Enlace Judío México e Israel.- Ayer explicamos que Rosh Hashaná es el día del juicio. Que ese día D-os examina nuestras acciones y decide qué destino merecemos el próximo año, en función de los que hemos hecho este año que pasó.

RAB YOSEF BITTON

Hay una metáfora muy hermosa que nuestros rabinos mencionaron en la Mishná para ilustrar esta profunda idea. En Rosh Hashaná כל באי עולם עוברין לפניו כבני מרום Todos los seres humanos pasan delante del Todopoderoso como el rebaño de ovejas [pasa delante del pastor]”

Una vez por año el pastor reúne a todas sus ovejas en el corral para examinar cuidadosamente a cada una de ellas. El experto pastor sólo necesita unos pocos segundos para evaluar a cada animal. Primero observa al animal y luego lo palpa para verificar la calidad de su lana. El pastor también examina con su mano el cuerpo de la oveja, para ver si el animal está en buenas condiciones. Luego de esa breve inspección, el pastor toma su pincel y marca a cada oveja con un color diferente. Si la lana de la oveja es de buena calidad, el pastor pintará la espalda de la oveja con una marca, digamos, amarilla. Lo que significa que esta oveja irá para el esquile. Cuando el pastor ve que la oveja, aparte de tener buena lana, también está sana y fuerte, la pintará con una marca de color azul, lo que significa que esta oveja será destinada para la reproducción. Ahora bien, si la lana de la oveja no es de buena calidad, la oveja no sirve ni para el esquile ni para la reproducción. En este caso el pastor pintará a la oveja con una marca roja, lo que indica que esta oveja será sacrificada y su carne se usará para la alimentación. Así, en unos segundos, el pastor determina el destino de cada animal para el próximo año.

Nuestros rabinos utilizaron esta hermosa metáfora para explicar cómo somos juzgados los seres humanos por Hashem en Rosh Hashaná. El Todopoderoso examina cuidadosamente a cada uno de nosotros. Hashem observa lo que hicimos y no hicimos durante el año anterior, si hemos crecido, aprendido, si hemos mejorado o si hemos perdido nuestro tiempo, y determina nuestro destino, marcándonos para el éxito, la buena salud, la vida o Jas Veshalom para nada de eso….

2 observaciones muy importantes.

1. ¿Cómo sabemos de qué color es la marca que tenemos en nuestras espaldas? Al igual que las ovejas, que se pasean por el rebaño sin saber de qué color es la marca que llevan, los seres humanos no podemos saber con seguridad con qué color hemos sido marcados. Aun cuando estimemos que hemos hecho muchas cosas buenas durante el año que pasó, no podemos estar seguros si lo que hemos hecho es suficiente a los ojos de Hashem. Quizás, Él, que conoce mi potencial mejor que yo mismo, esperaba mucho más de mí. Por lo tanto, como no podemos saber con certeza con qué color hemos sido marcados, TODOS asumimos que llevamos una marca roja en nuestras espaldas….

2. ¿Y ahora qué? Nuestra ventaja por sobre las ovejas es que a diferencia de las ovejas, nuestro destino, si bien está marcado en Rosh Hashaná, todavía está pendiente. ¡Nuestro caso, y el veredicto final, sigue abierto hasta Yom kipur! La magia de la Teshuvá, el arrepentimiento, es que Hashem nos da la oportunidad de apelar Su propio veredicto. Tenemos tiempo desde Rosh Hashaná hasta Yom Kipur para arrepentirnos, admitir nuestras faltas, pedir perdón y “convencer” al Pastor con argumentos creíbles que aunque durante el año que pasó no hayamos brillado, el próximo año ¡lo vamos a hacer! En Yom Kipur, dedicamos todo el día a este tema: apelar la posible sentencia capital; pedir perdón, resolver mejorar y recurrir en última instancia a la compasión de Hashem para que nos conceda “jaim”, “vida”. Una nueva oportunidad para demostrarle que merecemos nuestra existencia.

 

 

Fuente:halajá.org