Enlace Judío México- Desde marzo, Víctor Rayek Mizrahi es el nuevo presidente del Consejo Directivo de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (CANAIVE) de México, relevando a Samuel Gershevich Salnicov.

Además de fundador y director de Trajes Internacionales, empresa dedicada a la fabricación de sastrería masculina en el país, Rayek es un gran activista comunitario y tiene una larga trayectoria en la Cámara del Vestido.

Empezamos la entrevista pidiéndole detalles acerca de su trayectoria.

“Mi trayectoria empieza hace muchísimos años. La cultura de nuestros padres era siempre llevarnos a trabajar desde temprana edad para ir conociendo el negocio. Yo empecé de vendedor desde muy joven, en las tiendas de mis papás y de mis tíos, en la calle de Brasil, donde estaban las sastrerías. Después, poco a poco, compramos otra tienda y empecé a conocer el negocio de la ropa.

Mis abuelos vinieron de Siria
, más o menos entre 1920 y 1930, se casaron allá, pero mis padres nacen aquí donde inician toda su familia. Empezaron en una vecindad del centro de la ciudad, en La Merced, en la calle de San Antonio Tomatlán, donde nacieron mis tíos y mi papá.

Ya sabes que la costumbre es que los dos hijos mayores salen a trabajar para que los menores estudien. A mi papá le tocó salir a trabajar para que mis tíos los menores estudiaran. Afortunadamente, a base de esfuerzo y de mucha lucha, empezaron el negocio.

En 1975, nos asociamos con nuestros actuales socios, los señores Galante, con una fórmula de éxito y de confianza absoluta. Yo me incorporo al negocio en 1978, me caso en 1981 y empezamos con toda la trayectoria de la fábrica. Nosotros fabricamos traje para caballero.

Y cuando vienen los precios controlados, fue mi primer acercamiento con la Cámara. En ese entonces el presidente era el señor Alberto Dana. Yo me acerco a la Cámara del Vestido, para que nos expliquen cómo va a funcionar esto de los precios controlados, y ahí me empecé a enamorar del sistema de la Cámara, de cómo funcionaba, de la responsabilidad que había de estos grandes industriales que le dedican el tiempo a una agrupación por el bien común, y no por el bien personal.

A partir de ahí empecé a trabajar en la Cámara sobre cuestiones de Comercio Exterior. En ese entonces había cuotas y cupos, e íbamos a la Secretaría de Economía a ver esto. Yo como empresa, no como Cámara, pero ahí me encontraba a sus miembros y poco a poco, me fui involucrando hasta que me hicieron el honor de invitarme a trabajar ahí.

Trabajé muchos años como vicepresidente con el ingeniero Salomón Presburger, con el licenciado Tony Kuri, con el licenciado Simón Feldman (un año nada más), con el licenciado Marcos Cherem (un año también). Ya tengo una trayectoria muy larga. Y la última fue con Samy Gersevich, que me hizo el honor de invitarme también a la mesa directiva, y empezamos a trabajar juntos y a ver un proyecto muy interesante para hacer una coalición con nuestra Cámara hermana, la Nacional de la Industria Textil. Ahí me entusiasmo la idea de trabajar y me propusieron como presidente, yo no tenía en mente tomar la responsabilidad de la presidencia, pero me gustó. Yo he pensado, “¿Cómo le regreso a mi industria todo lo que me ha dado?”.

Todo lo que tengo es por mi industria, porque la industria del vestido me ha dado la educación de mis hijos, el patrimonio que tengo, todo. La única forma de regresarle un poco a nuestra querida industria es hacer algo por ella. Por eso es que tomé la decisión de tomar la presidencia de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido.

EJ: Sabemos que la industria del vestido ha tenido muchos representantes de la comunidad judía ¿Nos puede platicar un poco la historia de los pioneros judíos en esta industria?

VR: Los judíos llegan entre los años 20 y 30, es cuando más inmigración a México hay, y como sabes, siempre formamos los grupos, y empezaron a hacer agrupaciones para ayudarse unos a otros. Mi abuelo vendía bufandas y medias, siempre dentro de la industria del textil y del vestido.

En 1945 se hace la agrupación oficial de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, y a partir de ahí, hasta la fecha, hemos tenido 8 presidentes de la comunidad.

EJ: ¿Cuál es la relevancia de la industria del vestido en la economía mexicana?

VR: La industria de la confección mexicana se identifica como una industria social. Básicamente por 2 razones: el requerimiento de mano de obra, muy intensa y que otorga valor agregado; y la creación de plazas de trabajo que no requiere de gran inversión.

La fabricación de bienes confeccionados contribuye activamente a la economía nacional, generando el 2.1% del PIB manufacturero. La confección de prendas de vestir representa el 53.7% del total del PIB de la industria del textil y confección. En el Seguro Social se tienen registradas 8,300 empresas. El 85% de estas son micro, pequeñas y medianas empresas. El Seguro Social tiene inscritos en su padrón 329,330 mil trabajadores, pero el empleo secundario, en la periferia de estos, llegamos a casi más de 1 millón de trabajos, donde nuestros proveedores, nuestra logística, toda la parte en el caso de las exportaciones y aduanas, en todos estos empleos subyacentes a la industria pueden llegar a este número.

Sí es muy importante. Además el 75% de nuestra mano de obra es femenina, y eso es muy importante para el sector manufacturero.

EJ: ¿Cómo se ve el futuro de esta industria en el país?

VR: Tenemos 20 años de estabilidad en la industria. Nos la hemos visto en los últimos años un poco difícil. Este último trimestre hemos bajado un poco, porque la incertidumbre mundial ha afectado. Pero ahora estamos haciendo hasta lo imposible por mantenernos. Estamos invirtiendo en nuestras plantas. Estamos haciendo muy buenas asociaciones dentro de la Cámara con el gobierno y con cadena productiva.

Pensamos que vamos a mantenernos. Estamos invirtiendo en tecnología. Tenemos pláticas con institutos de innovación para ver qué podemos hacer para innovar y darle mucho más fortaleza a esta querida industria.

EJ: Recientemente se firmó un acuerdo con la Secretaria de Turismo en el marco del programa de Conéctate al Turismo. ¿Nos puedes platicar acerca de eso?

VR: Fue un gran logro, un gran acierto. Incluso tengo un poco de datos. Dentro de este marco, el resultado fue que hubo la asistencia de 22 compradores, con 72 proveedores, 2 entidades de financiamiento, y 450 reuniones de trabajo. Derivado de las juntas se logró una venta de 16.5 millones de pesos para ventas en corto, mediano y largo plazo.

Actualmente el 60% de lo que compra la industria del turismo es importado. A través de nuestra queridísima Helena Achar, quien nos convoca y la que nos insiste en hacer este encadenamiento con una visión absolutamente futurista, nos pide que hagamos una coalición de gobierno, industria y proveedores. Y para hacer un encadenamiento de la proveeduría nacional.

Gracias al empuje de Elena Achar, nos juntamos y fue un magnífico resultado.

EJ: ¿Nos puede platicar de cómo vive su judaísmo en su familia y en su empresa?

VR: Venimos de una familia tradicionalista, ortodoxa, donde para nosotros la religión es importante. Todos los viernes hacemos nuestras cenas de Shabat, no fallamos, no salimos los viernes. Dentro de la industria y dentro de la empresa tenemos los principios judaicos también, respetando también la parte del país en el que nos abren los brazos y nos acogen. Tenemos también una convivencia entre las dos religiones, y pienso que la religión es algo muy intimo, muy personal, pero nuestros valores judaicos, los llevamos a cabo dentro de nuestra empresa y de nuestra familia.

EJ: ¿Qué consejo le daría a un joven que se quiere dedicar al emprendimiento en la industria?

VR: Primero, siempre dentro de la legalidad, siempre que su visión sea hacia lo legal. Desafortunadamente, hoy nuestro primer y más grande enemigo se llama ilegalidad. Hoy, las empresas bien establecidas sufrimos mucho esta parte de ilegalidad, porque a la gente se le hace muy fácil o muy cómodo estar dentro de la ilegalidad, sin medir las consecuencias que pueden venir después. Pienso que las consecuencias después, pueden ser terribles, incluso llegar hasta la cárcel.

Mi consejo para estos jóvenes es: primero, estudien, que se preparen, después que se enfoquen siempre a la parte legal, siempre dentro de las reglas de lo permitido. Porque rebasar a lo no permitido es bien sencillo, y una vez que se rebasa, es muy difícil regresar, y solamente se regresa a través de la Policía o la justicia.

Innovación, tecnología, emprendimiento. Que los jóvenes busquen siempre esta parte, y siempre dentro de la legalidad.

EJ: ¿Cómo le ayudan los valores del judaísmo a ser mejor empresario?

VR: Los valores de nuestra Torá siempre están presentes. Siempre la Torá nos dice, “No hagas lo que no te gusta que te hagan”. Y siempre vivir dentro de la humildad y de la sencillez. Es más grande el que más humilde es. Eso nos lo enseñan nuestros maestros, nuestros Profetas, y dentro de nuestra filosofía de empresa, siempre tenemos en mente que tenemos que ser lo que nuestra Torá nos indica, que es ir siempre del lado derecho, de Dios, y de la fe.

EJ: También has sido un activista comunitario ¿Qué es para ti la comunidad y cómo ha sido tu trayectoria comunitaria?

VR: La Comunidad para mí siempre ha sido una maravilla. Nos da contención, seguridad, nos apoya siempre en las alegrías y en las desgracias. La Comunidad para mi es sagrada.

Siempre hay opiniones diferentes acerca de los manejos de las comunidades, pero para mi, la Comunidad siempre ha sido muy importante. Sí fui activista, trabajé muchísimos años en mi comunidad. Yo pertenezco a la Comunidad Monte Sinaí y trabajé en la mesa directiva durante muchísimos años.

Es recomendable para los jóvenes acercarse a las comunidades porque también es muy importante para la parte judía, porque como dicen, Kol Am Yisrael arevim ze laZe, todos somos responsables unos de otros. Y eso en la Comunidad nos da una cercanía para estar siempre vigilantes de nuestros hermanos.