Enlace Judío México – Los Serenos Sefarad es un grupo judío de hip hop en ladino que se formó en Seattle, Washington. Fue conformado en 2014 por el rabino Simón Benzaquen, y los mexicanos Alejandro “Alex” Hernández y Netzah Hernández. Lanzaron su primer álbum, Los Bilbilikos, en 2017.

Benzaquen, ex rabino de la Congregación Bikur Holim de Seward Park en Seattle, se interesó en el hip hop cuando supervisaba los estudios de conversión del rapero Nissim Black, y colaboró ​​de manera prominente con Black en su canción “Llagas”.

Benzaquen también supervisó la conversión de Hernández, quien se mudó a Seattle desde Chihuahua, México. Una de sus primeras colaboraciones en 2013 fue una versión en rap de la canción tradicional de janucá en ladino “Ocho Kandelikas”.

En 2015, el grupo lanzó su primer video, “La Vida Do Por El Raki”. En 2016 lanzaron las canciones “La Serena” y “Adyjo Keryda Espanya”, esta última versa sobre la expulsión de judíos durante la Inquisición española en 1492.

Enlace Judío: ¿Qué es el hip hop en ladino?

Alex Hernández: Originalmente fue mi esposa la que quiso hacer esta fusión, viendo que el ladino está en peligro de extinción porque hay muy pocas personas que lo hablan. Queríamos con ello de cierta manera rescatarlo con la música. Esto lo hablamos con el rabino de la comunidad judía-turca en Seattle, Washington.

Ya que yo soy rapero y que el ladino es algo que se nos da al ser mexicanos, fue algo que mi esposa creyó posible de realizarse. Creo que en la cultura mexicana podemos apreciar al ladino de una manera fuerte, como por ejemplo en las forma en la que se habla en las rancherías. El ladino no ha muerto si no que está muy dentro de la cultura mexicana.

Me gustó mucho la idea de mi esposa, algo innovador y que nadie había hecho. Nuestro rabino, de origen marroquí, cuyos idiomas son el español y el ladino, estuvo muy interesado.

EJ: Al investigar sobre el ladino, ¿qué más has encontrado?

Alex Hernández: Lo que nos llama mucho la atención es que en la cultura mexicana, cosas como el nopal, el sarape o el juego del tomatodo, las veo de una manera muy conectada a la cultura judía. México tiene más de 300 especies de nopal, y nos sorprendió ver ya en Israel después de hacer nuestra aliyá, un soldado de las FDI con una insignia que portaba un nopal. Nos llamó la atención que algo tan mexicano como el nopal sea un símbolo israelí.

Si uno ve un sarape, uno se da cuenta de que es un talit con colores. Mientras que el juego del tomatodo es un juego que se realiza en Janucá, es lo mismo, pero sin las letras hebreas.

Creo que la cultura judía está muy dentro de la cultura mexicana. Nosotros creemos que las 3 carabelas de Colón venían llenas de judíos. Hablar de la cultura del ladino, de la cultura sefardí, es hablar de una cultura muy rica que está dentro de la cultura mexicana.

Un mexicano entiende el ladino en un 90%. Un mexicano, o latino, no está lejano de la cultura sefardí, sino que está dentro de nosotros.

Nosotros como productores musicales teníamos el reto de hacer esta fusión, de mezclar la música del Medio Oriente y diversos géneros e instrumentos, como el flamenco (algo tan español, sefardí y multicultural).

Todo se lo debo a mi esposa, que tuvo la idea de cada cosa y le aplaudo mucho a ella.

Netza Hernández: En nuestra comunidad a la que pertenecíamos en Washington, las personas que más hablaban ladino eran las de mayor edad, y me di cuenta que los de menor edad no se sabían ni una canción.

Al enseñar ladino mediante el rap es más fácil para los jóvenes sefardíes llegar al idioma. Porque lo estamos dando en un lenguaje más moderno. Por ello el Adio Kerida, a la que Alex interpreta como una alusión a España y la expulsión de los judíos, fue una de las primeras canciones el proyecto, y le agregamos flamenco y varios instrumentos.

El trabajo era la fusión de poner la música adecuada con las romanzas y el rap. Costó porque teníamos que llevar al rabino al estudio de grabación.

Cuando presentamos el proyecto en Jerusalén, nos agradó que algunos muchachos de Seattle estaban entre el público. De eso trata: de que los jóvenes sepan que existe el ladino.

Somos nuevos en Israel, pero hemos encontrado personas que se han ido identificando con nuestro proyecto.

Ahorita estoy en un proyecto de coros con personas que hablan español porque mi especialidad es dirección coral. Hice uno en Bersheva, en Tel Aviv y en Jerusalén. Aprendo mucha música en español. En diciembre, durante uno de los encendidos de Janucá haremos un concierto con todos los coros.

Nuestro trabajo no es sólo un proyecto. También soy psicóloga y usé el canto como un instrumento de terapia ocupacional. Hay gente que nos busca por el ladino o por estar con nosotros en la sinagoga. Nos piden que ayudemos a mujeres ashkenazíes a cantar. Hay mucho que hacer.

EJ: Platícanos de ti y de tu familia.

NH: Yo nací en Sonora, México. El judaísmo lo aprendí a través de mi madre. El judaísmo era algo normal en nuestra casa, pero no sabíamos de ello. Mi abuelita cantaba en ladino, y me hablaba de mi bisabuela que era de España. Mi mamá tenía costumbres diferentes a las mamás de mis amigas. No entendíamos con claridad. Desde niña era algo normal muchas cosas que para otros niños era extraño

Cuando mi madre murió yo dije, quiero saber más. Ella me regaló un anillo muy especial con una Estrella de David.

Me casé con Alejandro, y él y yo estuvimos muchos años estudiando en la comunidad sefardí donde también estaba la corte rabínica, nos conocieron mucho y pensaron que nos quedaríamos ahí. Pero le dije a Alejandro: no somos de aquí, ni de México, somos de Israel. Y preparamos todo para la aliyá.

En Israel se nos abrieron las puertas, me dieron coros con latinos, etc. Me quise dedicar sólo a la música.