Enlace Judío – Las relaciones entre Turquía e Israel volvieron a tensarse esta semana, a dos años de distancia de su reconciliación política, como resultado del saldo de 62 muertos y cientos de heridos durante las manifestaciones violentas de la “Gran Marcha del Retorno”.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lanzó una crítica contra el mundo entero por su inacción ante lo que considera la “violencia israelí” contra los palestinos en la Franja de Gaza.

En un mitin masivo al que acudieron miles en la plaza Yenikapi de Estambul, que se celebró específicamente para mostrar apoyo a los palestinos, Erdogan dijo: “El mundo islámico fracasó en la prueba de Jerusalén. No sólo el mundo islámico, sino el mundo entero falló en la prueba de Jerusalén”. Erdogan dijo además que Turquía estará orgullosa de liderar a los musulmanes en la “lucha por Jerusalén”.

El mandatario turco también criticó el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén e instó a otros países a que se opongan a tomar una decisión así. “Tomamos Galipoli ayer. Y tomaremos Jerusalén. La batalla a la que nos encomendaremos de corazón, culminará en una victoria”, dijo jubiloso ante la masa. El mandatario comparó la “brutalidad” de Israel con la persecución nazi de los judíos.

La manifestación se organizó bajo el lema de “Condenando la opresión, apoyando a Al-Quds [el nombre en árabe de Jerusalén]”.

Además de Erdogan y líderes políticos del gobierno local, el primer ministro palestino Rami al-Hamdallah, o el presidente de Irán, Hassan Rouhani, también estuvieron presentes en el mitin, quienes se encuentran para la reunión extraordinaria del Organismo de Cooperación Islámica por el tema de Gaza, convocada por Erdogan a inicios de semana.

“Enfatizaremos el estatus del problema de Palestina para nuestra comunidad, y no permitiremos que cambie el estatus de la ciudad histórica [de Jerusalén]”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, quien ayer pidió porque Israel sea llevado ante la Corte Penal Internacional. “Debemos evitar que otros países sigan el ejemplo de los EE.UU.”, dijo.

Las relaciones entre Turquía e Israel volvieron a tensarse esta semana, a dos años de distancia de su reconciliación política, como resultado del saldo de 62 muertos y cientos de heridos durante las manifestaciones violentas de la “Gran Marcha del Retorno” el pasado lunes y martes en la frontera entre Gaza e Israel.

Erdogan condenó las acciones defensivas de Israel en su frontera contra los intentos de infiltración como una “agresión”, acusándolo incluso de cometer un “genocidio” sobre la población palestina. Turquía expulsó al embajador y cónsul israelí en Ankara como medida de protesta ante los hechos ocurridos, ante lo cual Israel respondió expulsando al cónsul turco. El embajador Eitan Naeh, incluso vivió unos bochornosos momentos en el aeropuerto en su partida hacia Israel, después de unos agobiantes controles de seguridad.

La disputa se elevó a los propios Erdogan y al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que se enfrascaron en una refriega de declaraciones a lo largo de un día entero, acusándose ambos de “tener sangre en las manos” y de restregarse uno al otro la moralidad.

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