Enlace Judío México e Israel – El cine hollywoodense estará en total bancarrota pero el 56 Festival de Cine Neoyorquino llega más vigoroso que nunca con casi 70 películas y cuatro conversaciones gratuitas para el público con directores afamados como Alice Rohrwacher, Alfonso Cuarón, Jia Zhangke y Errol Morris. 
NEDDA G. DE ANHALT DESDE NUEVA YORK EN EXCLUSIVA PARA ENLACE JUDÍO
La película que abre el festival es The Favourite (Irlanda/Reino Unido/EUA, 2018, 121m) de Yorgos Lanthimos; la central es Roma (México, 2018, 135m) de Alfonso Cuarón y la que finaliza el festival es At Eternity’s Gate (EUA/Francia, 2018, 111m) de Julian Schnabel.
Es obvio que la cronista no podrá reseñarlas en su totalidad porque, de hecho, los integrantes de la prensa no las vemos todas, ni siquiera en el mismo orden en que aparecen para el público.
Comienzo como las están presentando. Her Smell (EUA, 2018, 134m) que se estrena en Norteamérica, del director Alex Ross Perry; tiene como estrella a la cantante Becky de una banda de rock que interpreta con brillo y empatía la actriz Elisabeth Moss. El filme es intenso, claustrofóbico, pues todo sucede en los camerinos con esta estrella caprichosa que es impuntual, peleonera con los miembros de su banda, y así, en medio de toda esa algarabía de gritos, insultos y peleas, Becky está criando a su hijita de dos años aproximadamente. La niña va de los brazos de su madre a los de su padre o a los de cualquiera del grupo y en esa disparidad se va acostumbrando a ese mundo de alcohol, drogas y ritos satánicos. Esta primer parte del filme que guarda un ritmo acezante se logra en gran parte por la cinematografía de Sean Price Williams y la edición de Robert Greene. La segunda parte es silenciosa con una Becky de cara lavada, colores claros, una hija ya crecida de nueve años. Es cuando su manager (Eric Stoltz) le organiza su regreso y tal vez éste sea muy azucarado una vez más, con ese público aullante que la adora. Los cinéfilos saldrán contentos porque esta rockera sigue los consejos de la famosa Josephine Baker cuando en el escenario gritaba: “se cambia, se cambia”.
De Wildlife (EUA, 2018, 104m) de Paul Dano no debería hablar pues sólo vi el final, pero me gustó tanto. Tiene una actriz (Carrey Mulligan) y un actor (Jake Gyllenhaal) que son excelentes.
El documentalista Frederick Wiseman  tiene en su haber 45 documentales y Monrovia, Indiana ( EUA, 2018, 143m) su más reciente sería el 46 a sus 88 años de edad. La cronista ha visto varios de ellos. Ahora recuerda At Berkeley (2013), que estuvo francamente aburrido. No fue así con Boxing Gym (2010) y National Gallery (2014) que fueron fabulosos. Monrovia, Indiana pertenece a esta misma categoría de los dos últimos. Wiseman se ocupa de cubrir paisajes, personas, animales y todo tipo de problemas que se suscitan con esa clase media. El filme se abre como un enorme collage que contiene escenas cotidianas de la vida. Como sería, por ejemplo, la discusión que sostiene una serie de ciudadanos sobre la aprobación o no de 250 construcciones. Unos opinan que habría un desequilibrio enorme por carecer de suficientes escuelas para la nuevos pobladores que vendrían a ocupar esos espacios. Los salones de peluquería gozan de buena salud tanto para hombres como los de mujeres. Por su parte, los cerdos gordos, rosados, son enjaulados de modo inmisericorde ; mientras un perro anestesiado le rasuran su larga cola, la cual cortan creando un regadero de sangre. Le dejan un rabo mochito. De verdad, el que vea esa secuencia se dará cuenta que no vale la pena tanto sufrimiento de los animales causada por la vanidad del ser humano.
Sorry Angel (Francia, 2018, 132m) de Christophe Honoré, es un filme que exhibe un verbalismo típico del cine francés. Estos diálogos y conversaciones se entretejen con escenas de alto contenido sexual gay. De algún modo, estas relaciones humanas entre hombres parecen funcionar pero en realidad, no del todo. Uno está enfermo de SIDA; el otro está casado, tiene un hijo y posiblemente, su mujer ignore la doble vida de su esposo; no así su hijo adolescente que desde chiquito sabía estos quehaceres de su padre. Sin embargo, llega un momento en que afirma su masculinidad cuando aclara a uno de ellos que ya no se llama Lou Lou, como seguro le decían, sino Louis. El tercero es un joven con tendencias bisexuales. Estas relaciones se van complicando y de un trío de hombres pasamos a un cuarteto que incluye a una mujer joven y bonita que parece aceptar todo esto, como supuestamente se espera que los espectadores también lo hagan, pero, ¿lo harán? Casi todo sucede en la noche. La película es oscura como lo son estas relaciones donde hay mucho sufrimiento, aunque se le quiera dar un aire de ligereza.
Continuará