Enlace Judío México.- Una buena parte de la opinión pública general, respaldada por la gran mayoría de los medios de comunicación masivos a nivel mundial, han generalmente coincidido en criticar duramente a Donald Trump como un hombre lleno de “locuras” y poco sentido común para llegar a buenos acuerdos internacionales. México no ha sido la excepción, y el desprecio personal hacia el presidente Estadounidense pareciera ser generalizado.

ENRIQUE PRESBURGER CHEREM

No obstante, valdría la pena detenernos desde un ángulo externo y un poco más objetivo, y preguntarnos: ¿Es realmente tan mala la política exterior de Trump?

1. El TLC: La necedad de Trump por negociar tarifas y proteger su industria ha rendido ya frutos para su país. La realidad es que bajo su gobierno se ha detonado el crecimiento de Estados Unidos, haciendo que la inversión suba, los impuestos bajen, e incluso la FED haya subido tasas de interés ante el dinamismo económico del país, que muestra niveles de desempleo históricamente bajos y un crecimiento impresionante de 2.8% del PIB con baja inflación. Trump ha convencido a su propia población a invertir en su país bajo el lema de “America First”, logrando que Estados Unidos se recupere económicamente y el dólar adquiera nueva fortaleza ante el resto del mundo.

2. La OTAN e ISIS: Antes de llegar Trump al poder era común escuchar noticias acerca del avance del Estado Islámico (ISIS) en el mundo; secuestrando reporteros, robando petróleo y conquistando territorios. El presidente de Estados Unidos decidió recriminar a la OTAN por su poca efectividad en el manejo de dicho grupo, tachando a la alianza de “obsoleta” al evidenciar un escenario donde 23 de los 28 países miembros no aportaban valor ni recursos. A raíz de dicha denuncia, la OTAN recuperó fuerza, alineó intereses, e increíblemente se ha fortalecido para impedir avances de ISIS, que se ha debilitado enormemente.

3. Corea del Norte: Lo que inicialmente parecía una batalla de locos y una guerra discursiva ridícula (aunque peligrosa) entre dos presidentes, derivó nada menos que en una cumbre en Singapur que por primera vez reunió pacíficamente a un presidente en funciones de Estados Unidos con un líder Norcoreano. Por si esto fuera poco, Corea del Norte también tuvo un primer encuentro pacífico con Corea del Sur, un hecho que sorprendió sin duda a todo el mundo. La apertura y reconciliación de Corea del Norte hacia el mundo es un hecho tan importante que no sería descabellado hablar de un premio Nobel.

4. Medio Oriente: Trump logró nuevamente equilibrar el tablero de poder al romper el acuerdo de amnistía a Irán; país que rápidamente adquiría los elementos necesarios para volverse una potencia nuclear armamentista. Este movimiento ha despertado la cooperación de otros países árabes y hasta Rusia, creando mesas de negociaciones que hacía décadas no se daban para desenmascarar las verdaderas intenciones de Irán.

No debemos por lo tanto subestimar las técnicas de Trump para conseguir sus metas, ya sea a través de tácticas domésticas o internacionales. Sería genial que nuestros líderes de opinión trascendieran su manera de analizar a dicho presidente, y entender que más allá de sus “discursos ofensivos” se esconde un hombre que intenta implementar en su país una estrategia de Estado en términos económicos, políticos y sociales. Finalmente, esa es la verdadera labor de un presidente: Defender los intereses de su país ante el mundo. Valdría la pena recordarlo a propósito de nuestro propio proceso electoral.