Enlace Judío México – Si de repente te quedaras ciego y una persona encontrara la cura a tu ceguera, arreglara tus ojos y pudiera regresarte la vista, ¿cómo le agradecerías? Si esa misma persona pudiera darte herramientas para trabajar, vivir, comer y levantarte todos los días, ¿qué harías?, ¿cómo le agradecerías? Si a una persona así estaríamos obligados a agradecer por el resto de la vida, ¿cuánto más a D-os, quien nos dio la vida, el mundo y todo lo que se encuentra en él? Esa es la idea de por qué recitamos el Halel. La palabra en hebreo quiere decir “alabanza” y es un rezo que se hace en ocasiones especiales para agradecer a D-os los múltiples milagros que nos ha dado, desde la Creación hasta la salida de Egipto.

Su origen se encuentra en la perasha (porción de Torá) de Emor, donde se nos ordena alabar y agradecer a D-os. ¿Por qué hacemos esta mitzva? Porque es nuestra obligación agradecer, no porque el sujeto a quien agradecemos necesite de nuestra retribución, sino porque nosotros necesitamos hacerlo. D-os no necesita nuestras alabanzas, Él es eterno y perfecto sin ellas, no depende de nosotros. Sin embargo, nosotros sí dependemos de Él y sólo a través del agradecimiento podemos apreciar los regalos diarios que D-os nos da. El Halel se recita en varias de las festividades judías, está enfocado a ayudarnos a percibir la grandeza de D-os, el amor que demuestra hacia el hombre y la compañía que ha dado a Israel desde la salida de Egipto.

Estructura

El Halel consiste en un compendio de Salmos escritos por el Rey David y compilados como rezos por los Sabios del Talmud que relatan la grandeza de D-os. Se lee durante las fiestas judías y abarca del Salmo 113 al Salmo 118. Los salmos 115 y 116 fueron divididos en dos secciones cada uno. ¿Por qué? Se pregunta Barry Yaffe, graduado de la universidad Yeshiva del Sur de Atlanta y experto en Salmos, ¿Cuál es la estructura organizadora del Halel? ¿Por qué específicamente fueron seleccionados estos salmos? y ¿por qué fueron divididos de esta manera?

Él establece una correlación directa entre la temática de cada uno de los salmos y las siete festividades judías que son obligadas por la Torá en el capítulo de Emor. Las exploraremos a continuación.

Shabat

El primer salmo, el Salmo 113 habla sobre la magnificencia de D-os al haber creado la Tierra, el Cielo y darle al vientre la posibilidad de dar vida. Habla sobre la importancia de santificar el nombre de D-os. Por su lado, Shabat es la festividad en la cual celebramos la creación tanto del hombre, como del mundo y el Universo entero; recordamos también que el objetivo de ambos es hacer de la Creación un lugar que pueda ser habitado por D-os, en el cual podamos “santificar su nombre.” El Salmo 113 por ello mismo tiene una correlación directa con Shabat.

Pesaj

El segundo salmo, el Salmo 114 habla sobre la salida de Egipto del pueblo de Israel. Relata los milagros que ocurrieron en ese momento y en el desierto. Este salmo refleja el espíritu de la festividad de Pesaj, en la cual también celebramos la salida de Egipto y los milagros hechos por D-os a Israel en el desierto.

Shavuot

El tercer salmo, el Salmo 115 fue dividido por Nuestros Sabios en dos partes. La primer parte abarca los primeros 11 versos del salmo y la segunda los últimos seis. La primer parte habla sobre la importancia de hacer el nombre de D-os grande y de apartarse de los ídolos que no pueden oír, no pueden hablar y no pueden ver. Remarca la importancia de temer a D-os, apegarse a Él y confiar en Él. Dr. Yaffe muestra cómo los versículos pertenecientes a este salmo se parecen bastante a los conceptos que los Diez Mandamientos y la Entrega de la Torá mencionan. Por ello mismo la primera mitad del Salmo 115 se refiere indirectamente a la festividad de Shavuot, el día en que festejamos haber recibido la Torá.

Rosh Hashaná

La segunda mitad del salmo 115 empieza diciendo que D-os nos ha recordado y concluye mencionando que D-os ha dado la tierra a la humanidad, que los muertos no pueden alabar a D-os y sólo nosotros durante este tiempo podemos hacerlo. Rosh Hashaná es la festividad donde coronamos a D-os como Rey. Recordamos que Él creó el Cielo, la Tierra y todas nuestras acciones dependen de Él, ya que es Él quien nos da la vida y todo lo que nos rodea. Sin embargo, es un día en donde no solo recordamos las bondades de D-os, también somos juzgados.

En este día se determina si seremos inscritos en el libro de la vida o de la muerte. Al día, en la Torá, se le llama el Día del Recuerdo y en todos los rezos pedimos a D-os que nos recuerde para bien y nos recuerde para vida. Las palabras que usan los rezos se parecen mucho a las palabras del salmo, en ambos se habla del recuerdo, en ambos se habla de la Creación del Cielo y la Tierra y en ambos se habla de la vida y la muerte. Al mismo tiempo también, tanto en la festividad como en el salmo, el hombre se vuelve la figura central de la Creación y el Juicio.

Yom Kipur

La primera parte del Salmo 116 es comparada con la festividad de Yom Kipur más que por una relación directa de los temas, por la forma de pedir a D-os que presenta el salmo. En él se recuerda la misericordia de D-os, Su rectitud, la necesidad de la plegaria y las formas engañosas del hombre. En Yom Kipur pedimos perdón a D-os a través de la plegaria, recordamos los 13 atributos Divinos que lo caracterizan, entre los cuales la misericordia y la rectitud son los principales y pedimos perdón por nuestras formas de actuar distorsionadas y engañosas.

Sucot

El doctor Yaffe adjudica a la festividad de Sucot dos salmos distintos. Esto es porque la festividad misma tiene un carácter dual. Se le llama la festividad de la alegría porque representa la intimidad que hay entre el pueblo judío y D-os tras haber sido perdonado por la Divinidad en Yom Kipur. En Sucot celebramos las nubes de gloria que solían protegernos en el desierto. Sin embargo, no es el único significado de la festividad, también celebramos la próxima llegada de la época Mesiánica, en donde todas las naciones se unirán en alabanza para reconocer a D-os. Por eso Sucot tiene un carácter dual: por un lado representa la relación que existe entre las naciones del mundo y D-os y por otro, la relación que existe entre Israel y D-os. La segunda mitad del Salmo 116 muestra el agradecimiento y la alabanza de Israel al regresar a su casa. Mientras que el Salmo 117 muestra las alabanzas de las naciones al reconocer a D-os.

Sheminí Atzeret

Finalmente el último salmo, el Salmo 118 también habla de la época Mesiánica. Sin embargo, la diferencia de este salmo con el anterior es que en este salmo se habla de la paz alcanzada tras la guerra que vendrá antes del Mesías. Por eso se marca el énfasis sobre la salvación de D-os más que sobre la paz alcanzada. Dentro de este salmo se encuentran muchas de las hacafot (rezos especiales) que se recitan en Simjat Torá y Sheminí Atzeret. Otra diferencia marcada entre este salmo y el salmo anterior es que el énfasis de los salmos anteriores estaba marcado en el hombre, en la relación existente entre las naciones, el pueblo judío y D-os, mientras que en este salmo el énfasis está puesto únicamente sobre D-os, otra característica de Sheminí Atzeret.

Cuándo se recita

Por extraño que parezca, este rezo no se recita durante todas las festividades mencionadas. Únicamente se dice durante las festividades de Pesaj, Shavuot y Sucot. Esto es así porque como explican los sabios en la Guemará (Erujin 10b) no se pueden recitar alabanzas durante los días de juicio como Yom Kipur y Rosh Hashaná ya que es humanamente imposible recitar alabanzas cuando se está siendo juzgado. En cuanto a Shabat, el Jumash le da una carácter particular a este día y no lo llama “moed” (festividad), por eso las halajot (leyes) que definen a este día son distintas a las del resto de las festividades y entre ellas se excluye de la recitación del Halel. Sin embargo, según el Dr. Yaffe, la misma Guemará explica que si no fuera por estos tecnicismos, el Halel sería recitado en cada una de las festividades mencionadas por la Torá.

Otra ocasión en la que se recita el Halel es durante la semana de Janucá. Esto es así porque cada día de Janucá conmemoramos el milagro del aceite y Halel conmemora los milagros ocurridos en tiempos del desierto.

Nota: Parte de la información fue tomada de Orthodox Union