ENLACE JUDÍO :- Reseña biográfica de la Condesa de Rosebery, Lady Hanna Primrose, nacida Rothschild, quien de la alta burguesía inglesa entró en la nobleza británica y dedicó su vida a su marido y sus obras de filantropía.


El barón Mayer Amschel de Rothschild  -benjamín del banquero  Nathan Mayer Rothschild- y su esposa,  Juliana Cohen, sólo tuvieron una hija. Y la llamaron Jana (Hanna)

Era 1851: hace 13 años que Moshé Montefiore había sido nombrado caballero por la Reina Victoria; cuatro desde que un judío pudiera recibir un título nobiliario en el Reino Unido. Faltaban pocos años para que Londres tuviera un alcalde judío -David Solomons- o para que Lionel de Rothschild tuviera su silla en la Cámara de los Comunes.

El primer acto público de Jana de Rothschild – a la edad de seis meses- fue el 31 de diciembre de 1851 y consistió en poner la primera piedra de la espectacular mansión que su padre había decidido construir en la campiña inglesa: Mentmore Towers, en Buckinghamshire. Una de las mayores mansiones victorianas que haya habido jamás, destinada a albergar la grandiosa colección de obras de arte que la familia atesoró. Estuvo en poder de la dinastía hasta 1977. En 199 la adquirió el banquero sefardí de origen sirio Simon Halabi.

La familia, no obstante, entre Shabat y Shabat habitaba una gran mansión en el barrio más aristocrático de Londres, Myfair , concretamente en el 107 de Picadilly Street,a apenas doscientos metros en línea recta del Palacio de Buckingham (residencia entonces de una reina que no ocultaba animadversión contra los judíos, la reina Victoria. )

Jana creció en esa sobredosis de lujo. Pero todas las grandes salas, cuadros, vestidos, decoraciones y jardines ocupaban exactamente el mismo espacio que había en su soledad.  Educada por preceptores privados -especialmente en música y canto- sus padres la mantuvieron neuróticamente apartada de la realidad, temiendo pudiera contraer una enfermedad por el mero hecho de haber contemplado la pobreza.

No obstante, a la edad de 17 años se dio en su honor una fiesta a la que asistió el mismísimo Príncipe de Gales -Eduardo VII- y al año siguiente su madre la llevó a conocer a la Reina Victoria.

En 1874, murió el barón. Y entonces Jana heredó una fortuna estimada en algo más de 170 millones de libras esterlinas de hoy, lo cual situaba a la heredera en la primera fortuna del Reino Unido. En 1877, tras larga convalecencia, murió su madre.

La viuda de Benjamin Disraeli, Lady Beaconsfield, le presentó a un apuesto hombre de 28 años, el conde de Rosebery, de amplias rentas anuales y montones de acres en tierras de Escocia y el condado de Kent, heredades todas que dejó su padre cuando él tenía sólo ocho años. Archibald Primrose, que así se llamaba, fue educado en Eton y en Oxford, y se le auguraba un futuro brillante. Y lo fue.

A pesar del poderío económico descomunal y de su cercanía y amistad con la familia real británica, la inamovible alta sociedad inglesa no podía gestionar sus prejuicios antisemitas para admitir el matrimonio con una judía que, tras la muerte del Rey Alberto, había dejado de tener su lugar en el escaparate de la hipocresía y la corte.  la madre del conde -la suegra- estaba horrorizada con la sola idea de qué tipo de educación no cristiana podrían recibir los hijos que tuviera la pareja. Sencillamente era algo inconcebible.

Y también por la parte judía había recelos: los Rothchild tradicionalmente se casaban entre primos para no dispersar demasiado las herencias. La Crónica Judía anunció su “dolor más conmovedor” ante la perspectiva, y crípticamente agregó: “Si la llama se apodera de los cedros, ¿cómo le va a ir al hisopo en la pared: si el leviatán se levanta con un gancho, cómo lo harán los pececillos? ”

El compromiso formal del matrimonio se anunció el 3 de enero de 1878, día que Rosebery consideró para siempre como sagrado. El matrimonio se celebró en Londres el 20 de marzo de 1878,  en la Sala de Guardia de la Junta en Mount Street. Para mostrar desaprobación “oficial”, ningún miembro masculino de la familia Rothschild asistió a las ceremonias. Sin embargo, cualquier defecto en la lista de invitados fue compensado por el invitado de honor, el Príncipe de Gales, y por Disraeli, que  ofició como padrino del enlace.

El matrimonio pasó a vivir en Lansdowne House -sus muebles hoy están en Filadelfia, EE.UU.- y allí abrió Jana un gran salón donde recalaba todo Londres, bien fuera político o artista, desde Henry James, que hizo declaraciones poco caballerosas sobre su anfitriona, a Oscar Wilde, cuya pareja era hermano del secretario personal del Conde de Rosebery.

El matrimonio fue feliz, tanto de cara a la galería como en su intimidad, y tuvo cuatro hijos. Pero siempre hubo rumores, luego confirmados, sobre una presunta doble vida del conde. La relación que tuvo la condesa de Rosebery con su esposo no fue tanto marital como maternal, y por parte del conde, una devoción filial hacia una madre protectora como la que él hubiera querido tener cuando se quedó huérfano de padre a los ocho años. Pero su verdadera vida sentimental la tenía con Francis Douglas, Vizconde de Drumlanrig, primogénito del noveno Marqués de Queensberry -el señor que llevó a juicio a Oscar Wilde cuando descubrió las relaciones que tenía el dramaturgo con su hijo menor , Lord Alfred. Cuando el Conde de Rosebery entró seriamente en política, llegando a ser Primer Ministro de Inglaterra, Francis  -secretario personal a nivel público- también prosperó y fue nombrado barón de Kelhead. Y las acusaciones  públicas sobre el entonces imposible vínculo venían del mismo  Marqués de Queensberry. Seis meses después de haber sido nombrado barón, Sir Francis pereció en lo que aparentemente fue accidente de caza, pero aún hoy se sostiene que fue un asesinato por encargo e incluso un suicidio, afición por lo demás cultivada en la dinastía del marqués.

 

Como correspondía a una dama de su abolengo, dedicó gran parte de tiempo y dinero a las obras de caridad -quizás porque en su infancia le prohibieron ver la pobreza- y en especial se dedicaba a favorecer  a mujeres judías de los barrios más pobres de Londres, Whitechapel ,  o presidiendo una asociación para que la mujer escocesa trabajara al menos desde casa a través de manufacturas. La Reina Victoria la nombró presidente de la asociación de enfermeras,que  significó un gran avance para la salud rural. Fundó escuelas en todas las aldeas que rodeaban las fincas de los Rosebery -en Mentmore ,  tres escuelas fundadas por ella en Wingrave, Cheddington y Mentmore. No sólo los niños fueron educados a su costa por maestros capacitados, sino que también recibieron regalos de temporada con ropas nuevas. También estuvo interesada en la instrucción de niños sordo-mudos.

Murió en 1890 al contraer unas fiebres tifoideas que hiceron mayor efecto que el habitual porque ella tenía dañados los riñones. Fue enterrada en el cementerio judío de Willesden . Su viudo, con los nervios destrozados, se fue de viaje a España, donde escribiría notas depresivas sobre la muerte en el Real Monasterio de S. Lorenzo de El Escorial. A su regreso a INglaterra jamás dejó de vestir de negro , envejeció de golpe, y sus más íntimas amistades dos años después del deceso aún temían por el suicidio.

El primogénito,  Harry,  fue capitán del Surrey County Cricket Club y  dueño de dos caballos ganadores del Epsom Derby, afición que le inculcó su padre.  Sucedió a su padre como el sexto conde de Rosebery y murió en 1974.

Margaret se casó con el viejo amigo y biógrafo de su padre, el marqués de Crewe. Tal era todavía la fama de sus padres que el tráfico de Londres se detuvo en el día de su boda en 1899.  Lady Crewe se convirtió en una de las primeras mujeres magistradas en Gran Bretaña; murió en 1955.

Lady Sybil, aún más excéntrica que su padre, pasó gran parte de su tiempo viviendo en una caravana”.

Neil, el segundo de los hijos de los Rosebery, entró en la política y se le predijo un futuro prometedor. Sin embargo, al estallar la Primera Guerra Mundial, se unió al ejército y murió asesinado en Gezer en 1917.

La tiara del día de su boda fue subastada por dos millones y medio de dólares :  desmontable (parte se puede convertir en broches) a base diamantes y perlas.

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