Enlace Judío México – Los comentarios de Abbas ya están siendo retratados como otra forma en que Israel ha manipulado a Occidente para condenar al líder palestino. El público palestino y otros líderes reconocen muy poco que la obsesión con los “judíos” es parte de un patrón antisemita.

SETH J. FRANTZMAN

En 2014, el profesor palestino Mohammed Dajani llevó a un grupo de estudiantes a visitar Auschwitz. Debió de haber ocurrido sin previo aviso. Sin embargo, el profesor se encontró en medio de una controversia en la Universidad Al-Quds, donde fue una figura central en su programa de Estudios Americanos. La atmósfera se volvió tan tóxica que abandonó la universidad.

Hablando sobre el viaje para ver los sitios del Holocausto, dijo a The Guardian que “sentí que era importante para nosotros, los palestinos, aprender sobre este evento, primero porque históricamente es incorrecto negarlo y también porque es moralmente incorrecto ignorarlo”. Sin embargo, otros palestinos vieron las visitas a Auschwitz como una manera de afirmar la narrativa “sionista” y “colaborar” con Israel.

Hay dos caras de Jano en cómo el antisemitismo se manifiesta en los medios y la política palestinos. Existe el ámbito común dominante, pero a nivel individual aparece de forma menos común. Cuando sale a la superficie, produce comentarios como los que hizo el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. Lo sé porque enseñé durante años en una universidad palestina y nunca sufrí antisemitismo, sin embargo escuché tropos antisemitas con relativa frecuencia.

El lunes, Abbas le dijo al Consejo Nacional Palestino que el “rol social” de los judíos había llevado al antisemitismo en Europa. Sus palabras ahora han sido condenadas como viles e inaceptables en todo Occidente y en Israel. Pero esto plantea una pregunta más grande. Los comentarios de Abbas no aparecieron de repente. Escribió una tesis doctoral de 1982 que atacó al sionismo y lo acusó de colaborar con el nazismo. Abbas también condenó el Holocausto como un “reflejo del concepto de discriminación étnica y racismo, que los palestinos rechazan y contra el que actúan enérgicamente”, en una declaración de 2014.

Cuando Abbas pronunció su discurso el lunes, no causó mucha controversia dentro del público y existe una negación generalizada de que el antisemitismo sea un problema dentro de la sociedad palestina. Por ejemplo, un estudio de 2006 sobre “Judeofobia en contexto: antisemitismo entre los palestinos modernos” señaló que, “en su percepción del conflicto [con Israel], los palestinos a veces distinguen claramente entre el sionismo (o Israel) y los judíos, pero también hubo casos de no distinción, lo que permitió la difusión de la enemistad general en contra de los judíos”.

Es importante ver el contexto más amplio aquí. En un mundo globalizado conectado por el internet, el antisemitismo no se limita a una sociedad, como entre los palestinos, sino que es parte de un medio cultural mucho más amplio. Mahathir Mohamad, el exprimer ministro de Malasia, dio un discurso antijudío en 2003 a la Organización de Cooperación Islámica. “1.3 mil millones de musulmanes no pueden ser derrotados por unos pocos millones de judíos”, dijo. “Ahora han obtenido el control de los países más poderosos”.

Nadie en la audiencia protestó. Sin embargo, Mohamad también comparó más tarde a uno de sus rivales con “pequeños Goebbels”. Existe una normalización del antisemitismo en partes del mundo islámico y árabe a través de las redes sociales. Pero la normalización tiene un lado extraño. Incluye tropos antisemitas, negación del Holocausto y acusaciones de que Israel trata a los palestinos como los nazis trataron a los judíos. Cómo van los dos juntos, negar el Holocausto y acusar a Israel de ser nazis, es contradictorio.

Igualmente contradictorio parece ser la presencia de grafitis de esvásticas en las áreas palestinas y la venta de Mein Kampf a veces abiertamente en las calles de Ramallah. Sin embargo, cualquier sugerencia de que esto equivale a un sentimiento antijudío generalizado puede llevar a sorpresas.

Un estudio del Departamento de Estado de EE.UU. del año 2016 señaló que “en la Franja de Gaza y Cisjordania hubo instancias en las que los medios de comunicación, en particular los controlados por Hamás, publicaron y transmitieron material que incluía contenido antisemita, que a veces incitaba a la violencia”.

El antisemitismo de Hamás es parte integral de los documentos fundadores de la organización. “Los judíos, hermanos de monos, asesinos de los Profetas”.

Hamás también acusa al sionismo de ser parte de una conspiración internacional que une a masones y clubes rotarios, y afirmó que los judíos estaban detrás del comunismo y el nazismo. Aquí, una vez más, los judíos no sólo se convierten en víctimas del nazismo, sino que también son acusados de ser nazis.

Pero, ¿cómo se manifiesta esto en la sociedad? Enseñé durante varios años en una universidad palestina y nunca sentí antisemitismo.

Sin embargo, eso no significa que no haya puntos de vista antijudíos. Por ejemplo, me decían que los judíos tienen influencia masiva en EE.UU., que su población es enorme o que controlan el país de alguna manera. Esa es la “razón” por la que EE.UU. apoya a Israel, creen algunos palestinos.

La Nakba siempre está ligada al Holocausto como si existiera cierta competencia por el sufrimiento, o algún tipo de quid pro quo: “Los israelíes niegan la Nakba, por lo que nosotros negamos el Holocausto”. Dicen que, sólo si las dos partes de alguna manera aceptan que la Shoá y la Nakba son lo mismo, entonces se puede tener una discusión.

En mi experiencia, sólo en los círculos de élite había una tendencia a distinguir entre “judíos”, “sionistas” e “israelíes”, como si los tres fueran categorías separadas. E incluso en círculos elitistas e intelectuales, no había mucha comprensión de la diferencia. Los judíos son sionistas e israelíes. También hay diferencias generacionales.

Por ejemplo, un palestino con el que hablé sobre este tema dijo que los medios de comunicación globalizados, particularmente los medios de comunicación islamistas, habían sido responsables de propagar el antisemitismo entre los palestinos. “No existía ese nivel de antisemitismo antes de que la Autoridad Palestina se formara en 1993, y ciertamente aumentó con la proliferación de antisemitismo en lugares [mediáticos] como Al-Jazeera [en árabe]”. También se convirtió en un problema en la diáspora, dijo.

Los comentarios de Abbas ya están siendo retratados como otra forma en que Israel ha manipulado a Occidente para condenar al líder palestino. El público palestino y otros líderes reconocen muy poco que la obsesión con los “judíos” es parte de un patrón antisemita.

Desde las esvásticas en Gaza a las que se localizan en Cisjordania, es un problema. Abbas pronunció un discurso similarmente ofensivo en diciembre, afirmando que, “se menciona en el sagrado Corán que ellos [los judíos] inventan la verdad”, y el comentario no fue puesto en evidencia y pasó desapercibido.

De esta manera es como generalmente el antisemitismo se manifiesta en la cultura popular palestina. Una palabra aquí, una frase por allí, un comentario. Pero no suele ser más que un revestimiento de comentarios inconexos y ofensivos. No se le ve una profunda seriedad. Es por eso que he visto grafitis en Cisjordania donde aparece la esvástica al lado de la hoz y el martillo comunista. ¿No se dieron cuenta de que los dos símbolos están en guerra el uno contra el otro? No.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Fuente: The Jerusalem Post / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico