayo.

Durante los dos años que operó la eficiente red de espionaje que dirigió Nicolaus los altos mandos en Berlín recibieron micropuntos con valiosa información estratégica.

Entre otros: movimientos militares y navales del ejército de los Estados Unidos en el Atlántico y el Pacífico; sofisticados avances tecnológicos para la aviación; proyectos para crear un puente aéreo desde Canadá para apoyar a Inglaterra; acuerdos militares y venta de armamento a México, entre otros.

Uno de los informes más importantes que se mandaron en micropuntos fueron los detalles sobre los daños que provocó la fuerza aérea de Japón en el puerto de Pearl Harbor, para que se reenviaran a Tokio al Mariscal Togo.

Cuando los servicios de Inteligencia de los Estados Unidos descubrieron la red de espionaje de Nicolaus, prepararon un “plan general de contraespionaje”: hicieron llegar a los espías del Tercer Reich información falsa para que fuera transmitida a Berlín.

En abril de 1945, tras el anuncio de la derrota de Alemania por los Aliados, Ruge se suicidó y los aparatos para elaborar micropuntos finalmente llegaron a manos del FBI.

 

 

 

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