Enlace Judío México.- La técnica del comunismo chavista para ir rebanando la banca hasta estatizarla por completo, ha sido clara desde que se asomó: impulsar el crecimiento de un banco, a través de concentración de depósitos de dinero público (nómina del Estado, fondos de organismos de la administración pública nacional, estadal y municipal), entrega de beneficios particulares en negocios y negociados del régimen (notas estructuradas, dólar permuta, bonos, artilugios del mercado cambiario mafioso) y concentración del mercado asegurador, de los mismos bancos. Así, un banco con participación modesta en el mercado, por arte y magia del apoyo del Estado y sus dineros, empieza a aumentar su cartera crediticia, a multiplicar sus agencias, su publicidad, su presencia ante la vista de la clientela bancarizada. Y de repente, surge algún problemita con el chavismo, que pueden ser del siguiente tenor:

DANIEL LARA FARÍAS

1.- El Presidente se enamora del banco y lo quiere comprar. Pasó con el Banco de Venezuela, después del triunfo de Chávez en 2006 y su proceso de aceleración de la toma de control de las estructuras económicas del país (que incluyeron, en el período 2006-2012 no solo dos elecciones presidenciales profusamente financiadas con el dineral de la renta petrolera, sino una elección parlamentaria donde la oposición regresó a la Asamblea Nacional, además de la irrupción en 2008 de nuevos actores políticos que se alzaron con gobernaciones de importancia como Miranda, Táchira, Carabobo, más un importante número de alcaldías, sin obviar lo más importante, como lo fue la Enmienda a la Constitución realizada vía referendo en 2009). En ese proceso de aceleración, Chávez le puso la pistola en la cabeza a una buena cantidad de empresarios nacionales e internacionales y, sin más, les dijo: o me vendes o te saco del medio. Los gringos de AES vendieron la Electricidad de Caracas. Los gringos de Verizon vendieron CANTV. Los españoles del Banco Santander vendieron el Banco de Venezuela. Esos, se salvaron, si se puede llamar salvación al hecho de vender al precio que el régimen ordene y no al precio que el mercado indica. Los dueños de Radio Caracas Televisión se negaron a vender. Ya todos sabemos qué pasó.

2.-Unos banqueros asociados al régimen hacen multiplicidad de negocios, crecen y de repente se pelean por el botín. Así, terminaron rodando Cedeño, Gorrín, Castillo Bozo, Chacón Escamillo, Mezerahane, Gill, y largo etcétera. Así se barrieron del mapa varios bancos, fusionados y convertidos en una cosa llamada Banco Bicentenario.

En cualquiera de las situaciones, el asunto es el mismo: el banco termina en manos del Estado.

¿No sabía eso Juan Carlos Escotet de Banesco?

II

Las amenazas contra Banesco fueron múltiples y públicas. Si en público al capo Diosdado Cabello se le ocurría amenazar a Escotet “ofreciendo comprarle” el banco, no es difícil imaginar lo que en privado ocurría. Años de crecimiento casi infinito de un banco otrora discreto como Banesco, se veían amenazados abiertamente. El banco que hasta sucursales en el exterior posee, que concentra cerca del 30% de los depósitos totales del país con más de 8 millones de cuenta habientes y con el 60% de los puntos de venta del país en sus manos, fue amenazado públicamente por el régimen que construye el comunismo, disfrazado con el término chavista “Estado Comunal”. Y a pesar de esas amenazas, cuando a la directiva del banco los “invita” la DGCIM (Dirección General de Contrainteligencia Militar) a “rendir declaración”, no solo van “ voluntariamente” sino que además, airadamente desmienten a través de las redes sociales oficiales del banco, que estén presos. Quizás lo desmintieron creyendo que de verdad no estaban detenidos, lo que es más grave que mentir: de verdad estaban convencidos de que, como decían “no había nada que temer”.

El dueño de Banesco en comunicado público usó las siguientes frases, que es necesario tener en cuenta:

“Banesco siempre ha trabajado ajustado a derecho siendo muy escrupuloso con el cumplimiento del marco legal.” Con esto, el señor Escotet nos dice que el banco del cual es propietario, para sobrevivir, ha cumplido con todos los mandatos de las leyes del régimen. Como decía Martin Luther King: todo lo que hizo Hitler era legal pues él hizo las leyes.

“Desde el inicio nos hemos mostrado cooperadores y hemos atendido todas las solicitudes que nos han hecho.” Es decir, Escotet confiesa que coopera con el régimen comunista que destruye la Nación. Nada que agregar.

“Voy a Venezuela con tranquilidad de espíritu para apoyar a mis compañeros y me pongo a la orden del gobierno con la confianza de que todo se aclare.” Con esto, el señor Escotet nos da la oportunidad de verificar si de verdad ignora la esencia comunista del régimen al venirse al país a ser obviamente detenido junto a su equipo directivo. Caso contrario, de quedar en libertad, nos demostrará que esa cooperación con el régimen que confiesa en su comunicado, será retribuido.

III

Y así, llegamos al llegadero. La sociedad que se mantiene con la renta petrolera, que con esa renta financió a unos parásitos uniformados llamados militares, a unos parásitos políticos y su clientela y permitió que en su seno permearan todos los vicios posibles, de los cuales nació el chavismo.

No es que el chavismo llegó de Marte. No. Es que de una sociedad que se hizo rehén de sus vicios, no podía surgir nada distinto a un tirano. Es obvio. Pero es obvio que esa sociedad construyó a unos políticos pusilánimes incapaces de liderizar al país fuera del rentismo que los mantiene a todos. Y es obvio también que de esa sociedad, surgió una clase empresarial bruta, retrógrada, parásita y acomplejada. Una burguesía estúpida. Huraña. Incapaz de ponerse a nivel de sus pares en el continente. Incapaces de competir de verdad, en igualdad de condiciones. Reacios a ser globales, son fanáticos de la localidad, orgullosos de su alpargata mental y su techo de zinc filtrado.

Son esos empresarios que crecieron a la sombra de la renta petrolera.

Son esos agroindustriales que crecieron a la sombra del proteccionismo estatal.

Son esos importadores compulsivos que se hicieron fuertes gracias a las barreras al libre comercio.

Son esos empresarios que a su vez criaron descendientes más brutos que ellos, capaces de quebrar las empresas que heredaron.

Esos que se enzarzaron en guerras intestinas para evitar las reformas económicas de CAP en su segundo gobierno. Esos que aplaudieron la caída de Pérez y se atrincheraron en la protección del gobierno de Caldera para vengarse de aquellos que se cuadraron con CAP. Esos que perseguidos por sus enemigos protegidos de Caldera, decidieron cuadrarse con Chávez. Esos irresponsables que desde 1998 niegan que estemos en vías al comunismo, como negaron en los ’70 la necesidad de reformar la economía para hacerla competitiva.

Los mismos que se negaron a la tecnología, a cotizar en bolsa, a las reformas laborales, a la competencia internacional, hoy niegan que vayamos caminando, arriados, al Estado Comunal que no es otra cosa que el comunismo versátil del que habla Federico Boccanera, ese comunismo que es férreo para el de abajo pero permite capitalismo “pa’ los panas”.

¿Escotet todavía cree que él es uno de esos panas que podrá disfrutar de ese capitalismo que se dejará colar para los que “cooperen”?

Aún está por verse.

Pero lo que si está más que claro, es que en la sociedad venezolana todavía ganan los vicios. Ganan las vanidades que permiten que toda esa masa que no tenía idea de quien era Oscar Pérez, saliera a su muerte a declararse “oscarperecista” poniendo en sus redes sociales la foto del malogrado policía como avatar. Esos faranduleros, ya son “ex-oscarperecistas” y pasan a ser “banesquistas”, amando a Escotet y lanzando la original frase “Con mi banco no te metas”.

El enfermo no mejorá, pero el comunismo avanza sin nadie que lo detenga.

Fuente: La Cabilla