Enlace Judío México.- La historia que la turba de “Deroguen el ICE” no quiere que ustedes escuchen.

JOSEPH KLEIN

El Presidente Trump elogió a oficiales federales de inmigración, a quienes él llamó “héroes,” en un evento de la Casa Blanca el lunes. El presidente dijo a un público de 150 oficiales y agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), “Ustedes son los patriotas, y ustedes son los héroes, ustedes son los combatientes, y ustedes son los guerreros para la justicia. Ustedes son buena gente. Ustedes nos mantienen a salvo, ustedes nos mantienen libres, y ustedes nos ponen muy, muy orgullosos.” El Presidente Trump prometió “asegurar nuestras fronteras de una vez por todas.” Él denunció a la “coalición de extremistas de fronteras abiertas” por sus “ataques vergonzosos contra nuestra gran aplicación de la ley” y su “campaña para abolir al ICE.”

Las agencias de control de inmigración están librando al país de criminales extranjeros ilegales cada día e impidiendo que más aspirantes a inmigrantes ingresen ilegalmente al país. El martes por la mañana, ellos hicieron algo más. El ICE hizo justicia, tan largamente esperada, para las víctimas del Holocausto retirando del suelo estadounidense a un criminal de guerra que parece haber sido el último sospechoso de crímenes de guerra nazis sobreviviente viviendo en Estados Unidos.

La Casa Blanca anunció que el ICE había implementado una orden de deportación del 2004 para Jakiw Palij, un ex SS guardia de campos de concentración nazis en la Polonia ocupada por los alemanes que se volvió un residente de Queens, New York, en la posguerra. Fue trasladado en avión desde Estados Unidos a Alemania, la cual acordó aceptarlo después de mucha discusión. Palij, ahora de 95 años, se había desempeñado en 1943 como un guardia armado en el campo de trabajo de Trawniki en la Polonia ocupada por Alemania, impidiendo el escape de prisioneros judíos durante su servicio nazi. Durante ese mismo año, aproximadamente 6,000 niños, mujeres, y hombres judíos que estaban encarcelados en el campo de trabajo de Trawniki fueron asesinados a tiros en una horrorosa masacre.

Mientras administraciones previas habían retrasado librar al país de este ex criminal de guerra nazi, la administración Trump priorizó la remoción de Palij, quien había permanecido en Estados Unidos por décadas bajo pretextos falsos. Él llegó a Estados Unidos en 1949 y se volvió un ciudadano estadounidense en 1957, después de ocultar su pasado nazi de las autoridades de inmigración. Finalmente, tras diez años de haber sido rastreado por investigadores, un juez federal revocó la ciudadanía estadounidense de Palij en agosto del 2003. Se ordenó que fuera deportado a Ucrania en el 2004, pero nunca llegó allí. Su apelación administrativa fue negada en el 2005. Palij se rehusó a asumir cualquier responsabilidad por sus acciones, afirmando que él fue obligado por los nazis a desempeñarse como guardia y nunca fue un colaborador. Palij no fue acusado de hecho de tomar parte en la matanza de judíos pero fue considerado ”un componente esencial en la maquinaria de aniquilación” en el campamento donde trabajó como guardia, según Eli M. Rosenbaum, director de una unidad especial de investigación para el Departamento de Justicia en la época en que Palij fue despojado de su ciudadanía.

”Que vengan a buscarme,” dijo Palij en forma desafiante cuando fue entrevistado en el año 2003. ”No estoy huyendo. ¿Qué harán ellos? ¿Dispararme? ¿Ponerme en la silla eléctrica? ¿Adónde van a deportarme? ¿Qué país va a recibir a un anciano de 80 años de edad con mala salud?” Durante trece años más después que Palij perdiera su apelación administrativa, este ex criminal de guerra nazi continuó viviendo la buena vida en Estados Unidos, compartiendo una casa de dos pisos con su esposa en una calle arbolada en Queens y cobrando sus cheques del seguro social.

Los gobiernos de Bush y Obama no llegaron a ninguna parte en tratar de convencer a Alemania, Polonia y otros países de que recibieran a Palij. Alemania se había resistido a asumir la responsabilidad, ya que él nunca fue un ciudadano alemán y nació en un área que anteriormente había sido parte de Polonia (ahora una parte de Ucrania). Parecía que Palij iba a vivir el resto de su vida en Estados Unidos hasta que intervino la administración Trump. El Presidente Trump había planteado la cuestión en persona a la canciller alemana Angela Merkel. Luego hizo falta la diplomacia personal del actual embajador estadounidense ante Alemania, Richard Grenell, para sellar el acuerdo.

El ministro del exterior alemán, Heiko Maas ha sido crítico del Presidente Trump en el pasado. Sin embargo, eso no lo detuvo de aceptar finalmente la solicitud del gobierno de Trump de aceptar a Palij en Alemania. “Aceptamos la obligación de Alemania, en cuyo nombre fue cometida terrible injusticia bajo los nazis,” dijo el Sr. Maas al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung el martes. “Estamos asumiendo la responsabilidad de cara a las víctimas del nacional-socialismo y nuestros socios internacionales — aun si eso demanda de nosotros lo que a veces son consideraciones políticamente difíciles.”

Irónicamente, el ICE implementó la orden de deportación para quitar al ex nazi Palij de su residencia localizada en el mismo distrito congresional por el que la social-demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, quien quiere abolir el ICE, se está candidateando para representar. Ocasio-Cortez recaudó fondos con un grupo, Occupy ICE LA, que se refirió al ICE como “la Gestapo.” Para protestar por el ICE, ella llamó a una estrategia de ocupación total de la prensa, declarando incluso “Tenemos que ocupar todo aeropuerto.” Jakiw Palij, un agente de los nazis cuya Gestapo real desempeñó un rol crucial en el plan nazi para exterminar a los judíos de Europa, habría estado feliz si la estrategia de ocupación de aeropuertos de Ocasio-Cortez hubiese tenido éxito. Entonces su avión a Dusseldorf, Alemania, no podría haber sido capaz de despegar y él podría haber estado nuevamente viviendo, al menos temporalmente, en el distrito al que Ocasio-Cortez, quien odia los campamentos de detención del ICE, quiere servir.

 

 

 

Joseph Klein es un abogado entrenado en Harvard y el autor de Engaño Global: El Ataque Sigiloso de la ONU Sobre la Libertad de Estados Unidos y Compromiso Letal: Barack Hussein Obama, las Naciones Unidas y el Islam Radical.

 

 

Fuente: Front Page
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

 

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