Enlace Judío México e Israel – La ministra israelí de Cultura, Miri Regev, y el ministro de Finanzas, Moshé Kahlon, presentaron un proyecto de ley que permitiría al gobierno retener fondos a “organizaciones culturales que trabajan contra los principios del Estado”.

Durante mucho tiempo, Regev ha buscado el apoyo de Kahlon para castigar a las instituciones que producen o presentan lo que ella llama arte “subversivo”, pero hasta ahora no lo había conseguido.

La propuesta se presentará ante el Comité Ministerial de Legislación a fines de octubre cuando la Knéset reanude sus actividades tras su receso de verano.

La ley permitirá al gobierno retener fondos de organizaciones o eventos que nieguen el carácter judío y democrático del Estado de Israel; inciten al racismo, la violencia o el terrorismo; apoyen la lucha armada o los actos de terrorismo contra Israel por parte de un país enemigo o un grupo terrorista; consideren el Día de la Independencia de Israel como un día de luto; degraden o destruyan la bandera o cualquier símbolo de Estado.

“En Israel hay libertad artística, pero no hay libertad para explotar el financiamiento público y atacar los valores del Estado o sus símbolos”, dijeron los ministros en una declaración conjunta.

“La libertad de expresión es valiosa e importante, pero una democracia tiene derecho a protegerse a sí misma”, dijeron. “En Israel hay artistas de primer grado que honran al Estado y nos enorgullecen a todos, pero también hay pequeños grupos extremistas que nunca pierden la oportunidad de incitar contra el Estado de Israel y las FDI. Esto es inapropiado y es inaceptable que el Estado apoye a estos grupos”.

Mientras tanto, los legisladores de la oposición criticaron la propuesta. La líder de la oposición, Tzipi Livni aseveró que “la demanda de lealtad en el arte es otro paso para silenciar la expresión y que la cultura a sea portavoz del gobierno”.

“Israel es lo suficientemente fuerte para la libertad en el arte y la cultura”, agregó Livni.

Tamar Zandberg, presidenta del partido de izquierda Meretz calificó la propuesta de antidemocrática.

“Cada vez es menos claro que Miri Regev tiene en contra de la cultura israelí, una cultura exitosa y popular que los israelíes aman”, dijo. “La ministra de cultura la ataca una y otra vez, en un esfuerzo del gobierno de alejar a Israel de una democracia liberal y convertirlo en un Estado que persigue a los artistas y los censura. Esta vez, la víctima es nuestra cultura”.

A principios de esta semana, Regev solicitó al Ministerio de Finanzas examinar la financiación del Festival Internacional de Cine de Haifa debido a la proyección de películas “subversivas”.

El sitio de noticias Walla informó que las dos películas que podrían enfurecer a la ministra serían “Fuera”, que relata la historia de un ex soldado de las FDI que se une a una organización de derecha e intenta dañar la reputación de los activistas de derechos humanos, y “Sueños de Aco” que cuenta una historia de amor entre una mujer judía y un árabe durante el Mandato Británico.

El año pasado, el Teatro Árabe Hebreo celebró un evento en honor a la poeta árabe israelí Dareen Tatour durante el cual se leyeron sus poemas, incluido uno titulado, “Resistir a mi pueblo, resistir”. Tatour fue sentenciada el mes pasado a cinco meses de prisión por “incitar terrorismo “en sus poemas.

El teatro también organizó un evento llamado “Escritos desde la prisión”, que presenta textos de presos de seguridad palestinos encarcelados en prisiones israelíes.

Tras la protesta de Regev, los representantes de los ministerios de cultura y finanzas decidieron que las actuaciones ofensivas son incidentes aislados y acordaron multar al teatro en lugar de recortar sus fondos.

Desde que asumió su puesto tras las elecciones de 2015, Regev ha amenazado con recortar el financiamiento del Estado a producciones culturales y organizaciones que considera desleales al Estado judío.

Hace dos años, abandonó un evento de los premios Ofir, el equivalente de los Oscar en Israel, cuando se leyó un poema del difunto poeta palestino Mahmoud Darwish, porque su obra cuestiona la existencia de un Estado judío.

También aseveró que la aclamada película “Foxtrot” difama al Estado de Israel. La historia de los padres que lloran la pérdida de su hijo es en gran parte alegórica, pero Regev insistió que la película “es una autoflagelación y coopera con la narrativa anti-israelí”. Tras su lanzamiento, Regev solicitó información detallada sobre el proceso de aprobación de películas, en un intento de tomar medidas drásticas contra los fondos estatales para películas que critican las políticas del gobierno israelí.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico