Enlace Judío México.- La tecnología permite leer dos páginas de su diario escondidas bajo papel de estraza en las que escribe de sexualidad.

JUSTO BARRANCO

Es el 28 de septiembre de 1942 y Ana Frank lleva menos de tres meses escondida junto a su familia, y junto a otra familia judía, en un anexo secreto de una casa de uno de los canales de Amsterdam. Huyen de los nazis. Ana tiene 13 años y ese día escribe dos páginas en su diario que más tarde, quizá temiendo miradas entrometidas o quizá descontenta con lo que ha escrito, cubrirá pegando sobre ellas papel de estraza y convirtiéndolas en un misterio durante décadas. Hasta ayer.

“Cualquiera que lea los pasajes que ahora han sido descubiertos será incapaz de suprimir una sonrisa”, afirmó ayer Frank van Vree, director del Instituto de Estudios de la Guerra, el Holocausto y el Genocidio de los Países Bajos. “Los chistes picantes son un clásico entre los adolescentes. Y dejan claro que Ana, con todos sus dones, era sobre todo también una chica normal”, añade.

Y es que según afirmó ayer Ronald Leopold, director de la Casa de Ana Frank en Amsterdam, la jovencísima escritora habría escondido las páginas preocupada porque otra gente vieran estos chistes y sus pensamientos sobre educación sexual, contracepción y prostitución. Temas que de todos modos no son ajenos a otras partes de sus diarios en las que trata su floreciente sexualidad, su cuerpo o la menstruación.

Unos diarios en los que incluso habla sobre sexo y sexualidad con el jovencísimo Peter van Pels, con el que compartió refugio dos años y que moriría a los 19 en Mauthausen. Pasajes que fueron censurados por el padre de Ana Frank –único superviviente de la familia– antes de que el diario fuera publicado por primera vez en 1947, pero que ya han sido mostrados en ediciones integrales recientes.

Ahora, las nuevas dos páginas descubiertas, “nos hacen aún más cercana a Ana”, añadió ayer Leopold, aunque no está claro si los derechos de reproducción permitirán que se incorporen a futuras ediciones del diario. La tecnología actual de procesamiento de imágenes ha permitido por fin descifrar lo escrito bajo el papel de estraza adherido a las dos páginas. Y lo que ha aparecido son cuatro chistes y 33 líneas sobre sexualidad. “Usaré esta página estropeada para escribir chistes picantes”, escribe Ana Frank ese 28 de septiembre de 1942, en el que había trabajadores desmontando el lavabo que se encontraba inmediatamente debajo del anexo secreto en el que se escondía la familia, por lo que había que evitar a toda costa cualquier tipo de ruidos.

Los investigadores han descubierto en las dos páginas chistes como: “¿Sabes por qué las mujeres alemanas de la Wehrmacht están en Holanda? Como colchón de los soldados”. Otro chiste señala que “un hombre tenía una mujer muy fea y no quería tener relaciones sexuales con ella. Una tarde volvió a casa y vio a su amigo en la cama con su esposa. Entonces el hombre dijo: ‘¡A él le gusta y a mí me toca hacerlo!’”. Unos chistes que constituían un medio efectivo para romper la constante tensión existente en el escondite.

En los pasajes en los que habla de sexualidad, haciendo como si se la tuviera que impartir a alguien más, Ana Frank describe cómo una adolescente empieza a tener su menstruación alrededor de los 14 años diciendo que “es un signo de que ya está madura para mantener relaciones sexuales con un hombre pero que por supuesto una no hace eso antes de haberse casado”.

Sobre prostitución, reflexiona que “todos los hombres, si son normales, van con mujeres, mujeres que se les arriman en la calle y luego marchan juntos. En París tienen grandes casas para eso. Papá ha estado allí”. Aunque no está claro cuándo y con qué frecuencia Otto Frank visitaba París, se sabe que su hermano Herbert y su esposa vivieron allí desde el año 1932.

Ana Frank escribió su diario, hoy símbolo de esperanza y resistencia, mientras permaneció escondida desde julio de 1942 a agosto del 1944, cuando la familia fue descubierta y deportada a Auschwitz.

 

 

 

Fuente:lavanguardia.com