Enlace Judío – El proyecto para que Israel reconozca el genocidio armenio de manera oficial será ahora debatido por el pleno de la Knéset en una fecha aún no determinada.

La Knéset aprobó este miércoles la propuesta que pide al órgano legislativo debatir el reconocimiento del genocidio armenio por Israel.

Pese a la ausencia de la mayoría de los miembros en la sede legislativa, la moción presentada por el partido de izquierda Meretz, liderado por Tamar Zandberg, recibió 16 votos a favor sin ninguna oposición. Las propuestas que piden el reconocimiento del genocidio armenio se han realizado en la Knéset desde 1989, terminando por ser bloqueadas siempre. Pero rompiendo con el protocolo usual, el gobierno de Benjamín Netanyahu no envío a un representante que presentara la postura oficial de rechazo a la propuesta de este delicado tema, por lo que fue aprobada para ser discutida por el pleno.

“La Knéset de Israel necesita reconocer el genocidio armenio porque esto es lo correcto que, como seres humanos y como judíos, debemos de hacer”, dijo el presidente del órgano legislativo, Yuli Edelstein, durante la apertura del debate acerca de la moción.

Edelstein, que se ha posicionado desde hace tiempo a favor de que se reconozca el genocidio armenio, dijo que el reconocimiento de este trágico evento histórico, no se trataría como tal de una respuesta la actual crisis diplomática entre Turquía e Israel.

Por su parte, Zandberg señaló que la propuesta de su partido va más allá de cuestiones políticas y diplomáticas.

Una nueva brecha en las relaciones diplomáticas entre Turquía e Israel se abrió la semana pasada a raíz de los eventos ocurridos en Gaza durante las manifestaciones violentas de la “Gran Marcha del Retorno”, que dejó poco más de medio centenar de muertos. Turquía calificó de “agresión” contra los palestinos al derecho de Israel a defender su frontera, acusación que escaló en la expulsión del embajador israelí en Ankara y en una medida similar tomada por Jerusalén con el cónsul turco. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y Netanyahu, terminaron por enfrascarse también en un debate a través de sus redes sociales, acusándose el uno al otro de “tener sangre en las manos”.

Se trata de la crisis más elevada de tono entre ambos países desde el año 2010, cuando una flotilla turca propalestina cuyo objetivo era romper el bloqueo naval en Gaza, fue interceptada por la marina israelí, hecho que culminó en un resultado mortal. Turquía e Israel, cuyas relaciones no habían presentado mayor problema hasta entonces desde 1949, llegaron a una reconciliación diplomática en 2016.

En 1915, cerca de 1 millón 500 mil armenios murieron bajo el Imperio Otomano, en plena Primera Guerra Mundial, en lo que se considera uno de los primeros genocidios cometidos en el siglo XX. La República de Turquía, heredera del Imperio Otomano, ha negado desde su establecimiento que se haya tratado de un genocidio. El vecino país de Azerbaiyán, que como Turquía mantiene una disputa histórica con el pueblo armenio, es el otro país a nivel mundial que niega el genocidio.

Hasta hoy, un total de 29 países, entre ellos Francia y Alemania, reconocen a los eventos mortales cometidos en 1915 como un genocidio de manera oficial. Israel se ha negado a posicionarse al respecto, debido a los vínculos, sobre todo económicos y geopolíticos, que tiene con Turquía en la región, cuestión que también se presenta de cierta manera con EE.UU.

Fuente: Ynet / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío