Enlace Judío – Líderes musulmanes en Francia han expresado su indignación ante las acusaciones de que su comunidad es responsable del aumento del antisemitismo, y señalan a su vez el incremento en los ataques antiislámicos en toda Europa.

Los solemnes bulevares y las tranquilas calles del distrito número 17 de la capital francesa parecen indicar que la vida para la comunidad judía es vibrante.

En su interior se pueden encontrar 15 sinagogas, muchas más de las que se uno podría hallar hace tan sólo dos décadas, y el número de tiendas con productos kosher no para de aumentar.

Pero para residentes como Joanna Galilli, este área del noroeste parisino representa una retirada táctica, puesto que se ha convertido un santuario para muchos judíos que afirman haber sufrido acoso en áreas con una creciente población musulmana.

“El antisemitismo es muy elevado, y puedes sentirlo en gran manera”, afirma Galilli. “Me escupían cuando caminaba por la calle”, agrega, al describir las reacciones que provocaba al portar una Estrella de David.

Francia cuenta con una dolorosa historia de maltrato a los judíos. Sus peores horas llegaron en la década de 1930, durante la ocupación nazi de la Segunda Guerra Mundial.

Pero en meses recientes, un enfurecido debate ha surgido en el país galo respecto a cómo afrontar lo que comentaristas definen como un “nuevo antisemitismo”, el cual surge, según investigadores, del incremento de la problación musulmana en la nación.

Cerca del 40% de actos violentos motivados por la raza o la religión fueron cometidos contra judíos en 2017, pese a que esta minoría representa apenas un 1% de la población francesa.

Los actos antisemitas han aumentado en un 20% respecto a 2016, una cifra calificada como preocupante por el Ministerio del Interior galo.

Para el gobierno del presidente Emmanuel Macron, la situación es profundamente complicada debido a que toca los nervios políticos, religiosos y étnicos más sensibles del país.

Francia cuenta con la mayor población judía y musulmana de Europa, y estos últimos también afrontan una fuerte discriminación, especialmente en el área laboral y en el trato policial.

Los líderes del país temen siquiera reconocer el choque entre ambas minorías, no sólo por los problemas que generaría esta admisión pública, sino porque uno de los principales valores de la nación es que las personas no se categorizan por raza o religión, sólo como ciudadanos franceses, iguales ante la ley.

“Todos somos ciudadanos de la República, una e indivisible. Pero eso no se corresponde con la realidad”, explica el encuestador Jerome Fourquet, coautor del libro “El próximo año en Jerusalén: Judíos franceses y antisemitismo”.

“Todos los políticos hablan de la convivencia, pero en su lugar contamos con agrupaciones de facto basadas en cultura y comunidad. No obstante, reconocer esto significa reconocer el fallo del modelo francés”, añade.

Líderes musulmanes en Francia han expresado su indignación ante las acusaciones de que su comunidad es responsable del aumento del antisemitismo, y señalan a su vez el incremento en los ataques antiislámicos en toda Europa.

Independientemente de la causa, la situación ha forzado que muchos judíos franceses se sientan obligados a comprar un boleto de avión.

Más de 50 mil se han mudado a Israel desde el año 2000, comparado con los cerca de 25 mil que se trasladaron a esta nación desde 1982 hasta 1999.

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