Enlace Judío México / rab. Michael Glass – La sabiduría popular nos dice que entre más importante es algo, más recordatorios necesitamos para asegurarnos de que no se nos olvide. Para aquellos que viven una vida gobernada por la Torá, no hay nada más valioso que el cumplimiento de mitzvot. Por ello, para aquellos de nosotros que tendemos a flaquear espiritualmente D-os nos dio la miztvá de tzitzit.

La Torá nos dice de esta mitzvá que “para que ustedes los vean y recuerden todos Mis mandamientos y los cumplan” y nuevamente versos más adelante lo vuelve a repetir. “Para que recuerden y cumplan todos Mis mandamientos.” El mecanismo bajo el cual ver los tzitzit nos impulsa a actuar debidamente se encuentra fuera de nuestra discusión. Sin embargo, estamos obligados a acentuar la necesidad de un recordatorio que la naturaleza de los tzitzit remarca.

Para ser exitosos en una vida de Torá, necesitamos hacer uso de todas las estrategias que estén a nuestra disposición (siempre y cuando éstas sean permitidas por la Torá). Buscar un ambiente propicio para el crecimiento espiritual, el uso de estrategias preventivas y esfuerzos diarios para acercarnos a D-os son algunos de los métodos que nos acercaran a nuestras metas. Y si “viejos hábitos nunca mueren” es completamente lógico usar ello para mejorarnos y crear hábitos que sean difíciles de dejar.

Cada vez que repetimos un patrón de buen comportamiento se vuelve más fácil repetir esta forma de comportarse la siguiente vez que es necesario. De esta forma esa acción se vuelve una y otra vez más común e instintiva en nosotros. Podemos sugerir que ese es el significado de la repetición en la Torá sobre los tzitzit como recuerdo. Cuando vemos los tzitzit inevitablemente nos recordarán la voluntad de D-os y nos impulsarán a actuar debidamente. Una vez que lo hayamos logrado, y hayamos cumplido con el mandato continuamente se construirá en nosotros un recordatorio automático para actuar de esta forma.

Constantemente se nos recomienda que no debemos realizar las mitzvot mecánicamente, que debemos buscar hacer cada mitzvá individualmente porque deseamos hacerla, no porque estemos entrenados para hacerla. Aun así, los beneficios que nos ofrece crear hábitos positivos e nuestro interior siguen siendo innumerables. Si cada vez que las cosas se ponen difíciles rezamos; se vuelve una acción natural en nosotros. Si aprendemos a responder a la gente de forma cálida y generosa, eventualmente se vuelve parte de nuestra naturaleza. Claro que debemos buscar la profundidad en nuestros actos e innovarlos continuamente a través de ello. Sin embargo, si empezamos por entrenar nuestros hábitos, y los hábitos de nuestros seres queridos, a que sean como es debido estamos dándonos a nosotros mismos un excelente inicio para convertirnos en el pueblo que queremos ser.

Fuente: One Minute Torah