Enlace Judío México- El presidente filipino Rodrigo Duterte, quien recientemente provocó indignación por llamar estúpido a Dios, ha creado una nueva controversia en su país, mayoritariamente católico romano, al decir que renunciará si alguien puede probar que Dios existe.

El presidente, quien tuvo una relación espinosa con la iglesia, cuestionó nuevamente en un discurso del pasado viernes algunos de los principios básicos de la fe católica, incluido el concepto de pecado original que, según él, contamina incluso a niños inocentes.

“¿Dónde está la lógica de Dios allí?”, preguntó Duterte en un discurso en la apertura de un evento de ciencia y tecnología en el sur de la ciudad de Davao.

El líder de 73 años dijo que si hay “un solo testigo” que puede probar, tal vez con una foto o una selfie, que un ser humano era “capaz de hablar con Dios y verlo”, renunciará de inmediato.

Duterte, sin embargo, sugirió que debe haber un Dios o un ser supremo que evite que miles de millones de estrellas y cuerpos celestes colisionen en una frecuencia que podría haber amenazado por mucho tiempo a la raza humana.

Duterte se lamentó en ese discurso de que el pecado de Adán y Eva en la teología cristiana resultó en que todos los fieles cayeran de la gracia divina.

El senador opositor Antonio Trillanes IV replicó a Duterte al describirlo como “un hombre malvado” y sus comentarios como “muy consistentes con el engaño, la falta de corazón y la crueldad de sus políticas”.

El portavoz presidencial Harry Roque ha defendido sus comentarios, diciendo que Duterte tiene el derecho de expresar su opinión sobre la religión y citó la revelación previa del presidente de que una vez fue abusado sexualmente por un sacerdote.

En medio de las críticas, los funcionarios han organizado una reunión entre Duterte y el jefe de la mayor asociación de obispos católicos el lunes. Los obispos filipinos inauguraron una conferencia anual en Manila el sábado y se espera que aborden las diatribas de Duterte cuando concluyan su reunión el lunes.

Algunos obispos católicos han criticado la brutal represión de Duterte contra las drogas ilegales, que han dejado muertos a miles de sospechosos en los informes de enfrentamientos con la policía, junto con sus discursos vulgares y cargados de improperios.

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