¿Karl Marx era un antisemita? ¿Era más cercano a sus orígenes religiosos de lo que aparentaba?

Karl Marx nació hace 200 años en el seno de una familia judía. Sin embargo, la exploración de Marx como un judío es quizá una de las más controversiales. No pocos críticos juzgan que Marx fue incluso antisemita, con todo y que su antisemitismo no es tan fácil de descifrar. A pesar de que varios marxistas sostienen que los referentes religiosos y culturales del judaísmo parecen no significar nada para él, Marx construye su propia visión de lo que significa “ser judío”.

Muchos de sus biógrafos sostienen, aunque vale la pena discutirlo, que no sabía nada acerca del judaísmo y nunca mostró interés en él. En consecuencia, hablar del “judaísmo de Marx” es arriesgado. Para hacerlo habría que aclarar, por una parte, qué se entiende por “judaísmo”, y eso es una labor interminable. ¿Cómo evitar los estereotipos, los prejuicios y la caricaturización, al intentar definir (si es que eso se puede) qué significa ser judío? Por otra parte, sostener que porque la familia Marx era judía el pensamiento de Marx está marcado por el judaísmo parecería algo innecesario y probablemente falso. Judaizar a los pensadores judíos puede ser iluminador. Tal es el caso, por ejemplo, de Spinoza. En otros casos, quizá sea poco fructífero. ¿Sirve de algo judaizar a Marx cuando todo indica que era un judío no judío, un ateo, incluso?

Un año antes del nacimiento de su hijo, Herschel ha-Levi Marx, padre de Karl, se convirtió al cristianismo. Su conversión no responde a motivaciones religiosas. El gobierno prusiano había establecido que para poder ejercer su profesión los abogados debían ser cristianos. Heinrich Marx, nombre adoptado tras su conversión, no tuvo opción.

Se sabe que, a pesar de ser judío, no le atraía el judaísmo. Él era, en sus propias palabras, un deísta “como Newton, Locke y Leibniz”. Henriette Pressburg Marx, madre de Karl, hija de un rabino, se mantuvo orgullosamente en el judaísmo hasta 1825, ocho años después del bautizo de su esposo. A pesar de su conversión, Heinrich y Henriette mantuvieron lazos con algunos amigos y familiares de la comunidad judía. Karl Marx creció entonces en una familia judía obligada por el gobierno prusiano a abandonar su tradición.

En 1844 Marx publicó Sobre la cuestión judía, un clásico de la filosofía política que habitualmente se lee como una crítica a la separación entre el Estado y la sociedad civil, un escrito en donde Marx denuncia el fracaso de la política liberal para resolver cuestiones sociales. A lo largo de su argumento, Marx enfrenta a Bruno Bauer, un hegeliano de izquierda que proponía la secularización como la mejor alternativa para solucionar la cuestión judía en Alemania. Según Bauer, el judaísmo, con su arrogancia, impedía a los judíos participar de la vida del Estado y, como ejemplo, argüía que los judíos dejaban de atender las sesiones legislativas durante el Shabat. Como Hegel, Bauer sostenía que el Estado era la esfera universal.

Creía que las religiones particulares no lo asumían así: los judíos ponían sus creencias religiosas por encima del Estado. Para poder ser dignos de los mismos derechos que los demás ciudadanos, concluía Bauer, los judíos debían emanciparse, renunciar a su judaísmo. Marx en cambio argumentó, contra Bauer, que un Estado democrático secular se convertiría en la versión moderna de la religión, sería un Estado con el mismo afán de dominación que tiene la religión, y terminaría haciendo de los miembros de la sociedad civil sirvientes del Estado, tal y como lo hacían las religiones con sus fieles. Los judíos, defendió Marx, podían mantener sus derechos civiles y políticos sin necesidad de abandonar su judaísmo. A pesar de su crítica contra las religiones, Marx defendía la libertad religiosa frente al Estado. Así las cosas, el antisemitismo del joven Marx es ambivalente.

Sobre la cuestión judía ha sido leído como un escrito radicalmente antisemita. Varios académicos, desde Shlomo Avineri hasta David Nirenberg, han sostenido que Marx es un antisemita; otros, como David Hirsh o Robert Fine, por mencionar tan solo dos nombres, consideran que el antisemitismo de Marx es un mito. Sin embargo, es verdad que Marx parece un crítico del judaísmo. Acusa su secularización: el Dios de los judíos se encuentra ahora en este mundo, en el dinero. Entonces escribe, quizá simplemente con la intención de ironizar la imagen que de los judíos habían fabricado Bauer y los hegelianos de izquierda: “No busquemos el secreto del judío en su religión, sino el secreto de la religión en el judío real. ¿Cuál es la base profana del judaísmo? Las necesidades prácticas, sus intereses egoístas. ¿Cuál es el culto profano del judío? El tráfico sórdido (la usura). ¿Cuál es su Dios profano? El dinero”.

Estas palabras parecen, en efecto, antisemitas. Pero ¿quién es el “judío real”? Marx parece asumir que el “judío real” es el usurero, el generador de dinero. Sostiene, no obstante, que en realidad no hay mucha diferencia entre los comerciantes, banqueros y empresarios judíos, y los no judíos (también a los cristianos y en realidad a casi todo el mundo le agrada el dinero). Bauer, según Marx, se había equivocado por completo: los judíos no necesitaban ninguna emancipación porque ya se habían secularizado. El egoísmo, la generación de riqueza, la productividad, la propiedad privada, elementos asociados a cierta imagen del judío, son elementos esenciales del capitalismo.

Por eso, según Marx, la sociedad necesitaba, en todo caso, emanciparse de ese “judío real”, y no necesariamente del “judío religioso”. Pero ¿es el judío usurero y egoísta el “judío real” o el producto de un estereotipo? Sea lo que sea, Marx hizo del judaísmo un referente que le sirvió para introducir su crítica al capitalismo. ¿Tiene ese judaísmo un referente fáctico o Bauer, el propio Marx y el resto de los antisemitas del siglo XIX contribuyeron a la creación de una forma de ver al judío? ¿No será que el antisemita creó esa entidad tan difícil de comprender, “el judío real”, petrificándola en un estereotipo? ¿Es realmente Marx un antisemita o era consciente de que su visión de los judíos era una proyección falsa? ¿Es Marx más judío de lo que aparenta? Al margen de las respuestas que podamos formular, lo cierto es que entre los círculos antisemitas Marx se volvería un referente importante. Su ambivalencia no fue inofensiva. Se conocen de sobra las terribles consecuencias del antisemitismo.

 

 

 

Fuente:milenio.com