ENLACE JUDÍO : -Reseña biográfica de Ben Tzion Ben Yehuda, el hijo de Eliezer Ben Yehuda, que luego se cambió de nombre y fue Itamar Ben Avi (Itamar hijo de mi padre)


Eliezer Ben Yehuda (Vitbesk, Bielorusia, 1858)  se involucró  a fines del S XIX en el sionismo hasta el punto que pasó a la historia como símbolo de la adaptación lingüística del hebreo clásico, que apenas tenía vida fuera de la liturgia, al hebreo de la vida diaria en el renaciente estado de Israel. Esa tarea ingente de modernizar el hebreo no fue sólo labor de Ben Yehuda, -están todos los escritores de la Haskalá también, y los colaboradores de sus periódicos, etc. – pero será su entrega total lo que le convierte en símbolo de ese milagro semántico. Ben Yehuda es un lexicógrafo, un filólogo dedicado a la escritura de diccionarios, no un gramático teórico.  En los siglos de la Haskalá se cultivó el hebreo no religioso, literario, y se editaron revistas y libros en hebreo en Europa, pero eran meras imitaciones del tono del hebreo clásico y el hebreo talmúdico que conocía la gente ilustrada, no era un hebreo de vida diaria en la nueva realidad del mundo judío: el triunfo del sionismo. una lingua franca capaz de unir en Israel a judíos de Canadá, de Yemen o de México.

En 1881, el mismo año de su llegada a Jerusalén, Ben Yehuda se casó con su primera esposa,  Dbora Jonas. El 31 de julio de 1882 el matrimonio tuvo un hijo, al que llamaron Ben Tzion Ben Yehuda. A lo largo de los próximos diez años, Dbora  le daría otras cuatro criaturas. Pero en 1891 , Dbora muere por la tuberculosis. Ben Yehuda se casará entonces con su cuñada, la hermana de Dbora, Jemda.

Redacción de Ha´Tzvi, el periódico de su padre, que luego dirigió él.

Cuando Dbora estaba embarazada, Eliezer, ya inmerso en su aventura equinocial de recuperar el hebreo clásico como lengua diaria con todo lo que eso implicaba- tuvo una idea: el recién nacido sería educado desde el primer día en lengua hebrea, todas las lenguas que el niño escucharía se limitarían al hebreo, sin contaminación alguna con otras lenguas, como por ejemplo el ruso, la lengua madre de la madre del  niño. Ben Tzion no tuvo amigos de infancia, no fuera a ser que le hablaran en yidish, o en judeoespañol; sólo tuvo un amigo, un perro llamado Maher (rápido, en hebreo) Además sus tres hermanos mueren de difteria, con lo que el niño crece aislado. Y la comunidad ortodoxa les mantiene totalmente en el ostracismo por llevar la lengua santa a la vida diaria y su grosería.

 Una tarde, la madre, presa de melancolías de su Rusia natal, cantó antiguas canciones rusas en casa. Su hijo todavía aún no había hablado por primera vez. Ben Yehuda al llegar a casa y escuchar la canción en ruso, estalló en cólera contra su esposa: había destruido en un minuto lo que tantos años había costado. Era tal el enfado del padre que dio un puñetazo sobre una mesa. Y entonces el niño censuró a su padre y  gritó : Aba! (padre) Fue la primera palabra que pronunció el primer judío en tener el hebreo como lengua madre.

Una vez muerta su madre, el niño decidió cambiar su nombre, pasando a ser Itamar Ben Avi -el hijo de mi padre. Avi se escribe en hebreo álef, bet, yod, אב”י, las iniciales de Eliezer Ben Yehuda.  Itamar, que significa isla de los dátiles, es el nombre  del hijo de Aarón, el hermano de Moisés.

A los 19 años le enviaron a estudiar en París y Berlín, y cuando regresó, convertido en periodista, trabajó en los distintos periódicos de su padre. Se casó con una judía de origen marroquí , Lea, cuyos padres no aprobaban el matrimonio mixto askenazí-sefardí. Tras años de lucha, aprobaron el enlace cuando leyeron un poema en el que el novio amenazaba con suicidarse si no se casaba con ella.  Tuvieron tres hijas, dos de ellas conocidas locutoras de televisión.

Se dedicó al periodismo, siendo editor jefe y director de su propio rotativo -Doar ha´Yom, El Correo Diario-  hasta 1929; además, fue enviado a diversas misiones sionistas en varios países de mundo . Estuvo  muy involucrado en la fundación de  la ciudad costera de Netania, al norte de Tel Aviv.

En 1939, por causas económicas, emigró a Nueva York, donde falleció en 1943.

Su cuerpo fue reapatriado a Jerusalén, en 1947, y fue enterrado en el Monte de los Olivos.

Dejó como legado una biografía de su padre, el padre del hebreo moderno, titulada Avi, “Mi padre”.

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