Enlace Judío México.- Yo fui atacado en Estambul en 1990. Este mes fue frustrado un ataque en París.

HOSSEIN ABEDINI

“Hossein, ¿has escuchado la noticia sobre la conspiración para bombardear la reunión?”, me preguntó mi colega mientras yo entraba a la oficina el lunes 2 de julio. Él estaba hablando sobre la gran reunión de la oposición iraní, celebrada cerca de París el sábado previo por parte del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán. Un escalofrío bajó por mi espalda mientras yo retrocedía 28 años atrás en Estambul.

A media tarde del 14 de marzo de 1990, yo estaba siendo llevado al aeropuerto de Estambul. De pronto, un coche bloqueó nuestro camino. Otro coche nos bloqueó desde atrás, y dos hombres extraños saltaron desde el coche de adelante con pistolas.

Yo abrí la puerta del coche y me precipité sobre ellos, llevando sólo un pequeño maletín. Un hombre me disparó nueve balas, el arma del otro se atascó. Ellos escaparon. Yo luché para sobrevivir por cuatro meses, incluyendo más de 40 días en un coma en el Hospital Internacional de Estambul.
Algunos días después del ataque, la televisión estatal en Teherán anunció —falsamente— que Mohammad Mohaddessin, presidente del Comité de Asuntos Exteriores del CNRI, había sido asesinado en Estambul. Se hizo evidente que los atacantes habían tenido intención de atacarlo a él, no a mí.

No obstante, Teherán trató muchas veces de liquidarme mientras yo estaba en el hospital. En una ocasión, agentes se disfrazaron como policía turca; en otra, fingieron ser amigos viniendo de visita.

Esos complots fueron frustrados, pero muchas otras víctimas no fueron tan afortunadas. El activista de derechos humanos Kazem Rajavi fue tiroteado fatalmente en Ginebra ese mismo año, y muchos activistas kurdos fueron asesinados en los dos años a partir de allí. Un tribunal alemán implicó cuatro años después a los más altos funcionarios en Teherán.

Poco ha cambiado. La semana pasada las autoridades belgas arrestaron a dos nacionales belgas de origen iraní en camino a esa reunión de París, a la cual asistieron decenas de miles de personas y cientos de dignitarios de EE.UU, Europa y el Medio Oriente. Los belgas-iraníes tenían más de una libra del poderoso explosivo TATP y un detonador. Como resultado de la estrecha cooperación de las autoridades belgas, francesas y alemanas, fue frustrada una gran conspiración terrorista en Europa con pocas horas de antelación.

Por separado, la policía alemana arrestó a Assadollah Assadi, un diplomático iraní con base en Viena. Según fiscales federales alemanes, Assadi, el jefe de la estación del Ministerio de Inteligencia y Seguridad Iraní, era el cerebro de la conspiración de bombardeo. Él había ordenado a los belgas atacar la concentración, y les había entregado los explosivos en una reunión en junio en Luxemburgo. Fue arrestado bajo una orden europea mientras se apresuraba a regresar a Austria, donde gozaba de inmunidad diplomática.

El 10 de julio, un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. subrayó que la conspiración para bombardear la reunión de la oposición en París fue apenas el ejemplo más reciente de Irán usando cobertura diplomática para tramar terrorismo en el corazón de Europa. ¿Entonces por qué los gobiernos europeos siguen callados en el período posterior? Uno se pregunta cuán lejos están dispuestos a llegar para apaciguar a la teocracia que gobierna Irán.

Europa debe darse cuenta que no puede conducir sus cosas como siempre con un Estado que ha institucionalizado el terrorismo como política. Las embajadas y agencias del régimen de los ayatolas son centros de terrorismo y espionaje. Los países europeos deben expulsar a los diplomáticos y agentes de inteligencia del régimen y divulgar al público todos los detalles del caso terrorista frustrado. Sólo a través de estos medios el mundo puede incapacitar la maquinaria terrorista del régimen—lo cual sería bueno para el mundo, la región e Irán mismo.

Hossein Abedini es un miembro del Parlamento de la Resistencia Iraní en el exilio; pertenece al Comité de Asuntos Exteriores del Consejo Nacional de la Resistencia de Irán.

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

 

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