Enlace Judío México e Israel.- ¿Honrará la canciller alemana Angela Merkel su promesa del 2008 en el 2018 y seguirá su discurso ante la Knéset con acciones concretas en una coyuntura crucial en la historia de Israel?

BENJAMIN WEINTHAL Y ASAF ROMIROWSKY

Cuando la canciller alemana Angela Merkel llegó a Jerusalén la semana pasada para una reunión de gabinete conjunta con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, reiteró el compromiso de su gobierno con la seguridad del estado judío y destacó los peligros del régimen iraní en el Medio Oriente.

Hace diez años, Merkel dio un discurso ante la Knéset declarando a la seguridad de Israel “no negociable” para su gobierno, tanto como parte de la razón de ser de la República Federal.

Como resultado, la popularidad de Merkel entre los israelíes se disparó durante el 60o aniversario de la nación. La pregunta urgente ahora: ¿Su importante discurso sobre seguridad será finalmente emparejado por acciones este año, cuando Israel continúa celebrando el 700 aniversario de su renacimiento en 1948?

El problema es que la llamada “relación especial” entre los dos países está atascada en una crisis cada vez mayor debido a la devoción de Merkel al profundamente defectuoso acuerdo nuclear con Irán, junto con los esfuerzos de su ministro del exterior por destrozar las sanciones estadounidenses contra los gobernantes clericales en Teherán.

El discurso de Netanyahu ante la Asamblea General de la ONU a fines de septiembre ilustró la disputa alemana-israelí: “Europa y otros están apaciguando a Irán tratando de ayudarlo a eludir esas nuevas sanciones,” dijo Netanyahu.

El ministro del exterior del Partido Social Demócrata de Merkel, Heiko Maas, quien dijo que entró a la política ”debido a Auschwitz,” argumentó por un método alternativo para facilitar las transferencias financieras a la República Islámica de Irán, evadir el plan de Estados Unidos de desconectar a Teherán del sistema SWIFT. El SWIFT permite transferencias de dinero entre países y bloquear el acceso de Irán a pagos internacionales paralizaría su economía. Merkel rechazó su plan para eludir el SWIFT.

A pesar de su oposición a eludir el SWIFT, ella y Maas no han objetado el mecanismo “vehículo de propósito especial (SPV)” de la Unión Europea para permitir transacciones financieras con Irán. En resumen, el SPV se propone bloquear las robustas sanciones estadounidenses financieras y energéticas contra el régimen de Irán programadas para entrar en efecto el 5 de noviembre.

Estados Unidos busca negociar un nuevo acuerdo atómico para detener el programa nuclear de Irán, despuntar el terrorismo patrocinado por Irán, y restringir su programa de misiles balísticos.

El SPV daría a la economía del régimen de los mulás un tiro potente y continuo en el brazo. Vale la pena recordar que cuando la presión del Congreso obligó al SWIFT, con base en Bruselas, a quitar a Irán del SWIFT en el año 2012, la medida punitiva desempeñó un rol crucial en forzar a los gobernantes de Irán a regresar a la mesa de negociación para torcer su programa nuclear.

El gobierno de Israel se opuso vehementemente al Plan Integral de Acción Conjunto del 2015, conocido como el acuerdo nuclear de Irán, porque proporciona a la República Islámica pos-expiración un camino legal para asegurarse armas atómicas.

En forma inquietante, la Canciller Merkel ha ignorado los hallazgos de las agencias de inteligencia estatales en su país que informaron en el 2018 que Irán buscaba tecnología para armas de destrucción masiva. Merkel no ha encarado los informes de las agencias de inteligencia de este año que contradecían sus declaraciones públicas en favor del acuerdo atómico. Hay amplios informes de inteligencia que deben recortar la fe inquebrantable de Merkel en la eficacia del acuerdo con Irán del 2015.

En junio, la agencia de inteligencia del estado de Baden-Württemberg escribió en su informe anual: “Irán continuó emprendiendo, como hicieron Pakistán y Siria, campañas para obtener bienes y conocimiento a ser usado para el desarrollo de armas de destrucción masiva y para optimizar sistemas de envío de misiles correspondientes.”

En el estado vecino de Bavaria, la agencia de inteligencia escribió en abril que “Irán, Corea del Norte, Siria y Pakistán están haciendo esfuerzos para expandir su arsenal de armas convencionales a través de la producción de armas de destrucción masiva.”

En julio, un informe de inteligencia de la ciudad-estado de Hamburgo dijo que “Irán continúa buscando sin cambios un programa ambicioso para modernizar su tecnología de cohetes con el objetivo de un incremento continuo del alcance de los misiles.”

A pesar de los datos de inteligencia, Merkel se ha apegado a su visión de que “[Alemania] sigue comprometida con el acuerdo nuclear. Pensamos que fue bien negociado.”

Para Alemania, la seguridad de Israel es negociable en el 2018. ¿Honrará Merkel su promesa del 2008 en el 2018 y seguirá su discurso ante la Knéset con acciones concretas en una coyuntura crucial en la historia de Israel?

Esto conllevaría revertir el curso y seguir una nueva política que incluya retirarse del acuerdo atómico y unirse a las sanciones estadounidenses diseñadas para alterar radicalmente el comportamiento de Irán. Una política que ve a Irán como enemigo restauraría el significado de la relación “especial” israelí-germana.

 

 

Benjamin Weinthal es miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias. Asaf Romirowsky es director ejecutivo de Académicos para la Paz en Medio Oriente y miembro del Foro de Medio Oriente.

 

 

Fuente: JNS

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.