Enlace Judío México e Israel – “La gente que volvía de los campos de concentración no podía hablar, ni siquiera sabía cómo contar todo lo vivido. Yo me apellido Mangel y tengo origen judío. Tal vez eso haya influido inconscientemente en mi elección del silencio”.

Estas son las palabras del mimo más aplaudido de la historia, quien con sus talentosos movimientos hizo reír a cientos de audiencias, mientras que en su memoria existía un pasado lleno de tragedia y de tristeza.

Los nazis llegaron a los pueblos de Alsacia y Lorena en el año de 1939, estas regiones eran una de las ambiciones de Adolfo Hitler, sin embargo, se encontraban bajo dominio francés. Una vez tomadas por los nazis, los judíos fueron deportados al suroeste de Francia, y entre ellos, la familia Mangel.

En aquel entonces Marcel era un adolescente de 16 años y se negó a sumarse a las largas filas de deportados, así que tanto él como su hermano cambiaron su apellido a Marceau y se unieron a la resistencia con una genuina convicción.

El paso de Marcel por la resistencia fue asombroso, pues se dedicó a confeccionar documentos falsos para poder poner a niños a salvo, así como también ayudó a muchos judíos a trasladarse a Suiza, que durante la Segunda Guerra Mundial, era para los judíos un refugio seguro y neutral.

Una vez terminada la guerra, Marcel se enteró de una terrible noticia: su padre fue deportado y murió asesinado en Auschwitz. Profundamente dolido Marcel ingresó a la escuela de arte dramático en Paris y su talento comenzó a ser cada vez más reconocido.

En 1947 Marceau creó a Bip, un payaso con un suéter a rayas y un maltratado sombrero decorado con una flor, según lo explicó Marcel, aquella flor representaba la fragilidad de la vida.

Lo que siguió después fue una vida llena de éxitos y múltiples presentaciones en las que millones de seres humanos le aplaudieron de pie.

Marcel es reconocido como uno de los mejores mimos de la historia, capaz de hacer reír y llorar sólo con mudos movimientos, con esa magia tan comunicativa que lograba con su cara, su cuerpo y sus gestos. Marcel fue un mimo que sin duda merece ser recordado, pues pocos saben que durante la Segunda Guerra Mundial logró poner muchas vidas a salvo.

Murió en Cahors, Francia a los 84 años.