Enlace Judío México e Israel.- Estados Unidos deja de consentir la hostilidad palestina hacia Israel.

EDITORIAL THE WALL STREET JOURNAL

La administración Trump está tocando el silbato acerca de la Organización para la Liberación de Palestina, y sería difícil identificar un control de la realidad largamente atrasado en la política exterior estadounidense.

La administración anunció el lunes que cerraba la oficina de la OLP en Washington, citando falta de progreso en las negociaciones de paz. La OLP comenzó como una organización terrorista pero se le permitió abrir una oficina en Washington en 1994 después que los acuerdos de Oslo produjeron esperanza de una nueva era de reconciliación entre la OLP e Israel.

Esa esperanza nunca ha sido satisfecha, notablemente desde que el fallecido líder de la OLP, Yasser Arafat, comenzó la segunda intifada después de alejarse de la generosa e histórica oferta de paz israelí negociada por Bill Clinton en el año 2000. El consentimiento a largo plazo de la obstinación de la OLP ha tenido el efecto de permitir levantar un sentimiento anti-Israel tóxico y reflexivo dentro de las instituciones internacionales, así como entre académicos y estudiantes en los campus estadounidenses.

La administración Trump ha tratado de revivir las conversaciones entre israelíes y palestinos, pero ha mostrado menos tolerancia a la resistencia palestina. En noviembre pasado el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, utilizó su discurso en las Naciones Unidas para pedir la investigación y enjuiciamiento de funcionarios israelíes por parte de la Corte Penal Internacional (CPI). La administración Trump dijo entonces que la oficina en Washington de la OLP estaba en riesgo de cierre.

La solicitud de Abbas de una investigación de Israel por parte de la CPI fue conscientemente provocativa, y la oficina en Washington de la OLP habría sabido eso. El Congreso de Estados Unidos dijo en el año 2015—antes que Donald Trump fuera Presidente—que se solicitó al Secretario de Estado que certificara que la OLP no estaba tratando de usar a la CPI contra Israel.

El lunes, en un discurso ante la Sociedad Federalista, el Asesor en Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, dejó en claro que Estados Unidos repelerá duramente cualquier investigación de la CPI que involucre a miembros del ejército estadounidense o a aliados del país.

“Estados Unidos,” dijo Bolton, “usará cualquier medio necesario para proteger a nuestros ciudadanos y a los de nuestros aliados del procesamiento injusto por parte de este tribunal ilegítimo. No cooperaremos con la CPI.”
Mientras tanto, a fines del mes pasado Estados Unidos anunció su corte permanente de la financiación a la Agencia de Ayuda y Obras de Naciones Unidas, o Unrwa, una fuente primaria de apoyo financiero a los palestinos por décadas. Los números son significativos. La decisión estadounidense recortará más de u$s300 millones del presupuesto de u$s1.240 millones de Unrwa. Para ahora la agencia de la ONU es esencialmente un gobierno en las sombras en los territorios controlados por los palestinos. Solamente en Gaza hay 274 escuelas de Unrwa con una población estudiantil de 280,000.

El punto de todo esto no es ser reivindicativo sino mostrar a Abbas y a la OLP que ellos no pueden seguir suscribiendo libros de texto antisemitas y terrorismo contra Israel sin consecuencias. Si los palestinos quieren ser tratados con el respeto de un socio de la paz, primero tienen que mostrar un deseo de paz.

 

 

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.