(JTA) — Una casa de subastas ha puesto a la venta una carta sin abrir que se envió por correo a la casa de Ana Frank mientras ella y su familia se escondían de los nazis en otro domicilio.

La puja por el sobre, que provino de una compañía de seguros en 1942, comenzará en 570 dólares durante la subasta, que está programada para el próximo 21 de septiembre en la Casa de Subastas Corinphila en Amstelveen, al sur de Amsterdam.

La carta es de “primordial importancia, un testimonio del período más difícil en la vida de la familia Frank, y de su existencia clandestina”, escribió la casa de subastas en un comunicado.

El sobre lleva un sello rojo de “devolver al remitente” y está dirigido a Otto Frank, el padre de la diarista adolescente y el único miembro de su familia nuclear que sobrevivió al Holocausto.

Cuando fue enviada a la casa de la familia en la Plaza Merwede, en el sur de Ámsterdam, los Frank ya se habían escondido en lo que ahora se llama la Casa de Ana Frank en el oeste de la capital holandesa. Se escondieron allí durante más de dos años, hasta que fueron descubiertos y enviados a campos de concentración y de exterminio.

Anne Frank, que tenía 13 años cuando se escondió con su familia, escribió diarios durante su tiempo allí. Más tarde, su padre los editó en un libro titulado “El Diario de una Chica”. Publicado en 1947, se convirtió en un éxito de ventas y convirtió a Ana Frank en un símbolo de la persecución y una de las víctimas del Holocausto más conocidas del mundo.

La carta sin abrir, que presumiblemente nunca llegó a Otto Frank (fallecido en 1980) fue encontrada junto con otra perteneciente al coleccionista de sellos Stefan Drukker después de su muerte en 2013, informó el diario holandés Trouw el miércoles. El sobre que contiene la pesada carta lleva el logotipo de la agencia británica de seguros de vida Gresham.

Nathan Bouscher, el director de la casa de subastas, le dijo a Trouw que el sobre se encontró en una habitación que contenía otros sobres viejos que Drukker había recogido para las estampillas. Bouscher no sabe qué contiene el sobre sellado, a pesar de sus intentos de sostenerlo contra una luz brillante para ver qué hay dentro. Pudo distinguir el texto escrito a máquina.

De la traducción (c)Enlace Judío México
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