Enlace Judío México.- En el mundo del béisbol judío, el nombre de Sandy Koufax, es sin duda el más sobresaliente, a tal grado, que por muy buen tiempo, si no es que hasta la fecha, todo niño judío que le gustaba jugar de pitcher, intentaba emular al zurdo de oro (de quien les llegamos a platicar en Enlace Judío, que en alguna vez se saltó un partido de Serie Mundial, para poder respetar Yom Kipur) sin embargo, les cuento que aunque, Al Rosen, nuestro personaje del día no es tan famoso como Sandy, también fue un fuera de serie, que jugó unos años antes que Koufax y de hecho, hasta fue uno de sus héroes.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

La historia de Al Rosen, se puede definir de muchas maneras, pero en el enfoque de hoy, la vamos a definir con dos palabras: estadísticas y probabilidades, para poner en contexto, la increíble historia de este beisbolista, pero antes de que veamos esto, les voy a platicar quién fue Al Rosen.
Al Rose, a quien conocían como el Martillo Hebreo, gracias a que heredó el apodo de su héroe, Hank Greenberg, nació en una familia judía, en una fecha poco convencional en 1924 y con tan sólo 18 meses de edad, su padre abandonó a su familia y desde pequeño le detectaron asma, enfermedad, que ahora es más que tratable, pero en esas épocas, la vida para la gente que la tenía, era más complicada que ahora.

A pesar de tener una niñez complicada, Rosen era un apasionado por el béisbol y de cualquier manera quería jugarlo; sin embargo, cuando después de un gran esfuerzo por llegar, a Rosen se le presentó el dilema más grande que tenía, comenzar su carrera en las ligas menores o enlistarse en el ejército, para combatir en la Segunda Guerra Mundial y pelear por su país y por los millones de judíos que sufrían al otro lado del mundo.

Para Rosen, la decisión fue complicada, pero al ver que tenía que ayudar y desde siempre, sentir el judaísmo muy apegado a su ser, Al se enlistó en el ejército americano y estuvo combatiendo desde 1942 hasta 1946.

Después de sobrevivir a la guerra, Al regresó a Estados Unidos, el “Segundo Martillo Hebreo” volvió a jugar el deporte de sus amores, el cual lo llevó a poder retomar su carrera en las ligas menores, sin embargo, su estancia en las menores fue muy corta, ya que debido a que era demasiado bueno, sólo duró un año y para 1947 ya se encontraba en la escuadra de los Indios de Cleveland.

Desde sus primeros años con los Indios, Rosen parecía destinado a la grandeza, ya que para su primer temporada en las mayores, Al se coronó campeón con el equipo de Cleveland.

Para 1950, Rosen ya era considerado una estrella de la MLB ya que en esta temporada, lideró la liga americana en jonrones.

Para 1952, Al lideró la liga americana en carreras impulsadas y fue llamado a su primer Juego de Estrellas. Parecía que en poco tiempo la carrera de Al había llegado a su pico, sin embargo, para 1953, Al volvió a liderar la liga en carreras impulsadas, volvió a ganar el premio de más jonrones conectados, volvió al Juego de Estrellas y por si fuera poco se quedó con el mejor promedio de bateo en toda la liga.

Gracias a sus grandes números, en la temporada de 1953, Al ganó el premio al jugador más valioso de la liga americana.

Para 1954, Al volvió al juego de Estrellas y llegó a su segunda Serie Mundial, pero, a pesar de que Rosen tuvo una buena serie, los Indios cayeron ante los Gigantes, que en ese momento pertenecían a Nueva York.

Para la temporada de 1955, Al volvió al Juego de Estrellas, sin embargo, en este año a Rosen se le comenzaron a presentar varios problemas en su espalda que lo terminaron por retirar para 1956.

Al terminar su carrera Al se dedicó a ser corredor en bolsa.

Para 2005, Al fue seleccionado para ser parte del Salón de la Fama del judaísmo en el Deporte y para 2006, los Indios de Cleveland decidieron que Al debía ser parte del Salón de la Fama de la franquicia de Ohio.

En 2015, Al falleció por causas naturales. Durante toda su vida, a Rosen se le consideró como uno de los deportistas y personalidades más orgullosas de su judaísmo, a tal grado que en una entrevista comentó: “Me hubiera encantado que mi apellido sonara aún más judío”.

Regresando a las estadísticas y probabilidades que platicaba en un inicio, muchas veces no dimensionamos la complejidad de jugar un deporte como profesional; para que se den una idea, la probabilidad histórica de que un jugador de preparatoria alcance las grandes ligas es de 1 en 6,600, o sea, del 0.015 por ciento. Esa es más o menos la posibilidad de que un ladrón adivine el número del pin en tu celular en el primer intento, pero probablemente dirán, varios pueden entrar, pero en el caso de Al, a esto le tenemos que sumar el hecho de que fue judío, que históricamente, en los últimos 100 años, el porcentaje de judíos en el mundo es del .20 al .25%, que tuvo una niñez difícil debido al abandono de su padre, lo que pasa a menos del 10% de la población americana, que sobrevivió al haber combatido en la Segunda Guerra Mundial ¡Ah! Y recuerdan que les dije que Al nació en una fecha poco convencional, Al nació un 29 de febrero de 1924. La Probabilidad de nacer en un 29 de febrero es de 1 en 1461 o el .068%, mientras que en cualquier otro día del año es de casi el .3%.

Posiblemente estos datos no nos sorprendan tanto, pero para ganar un MVP de la liga Americana las probabilidades son del .16%

Ahora, con estos datos, les digo uno más, en la historia de las Grandes Ligas ha habido alrededor de 19,200 jugadores y sólo uno de ellos ganó un MVP habiendo nacido un 29 de febrero, éste también fue un orgulloso judío a quien lo abandonó su padre con tan sólo 18 meses de edad, fue campeón, llegó a dos series mundiales y bateó para .285% de por vida, todo eso después de estar inactivo por 4 años, debido a que luchó en la Segunda Guerra Mundial. Esta es la historia de Al Rosen.

 

 


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