Enlace Judío México – Una vez un campesino judío tenía una vaca con la que araba su campo. Luego este judío empobreció y se vio obligado a venderla a un gentil.

El nuevo propietario araba con la vaca durante toda la semana, pero cuando la llevó al campo en Shabat, ella se arrodilló bajo el yugo y se negó a realizar su labor. Él la golpeó con su látigo, pero ella no se movió de su lugar.

Así que volvió con el judío y le dijo: “¡Llévate tu vaca! Toda la semana trabajé con ella, pero hoy la llevé al campo y ella se niega a trabajar…”

“Ven conmigo,” respondió el judío. “Yo haré que coopere”.

Cuando llegaron al campo, el judío le habló a la vaca. “¡Oh vaca, vaca! Conmigo descansabas en Shabat. Pero ahora que mis pecados me han llevado a venderte a este gentil, ¡por favor, levántate y haz la voluntad de tu amo!”

La vaca se levantó de inmediato, lista para trabajar. “No te dejaré ir hasta que me digas lo que hiciste y lo que le dijiste. ¿La has hechizado?” preguntó el gentil. El judío le reveló lo que había dicho a la vaca.

Cuando el hombre escuchó lo que había sucedido, se sacudió y se dijo a sí mismo: “Si esta criatura, que no tiene ni lenguaje ni inteligencia, reconoce a su Creador, ¿no debía yo, a quien D-os creó a Su imagen y semejanza y dotó de inteligencia y comprensión?”

Así que decidió convertirse al judaísmo y se dedicó al estudio de la Torá. Se dio a conocer como Yohanan ben Torta (“Yohanan hijo de la vaca”).

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