Enlace Judío México e Israel.- El derribo del avión de la fuerza aérea rusa por parte de fuerzas del gobierno sirio fue una consecuencia predecible del congestionamiento del campo de batalla sirio. Los rusos podrían estar enojados genuinamente por lo que sucedió, pero desde una perspectiva geopolítica, ellos comprenden que Israel no se abstendrá de más intervenciones militares en Siria cuando sea necesario. El interés nacional de Israel está en juego, y Jerusalén no permitirá que Irán aumente su presencia ya sustancial.

EMIL AVDALIANI

La prensa rusa y la opinión pública general en Rusia ha sido excepcionalmente negativa hacia Israel durante las últimas semanas luego del derribo de un avión militar ruso fuera de la costa siria el 17 de septiembre que mató a 15 militares rusos. Los analistas rusos concuerdan en gran parte en que aunque el derribo del avión fue causado supuestamente por un error israelí, no habrá ningún deterioro importante en las relaciones bilaterales, y que este no es un casus belli que obligue a Rusia a ir a la guerra con Israel económicamente o militarmente. Sin embargo, esto no significa que los rusos vean la situación con luz positiva. Ellos concuerdan, desde políticos de alto nivel a analistas y a ciudadanos comunes, que la situación es de hecho bastante mala. Las relaciones bilaterales entre los países ciertamente serán socavadas en algún grado.

Se han hecho distintas sugerencias acerca de cómo penalizar a Israel, incluyendo el corte de relaciones diplomáticas. Sin embargo, estas opiniones están siendo expresadas principalmente por los nacionalistas radicales. Esencialmente la clase política entera entiende que Rusia e Israel se necesitan uno al otro, ya que ambos tienen intereses estratégicos en Siria.

Algunos analistas han sugerido que la situación podría, en principio, ser corregida por Israel si ésta accede a pagar compensación por el IL-20. Israel no ha indicado ningún deseo de cumplir con esta sugerencia.

Luego del derribo, una línea de pensamiento surgió entre políticos y analistas de que el incidente puede ser comparado con lo que sucedió en Turquía en noviembre del 2015, cuando los turcos derribaron un avión de combate ruso. Estas comparaciones han sido descartadas desde entonces, ya que los rusos sostienen que el piloto turco tenía la misión expresa de derribar el avión Su-24.

Otros destacan que como resultado de la escalada del conflicto entre Moscú y Ankara, ambas partes perdieron más de u$s40 mil millones, y las consecuencias de un enfrentamiento similar con Israel podrían ser incluso más destructivas para Rusia. Esta preocupación está basada en la visión popular de la posición de Israel en el sistema político y financiero internacional y su poderosa fuerza de lobby en el exterior, particularmente en la Casa Blanca.

La opinión más amplia también dice que si resulta que los acontecimientos que llevaron al incidente fueron parte de un juego determinado por parte de Israel en el cual su ejército puso deliberadamente en riesgo a un avión ruso para arruinar las relaciones de Moscú con Damasco, esto no quedará sin ser respondido.

Los analistas rusos y muchos políticos de nivel medio han sugerido que Jerusalén malinterpretó el acuerdo ruso de permitir a Israel atacar ciertos objetivos en Siria. Ese acuerdo, argumentan ellos, fue temporalmente oportuno, no un estado permanente a ser dado por sentado. En su opinión, las explicaciones de Israel por el ataque del F-16 en Siria, a raíz del cual fuerzas gubernamentales sirias derribaron el IL-20 – que Israel estaba atacando “plantas de infraestructura del ejército sirio que producían armas de destrucción masiva para la organización terrorista Hezbolá” y “que estas armas tenían intención de ser usadas contra Israel”— no pueden servir como una excusa.

Analistas más radicales asociados con el Kremlin han proferido que Israel no quiere vecinos fuertes y está haciendo todo lo que puede para debilitarlos. “La guerra en Siria es beneficiosa para Israel”, argumentan, porque los árabes que de otra forma estarían unidos en su odio al Estado judío están comprometidos en la destrucción mutua. Sin embargo, gracias a Rusia, la guerra está llegando a un final – e Israel, si quiere preservar las posibilidades de algún tipo de paz, tiene que acostumbrarse al hecho de que tendrá que respetar la soberanía territorial de sus vecinos. Incluso ha sido sugerido por funcionarios de la Cámara Baja rusa que Israel tendrá que dejar de atacar objetivos en la provincia costera siria de Latakia, la cual está localizada a unos 500 kilómetros de las fronteras de Israel.

Los rusos moderados han expresado la opinión de que las acciones israelíes no fueron deliberadas. Muy probablemente, razonan ellos, los pilotos israelíes decidieron usar al avión ruso como un escudo en el lugar y lo hicieron bajo su iniciativa propia. Pocos creen que Israel habría hecho esto a propósito, ya que Jerusalén no tiene ningún deseo de complicar sus relaciones con Rusia.

La lógica rusa dice que muy al principio, Israel no se opuso al régimen en Siria, pero luego, cuando apareció la oportunidad de remover a Assad, Israel comenzó a contactar a la oposición e incluso le proporcionó armas. Sin embargo, Assad ganó al final, e Israel se encontró en el lado perdedor. En esa situación, aumentar a propósito las tensiones con Rusia sería profundamente poco sabio.

Igor Delanoe, director adjunto del Centro Analítico de Observación Franco-Ruso y especialista en política internacional, cree que la coordinación entre los ejércitos ruso e israelí permanecerá en vigencia, ya que beneficia tanto a Moscú como a Jerusalén. “Ellos tienen un entendimiento en común de que el enfrentamiento entre sí es improductivo para ellos,” comentó a RIA Novosti. En vista del contexto geopolítico general, es de hecho altamente improbable que incluso después de tan trágico incidente, las relaciones israelíes-rusas se deteriorarán sustancialmente. Persistirán las tensiones, pero los estados entienden que se necesitan uno al otro. Para Rusia, alienar a Israel alrededor del campo de batalla sirio sería un acontecimiento desafortunado. Moscú está tratando de mantener una posición dominante en Siria después de haber obtenido victorias importantes. Lograr esto se hará cada vez más difícil a medida que el campo de batalla sirio se vuelva más poblado. Los rusos entienden que en vista de los imperativos de seguridad de Israel, la intervención israelí intermitente va a tener lugar. Ellos también saben que Israel casi seguramente tendrá que responder nuevamente, incluso si los Altos del Golán no son amenazados en forma directa. Esta es una situación geopolítica difícil. Moscú ve el valor del entendimiento entre los dos países, pero las complicaciones militares están destinadas a ocurrir nuevamente de vez en cuando. La cooperación es esencial para Rusia e Israel, pero es imposible la separación plena de sus zonas e intereses militares para que ambas partes estén completamente seguras.

 

 

*Emil Avdaliani enseña historia y relaciones internacionales en la Universidad Estatal de Tbilisi y en la Universidad Estatal Ilia. Ha trabajado para distintas empresas consultoras internacionales y actualmente publica artículos sobre acontecimientos militares y políticos a lo largo del antiguo espacio soviético.

 

 

 

Fuente: The Begin-Sadat Center for Strategic Studies
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.

 

 

 

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