Enlace Judío México e Israel .- Los vientos de guerra están soplando en Gaza. Los últimos meses han estado repletos de bombardeos de cohetes, drones, globos y cometas incendiarios (ardiendo o conteniendo explosivos) volando dentro del espacio aéreo israelí, e irrupciones fronterizas. Israel está trabajando en soluciones, pero está también buscando encontrar ayuda de un aliado improbable: Egipto.

JACOB NAGEL Y JONATHAN SCHANZER

Este mes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reunió en secreto con el presidente egipcio Abdel Fatah al-Sisi. Algunos días después, el jefe de la inteligencia de Egipto, Abbas Kamal visitó Israel como un invitado del Asesor en Seguridad Nacional israelí y probablemente también se reunió con Netanyahu. Las conversaciones continúan enfocándose en las formas de atacar la crisis en Gaza – un territorio que limita con ambos países.

Netanyahu y Sisi tienen una fuerte relación, basada tanto en la confianza como en intereses mutuos. Ellos no ocultan este hecho. De hecho, se reúnen públicamente e incluso se han permitido ser fotografiados juntos, lo cual es un cambio marcado de la era de Hosni Mubarak.

La lista de intereses mutuos de Egipto e Israel es considerable. Esto incluye una antipatía mutua por Hamás. Egipto ve al grupo terrorista anti-Israel como una amenaza debido a su alianza con el régimen previo de la Hermandad Musulmana de Mohammed Morsi. Los dos países también trabajan juntos para evitar el contrabando de armas de la Península del Sinaí a la Franja de Gaza controlada por Hamás. Los esfuerzos egipcios por bloquear el contrabando a través de túneles subterráneos no han sido menos que destacables.

Los dos países ven también como un gran peligro la presencia del Estado Islámico en el Sinaí, y trabajan en equipo para combatir esta amenaza. Ellos ven de igual manera la amenaza iraní como una que debe ser contrarrestada, tanto en sus alrededores inmediatos, tanto como en toda la región.

Su intento actual por encontrar al menos un acuerdo a corto plazo para reducir las tensiones en la inquieta Franja de Gaza es complicado. Ambas partes entienden que un acuerdo a largo plazo no es probable con Hamás, principalmente porque el grupo no renunciará a la violencia. Y en tanto el grupo terrorista retenga el control sobre este territorio, ni Israel ni Egipto esperan estar contentos con el resultado. Así, mientras los dos países tratan de encontrar formas de reducir la tensión, permanecen preparados para una nueva ronda de violencia. Después de todo, tales rondas ocurren cada tantos años.

Sisi quiere que el gobierno de la Autoridad Palestina de Mahmoud Abbas en la Margen Occidental asuma el control de Gaza. Él incluso parece dispuesto a proporcionar algunos alicientes económicos a Hamás para ayudar a negociar la calma a largo plazo. El problema es que Abbas, quien ve a Hamás como un aciago rival político, no aceptará nada que lo fortalezca en forma alguna. Como dijo Abbas la semana pasada, un acuerdo entre Israel y Hamás ocurrirá sobre su “cadáver.”

Los patrones externos de Hamás, tales como Turquía y Qatar, quisieran cambiar la ecuación permitiéndole tener más poder y fortaleciendo a la Hermandad Musulmana dentro de Egipto. Esto es algo que ni Egipto ni Israel tolerarán.

Irán, otro patrón de Hamás, busca usarlo como un medio para desafiar a Israel en forma indirecta. Cuanto más importune Hamás a Israel, menos tiempo y energía tendrán las Fuerzas de Defensa de Israel para hacer frente a las amenazas más serias patrocinadas por Irán sobre las fronteras norteñas de Israel. De hecho, Irán ya ha levantado un arsenal considerable para Hezbolá en Líbano y está tratando de hacer lo mismo con sus fuerzas y satélites en Siria también.

Está, por supuesto, la pregunta persistente de si el nuevo plan de paz estadounidense – ideado por el equipo de la administración Trump de Jared Kushner y Jason Greenblatt – puede ayudar a abordar el problema de Gaza. En medio de las señales mezcladas sobre el contenido del plan y los posibles retrasos en la implementación, Cairo y Jerusalén no pueden contar con Washington.

Israel tiene metas a largo plazo para Gaza. Una alta prioridad es el retorno de sus soldados y ciudadanos desaparecidos. En un mundo perfecto, Israel luego aseguraría la desmilitarización del enclave costero eliminando los túneles de contrabando y comando, depósitos de misiles, laboratorios de armas, y más. Pero nada de esto parece posible en este momento.

Con violencia en curso y ninguna solución a la vista, Israel ve poca opción más que responder a las provocaciones en sus fronteras, y destruir la infraestructura terrorista cuando lo estima necesario.

Esto no deja a Egipto fuera de la ecuación. Egipto, el cual ha celebrado conversaciones entre los distintos actores palestinos en las últimas semanas, continúa presionando por un entendimiento a corto plazo en Gaza. Cairo continúa transmitiendo las ofertas de Israel de concesiones pequeñas, tanto como sus advertencias, si Hamás viola sus líneas rojas. El último punto es uno que Cairo debe reforzar: La próxima ronda de combate, si llega a pasar, promete ser mucho más corta y mucho más decisiva y destructiva que las rondas anteriores.

En otras palabras, Cairo entiende que la próxima guerra será brutal. Este continúa transmitiendo que si los dos lados llegan a los golpes nuevamente, Hamás tiene mucho que perder. De hecho, Israel puede usar la próxima ronda para imponer un nuevo status quo en el cual las Fuerzas de Defensa de Israel anuncien el retorno de la Autoridad Palestina a Gaza después de haber sido eyectada por el grupo terrorista en el brutal conflicto interno del 2007.

Egipto continúa presionando por acuerdos a corto plazo basados en los términos del cese del fuego alcanzado después del último gran conflicto en el 2014. Hamás busca la reapertura de la frontera con Israel y la flexibilización de las restricciones de pesca. Pero Israel no puede complacer esas solicitudes mientras la violencia está en curso. Y éste es un mensaje que Cairo continúa transmitiendo.

Pero incluso la falta de violencia no es suficiente para Israel. Hamás levanta sus capacidades militares durante tiempos de calma en preparación para el próximo conflicto. Este ciclo es el que Israel busca quebrar. Sólo un acuerdo que entienda esta cuestión crucial será considerado un éxito por parte del gabinete de Israel y la “Kirya” – el equivalente israelí del Pentágono.

Egipto, por lo tanto, desempeña un rol crucial en prevenir un conflicto – uno que el ministro de defensa israelí Avigdor Lieberman ha advertido será muy doloroso para ambas partes. Si estalla ese próximo conflicto, Hamás ahora ha sido advertido: Podría llevar al inicio de un acuerdo a largo plazo muy diferente, uno donde Hamás ya no controle más la Franja de Gaza, y con Egipto e Israel cooperando estrechamente con el sucesor del grupo terrorista.

 

*Jacob Nagel, General de Brigada (Reserva), es un profesor visitante en la facultad Aeroespacial del Technion y un miembro visitante en la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD). Fue anteriormente director del Consejo de Seguridad Nacional de Israel y asesor en seguridad nacional (en ejercicio) del Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Jonathan Schanzer, ex analista en finanzas del terrorismo en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, es vicepresidente en la FDD.

 

Fuente: Real Clear Defense
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

 

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