Enlace Judío México e Israel.- El jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU escuchó el testimonio de B’Tselem sobre el conflicto de Israel con los palestinos. El grupo, que se llama a sí mismo “El Centro de Información de Israel para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados”, estuvo allí a petición del país de Bolivia. El líder de B’Tselem, Hagai El-Ad, se sentó junto al representante de la Autoridad Palestina (AP) y pronunció un discurso que difirió poco de los que los países árabes y musulmanes dedicaron a la destrucción de Israel en las Naciones Unidas.

JONATHAN S. TOBIN

El discurso de El-Ad fue denunciado por Danny Danon, embajador de Israel ante las Naciones Unidas, y por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quienes dejaron en claro que pensaban que era horrible que un grupo israelí no solo tomara partido contra su propio país, sino hacerlo en un foro conocido por su prejuicio contra el estado judío.

Sin embargo, ninguno de los dos impugnó el derecho de B’Tselem a hablar libremente, sea en Israel o en Nueva York. Tampoco debería hacerlo ningún amigo de Israel. A pesar de los argumentos de que la democracia israelí está siendo atacada, en realidad está viva y bien. El problema para la mayoría de los que critican a Israel en este sentido es que los israelíes siguen eligiendo a Netanyahu y apoyan las políticas que la izquierda aborrece.

El punto interesante sobre el discurso de El-Ad es por qué las personas que pretenden preocuparse por Israel, y apoyan su derecho a existir y defenderse, continúan financiando una organización que apoya a aquellos que buscan su destrucción y se oponen a su derecho de autodefensa contra las mortales amenazas terroristas. Es una pregunta que merece una respuesta no solo de las muchas naciones europeas y ONG que le dan dinero a grupos similares, sino también a los judíos estadounidenses que, ya sea a través de subvenciones del Nuevo Fondo de Israel o directamente, subvencionan actividades que la gran mayoría de los israelíes consideran no meramente odiosas, sino que rozan la traición.

El-Ad habló largamente, como lo hizo en una comparecencia previa ante el Consejo de Seguridad, sobre lo que consideraba los abusos de su nación en los territorios. Su punto no era criticar la legalidad de medidas específicas. De hecho, El-Ad reconoció que la ley estaba del lado del gobierno en varios casos controvertidos.

Más bien, su posición era que la presencia de Israel en Cisjordania es ilegal. Eso incluye su administración de partes del área, así como operaciones de seguridad que ayudan a preservar el gobierno y la vida del líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en contra de sus rivales de Hamás.

Además, también considera que la defensa de Israel de la frontera con Gaza, territorio del cual Israel retiró a todos los soldados, colonos y asentamientos en 2005, es igualmente ilegítima. Eso incluye el bloqueo naval de la franja que impide que Irán envíe armas pesadas y materiales de construcción para construir túneles de terror y otras fortificaciones, así como la capacidad de las Fuerzas de Defensa de Israel para evitar que los infiltrados crucen la frontera y sean libres para cometer caos dentro de Israel.

Para El-Ad y B’Tselem, cada medida que Israel usa para impedir que Hamás y otros grupos terroristas cumplan su misión de derramar sangre judía es inmoral.

¿Cuál es la propuesta de El-Ad para tratar este problema? A este respecto, no está claro, ya que B’Tselem se ha mantenido neutral sobre la cuestión de si una solución de dos estados es correcta o si un estado es la respuesta, lo que en este contexto traiciona al menos un grado de neutralidad por parte del grupo sobre esquemas que involucran el fin del estado judío. Pero lo que sí parece querer es que las Naciones Unidas aíslen y presionen a Israel para que deje de defenderse, y que ceda territorio sin que los palestinos se vean obligados a hacer la paz primero.

¿Qué deberían pensar los estadounidenses sobre esto? Nuestra actitud hacia B’Tselem no debería depender de si uno apoya a Netanyahu o los asentamientos. No importa lo que usted piense sobre ellos, la noción de que la presencia de Israel en Judea y Samaria (Cisjordania) es ilegal carece de sustancia. Israel es el ocupante legal de la tierra que en este caso no tiene un propietario soberano legítimo. Judea y Samaria (Cisjordania) no era un territorio legalmente jordano, ni es propiedad de una entidad, la Autoridad Palestina, que no tiene derechos soberanos para gobernar allí.

Hasta que se firme un acuerdo de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, el estado judío es, de acuerdo con el derecho internacional, el ocupante militar legal porque llegó a poseerlo a través de una guerra defensiva. A pesar de las repetidas ofertas de Israel, la Autoridad Palestina se ha negado a hacer la paz y reconocer la legitimidad de un estado judío, sin importar dónde se dibujen sus fronteras. A menos que y hasta que eso suceda, Israel está obligado a gobernar aquellas partes de Cisjordania que aún no ha concedido a la Autoridad Palestina.

Tampoco es necesario respaldar a los partidos de derecha de Israel para apoyar las medidas de seguridad destinadas a aislar al estado terrorista en Gaza gobernado por Hamás.

Entonces, mientras que el hecho de que B’Tselem se ponga del lado de los enemigos de Israel en un foro conocido por su antisemitismo es ciertamente legal, no es consistente con los liberales sionistas que están a favor de los derechos del país, pero que se oponen a los asentamientos.

En otras palabras, se puede estar en contra de Netanyahu, pero también en contra de un grupo que llama al mundo a atacar a Israel, y hace comparaciones notorias y difamatorias entre Israel y Jim Crow South y la era del apartheid en Sudáfrica, lo cual es un insulto a los afroamericanos, los sudafricanos así como a los judíos.

Es por eso que los que se consideran amigos de Israel deben pensar dos veces antes de hacer donaciones que los pongan del lado de los que trabajan en contra de los esfuerzos legales y totalmente apropiados de las Fuerzas de Defensa de Israel y la seguridad del estado judío.

Al refutar a El-Ad en el Consejo de Seguridad, Danon enojado destacó que lo que estaba haciendo era una forma de colaboración con los enemigos del pueblo judío.

Son palabras duras, pero en este contexto, son comprensibles, y casi con toda seguridad se hacen eco de los sentimientos de la abrumadora mayoría de los israelíes que, independientemente de sus afiliaciones políticas, saben que las Fuerzas de Defensa de Israel son todo lo que hay entre ellos y la muerte. Es hora de que los sionistas estadounidenses liberales bien intencionados pero equivocados se den cuenta de que el apoyo a B’Tselem no tiene nada que ver con avanzar la causa de la paz.

Jonathan S. Tobin es editor en jefe de JNS – Jewish News Syndicate. Síguelo en Twitter en: @jonathans_tobin.

Fuente: The Algemeiner / Traducción: Silvia Schnessel / Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudíoMéxico