Enlace Judío México – Mario Escobar es autor de tres libros que se han convertido en grandes éxitos de ventas en el mundo entero, y que han sido traducidos a decenas de idiomas. Sus libros son novelas históricas que repasan episodios terribles de la historia del siglo 20 en el lapso de la Segunda Guerra Mundial.

En entrevista exclusiva, el autor habló sobre la importancia de la literatura, de la memoria histórica, y de defender valores como la libertad y la fraternidad ante los embates del populismo o el fascismo.

La ficción es importante por que llega al alma de la gente, te hace sentir, empatizar con la gente que ha sufrido. Muchas historias, muchas vidas, salieron por las chimeneas de Auschwitz. De cierta forma, los nazis consiguieron parte de su objetivo, que era destruir miles de familias y erradicar su memoria. No sólo matarlos, sino que sus descendientes no pudieran continuar con la historia de esas familias.

Cada libro intenta recuperar esa memoria, no tanto la colectiva, sino historias personales, una madre, una familia, un grupo de amigos, devolverles la dignidad que se les robó. Por otro lado, cada historia nos aporta algo diferente, en este caso, cómo la amistad es capaz de vencer al mal.

“El nazismo es muy complejo, no sólo una opresión que persiguió al diferente sino también era algo atractivo, tenía la seducción del poder. Y para combatir esa seducción la única manera es con la realidad, con lo que sí pasó. Por eso la literatura es una vacuna contra los totalitarismos, y cada generación necesita aprenderlo.

“Yo conocí la historia por la literatura, leyendo novelas históricas fue que me fui enamorando de la historia, los personajes… desde muy joven comencé a leer ensayos sobre el Holocausto, los experimentos de los nazis, el robo de las obras de arte, pero yo no quería contar una historia que se hubiera contado mil veces.

“Estaba en la Feria del Libro de Guadalajara y el primer periodista que me entrevistó, Alfonso Colignon, me contó la historia de su tío y su padre, dos mexicanos de origen alemán que se van a estudiar a Alemania y hacen un grupo de amigos con los latinos de la universidad.

“Y dos de estos amigos terminan, uno como verdugo y otro como prisionero en Auschwitz, cuando la oí, dije: tengo que contar esta historia.

EL REGRESO DEL EXTREMISMO, Y EL PELIGRO DEL POPULISMO

“Vivimos un momento histórico similar: el inicio del siglo 21 se parece a este periodo entre guerras, hubo una grave crisis económica en el 29, como la que acaba de ocurrir ahora.

“En ese momento hubo una crisis de valores y desorientación moral, ética, la filosofía fue cuestionando todo, que es parecido a lo que pasa ahora con el relativismo, la posmodernidad y ahora la posverdad, la noticias falsas.

“Además de un ascenso de totalitarismos, que eran entonces muy atractivos. El discurso era muy parecido al de ahora: la democracia no funciona, esta corrompida, los políticos sólo roban, no sirve y hay que hacer algo nuevo, diferente. Por eso fue una guerra de ideas: primero surgió el comunismo y luego el fascismo y el nazismo.

“Ahora está pasando lo mismo, está pasando en Europa donde se está cuestionando a la Unión Europea, cuando este ha sido el periodo más largo de prosperidad y paz en Europa, casi desde que existe.

“Hay países como Italia en que la extrema derecha y extrema izquierda se han unido para gobernar, y comenzaron discriminando a los inmigrantes, pero el partido de extrema derecha, la Liga Norte, también es antisemita.

“Lo mismo pasa en Austria, Alemania, Francia, Holanda. Por otro lado está creciendo el extremismo de izquierda, como en Venezuela, con un partido al que llamaban el socialismo del siglo 21, el neocomunismo, o Nicaragua, con Ortega… y se va extendiendo por el mundo. O también el populismo de derecha de Trump.

“La sociedad le está entregando el poder sobre los derechos y libertades que tanto trabajo ha costado lograr a personas con soluciones fáciles: eso es el populismo.

“Las clases populares, las desposeídas, le tienen miedo a la globalización, y hay una tensión ante los cambios; y les prometen pan, trabajo, y estas personas sacrifican su libertad por estos líderes carismáticos.

“Vivimos un mundo tan parecido que la única manera de evitarlo es conocer el pasado y la historia, saber a dónde nos llevó el stalinismo, el fascismo, el nazismo.

“Y llegó el desastre, la guerra, la división social, les prometían la gloria, un mundo mejor, más igual, nadie iba a sufrir, pero el precio era la libertad, excluir a las minorías. Su objetivo era dividir a la sociedad, usando un chivo expiatorio.

“Además de engañar a la gente, a través de los medios ahora, las redes sociales, para crispar a la población y ganar esa guerra de ideología. La literatura puede ayudar a frenar esto.

“Las repúblicas han hecho mucho hincapié en la libertad y la igualdad, pero casi no se ha hecho nada  por la fraternidad. Lo que vence al odio no es la tolerancia, sino el amor. Cuando entendamos que somos todos una humanidad, que somos hermanos, que hay una gran fraternidad, que no hay razas, y que todos pertenecemos a esa misma familia, empezarán a cambiar las cosas.

“En lugar del nacionalismo, yo soy más del patriotismo: yo amo lo que tengo y lo amo tanto que quiero compartirlo. La literatura tiene el poder de acercarnos al otro, humanizarnos, mostrarnos que todos estamos en el mismo drama humano, y que las diferencias son apenas matices, que algunos aprovechan para dividirnos”.