Enlace Judío México- Baby’O y Luis Miguel son, sin duda, los nombres que surgen en la mente cuando pensamos en Acapulco. A 42 años del nacimiento de la icónica discoteca, Eduardo Cesarman, socio fundador, acompañado de su hijo Alan, nos platica cómo inició este proyecto que marcó un antes y un después en la vida nocturna del puerto.

UNA ENTREVISTA DE JOSÉ STRIMLING- Ya no acude el “jet set” porque ya no existe el concepto, pero siempre hay una larga fila de gente esperando entrar al Baby’O, un discoteca que ha vivido la historia de Acapulco y ha visto desfilar a personalidades como Ringo Starr, Michael Jordan, Bono, George Clooney... y en especial el ídolo del puerto, Luis Miguel.

Todo inició en 1976, en una Semana Santa, cuando a Cesarman y a otros se les ocurre poner “algo” en Acapulco. Desde lo que hoy es Punta Diamante, un “conceptólogo” ideó la fachada-letrero de arena, que ostenta el nombre del lugar. La entrada sería por la “O”. El lugar se construyó en 5 meses y es hoy, un “fenómeno”, pues sigue de pie, funcionando, con sólo algunos arreglos superficiales.

La creatividad ha sido uno de los secretos de esta discoteca. Al inicio, no “pegó” pero decidieron organizar allí conciertos. Y por sus pistas aparecieron Tabares, Gloria Gaynor, Donna Summer, Emmanuel, Mijares, entre otros…

A lo largo de los años, se transformaron los temas de las fiestas: antes se hacía las Pijamadas y ahora se “arman” las “Toga Party”, con atendencia de 700 a 800 personas.El lugar cuenta con una pista de baile, de la cual prescinden hoy otros “antros” y la música es “fresa”, o sea ochentera, aunque también se toca Rock y Reggaeton. “El DJ tiene que ser muy bueno” dice Cesarman, “porque tiene que tocar durante ocho horas, y no puede repetir canciones”.

En cuanto a bebidas, hubo una época donde lo fuerte era la coctelería. Hoy, reina el tequila y el vodka. La bebida de la casa es el Baby Mango y se inventan tragos. Lo de hoy es la “barra de la muerte”, una barra de “shots”. Allí se inventaron los “muppets”, que era una combinación de champaña con tequila. Desde entonces, pasaron los “numeritos”, los “avatars” y las bebidas con “Jägger”.

Otro secreto es la calidad: “Cuidamos la calidad del alcohol, del servicio, de la música y de la seguridad”. Al Baby’O se puede ir en familia, a veces hay tres generaciones reunidas allí.

El Baby’O es también el segundo hogar de Luis Miguel, el ídolo de la canción mexicana: “Es impresionante lo que representa para el Baby ‘O y para Acapulco. Cuando está en la discoteca, todos se vuelcan sobre él,  quieren acercarse, tomarse una foto, tocarlo. Es imposible llegar a la esquina del lugar”.

“Hemos hecho otros “antros” concluye Cesarman, “pero el Baby’O ha sido un lugar con suerte, algo lo iluminó. Es único“.