(JTA) — Visite algunos mercados y tiendas de baratijas en Varsovia o Cracovia, y usted tiene casi garantizado que encontrará una estatuilla o foto de un judío jaredí ortodoxo contando dinero.

Cnaan Liphshiz

Ofensivo para algunos y simplemente extraño para otros, la venta de imágenes estereotipadas de judíos como amuletos de buena suerte comenzó en Polonia en la década de 1960. Esto siguió de cerca la última oleada de emigración judía del país, donde vivían 3.3 millones de judíos antes del Holocausto. Sólo 20,000 judíos viven allí ahora.

Los críticos creen que es una expresión de siglos de prejuicios antisemitas en un país cuya sociedad y gobierno están luchando con la trágica historia de la alguna vez gran comunidad judía de Polonia. Las imágenes del “judío afortunado” están “profundamente enraizadas en estereotipos negativos”, dijo Rafal Pankowski, fundador de la organización antirracista Never Again con sede en Varsovia, en una declaración en diciembre. (Sus condenas ayudaron a presionar a la tienda de souvenirs del parlamento polaco quitar de sus aparadores las figurillas del judío afortunado).

Otros, como Jonny Daniels, fundador del grupo From the Depths, que promueve el diálogo entre judíos y polacos, lo desestiman como una “expresión de nostalgia insensible pero inofensiva”, similar a la forma en cómo algunos ven a las figuras de indios en las tiendas de cigarros en EE.UU.

Pero algunos simplemente están fascinados por el fenómeno y su importancia más allá de la evidente perpetuación de la noción de que los judíos y el dinero son inseparables.

Tomemos como ejemplo a Michael Rubinfeld, un actor y productor teatral judío canadiense que se mudó a Polonia en 2014 y se casó con una mujer judía de Cracovia en 2015. En los últimos meses, comenzó a vender en los mercados imágenes de sí mismo contando monedas, que comercializa como parte de un acto, le dijo a Vice en una entrevista publicada el lunes.

“Estos judíos afortunados son tan políticamente incorrectos y absurdos que provocan una respuesta de deleite igualmente políticamente incorrecta en mi”, dijo Rubenfeld, de 39 años, a Vice.

Su esperanza, agregó, “es deshacer la imagen antisemita desde dentro, a través del humor, a efecto de empujar a los polacos a una conciencia crítica del antisemitismo que se lleva a cabo bajo la iconografía del judío afortunado, mientras que al mismo tiempo obliga a los judíos a cuestionar sus propios estereotipos antipolacos”.

Para hacer eso, Rubenfeld, armado con una formidable barba castaña, se viste como un personaje del “Violinista en el Tejado”, establece un stand cuya base está adornada con las palabras “Lucky Jew” y vende sus autorretratos como judío afortunado. También están disponibles en el sitio web creado por Rubenfeld y su empresa, FestivALT.

“Todo el asunto se duplica como un performance de metacomentario sobre una tradición problemática y un negocio puro”, escribió Graham Isador en Vice.

Clientes compran figurillas de hombres jasídicos ortodoxos en un mercado en Cracovia, april 2018. (Jason Francisco)

El lado comercial de las cosas va bien, le dijo Rubenfeld a JTA. Desde marzo, cuando Rubenfeld comenzó a comercializar los artefactos con su esposa, Magda Rubenfeld Koralewska, ellos y el fotógrafo Jason Francisco han vendido unos 40 retratos de Rubenfeld contando dinero.

Con un precio de entre 5 y 13 dólares, la mercancía está claramente destinada al consumo por los lugareños, pero también para los turistas.

Rubenfeld dijo que sus críticos no captan “la profunda tradición de la sátira judía y la autoironía”. Además, le dijo a Vice, “cuando los grupos adoptan voluntariamente términos peyorativos y estereotipados aplicados a ellos, y luego los renuevan desde dentro, el resultado es cambiar su significado y debilitar el estereotipo”.

Pero si su objetivo es disminuir la popularidad de las figuras del judío afortunado de Polonia, el acto de Rubenfeld ha tenido un impacto muy limitado, según Daniels.

“Te sorprendería saber cuántas personas educadas de la élite (abogados, periodistas, funcionarios) poseen estas estatuillas e imágenes”, dijo Daniels.

Son tan populares que se han convertido en regalos comunes en bodas o inauguraciones. En algunos hogares, a las imágenes se les pone de cabeza los viernes por la noche, para que el dinero que se cuenta pueda caer en la familia que lo posee.

Aún así, Daniels cree que las figurillas son “parte de un anhelo por los judíos, no de odio hacia ellos”.

Michael Rubenfeld vende retratos del “Judío Afortunado” en un mercado en Cracovia, abril 2018. (Jason Francisco)

Tal anhelo incita a los aldeanos polacos a asistir a bodas judías actuadas, organizar festivales de música judíos y crear una campaña nacional de graffiti llamada “Te extraño, judío”. Similar a la moda del judaísmo en España y Portugal, donde los judíos fueron expulsados ​​durante la Inquisición, “Las figurillas son un intento de reconectarse con los judíos, no de burlarse de ellos”, dijo Daniels.

Al igual que Rubenfeld, Daniels utilizó el humor para que los polacos reconsideraran las figuritas del judío afortunado. En septiembre, posó para una foto de portada en la revista semanal del prestigioso diario Rzeczpospolita mientras llevaba una kipá, contando monedas y sonriendo maliciosamente a la cámara. En el artículo, Daniels invitó a los cientos de miles de lectores del periódico a enmarcar el retrato y ponerlo en la pared para obtener buena suerte.

“Al convertirme en el amuleto judío”, le dijo a JTA, “mi intención era hacer que los lectores vieran cuán absurdo se veía desde fuera, y tal vez hacerlos pensar”.

De la traducción (c)Enlace Judío México
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