Enlace Judío México e Israel.- Con el reciente triunfo de los Medias Rojas de Boston en la Serie Mundial, hoy nos enfocamos en un personaje que llegó desde abajo para ganarlo todo y ser parte del equipo que deshizo la “Maldición del Bambino”.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Para contarles la historia de nuestro personaje, nos tenemos que remontar a tiempos muy remotos, donde en pleno siglo XIX, un judío de la antigua Rumania de apellido Weiner, con tan sólo 16 años, tiene que salir de su país e irse hacia Grecia para evitar ser perseguido por los cosacos antisemitas.
Ya en Grecia, el joven Weiner no se encontraba, se sentía sólo y nada más tenía un amigo griego, no judío, que se apellidaba Youkilis. Después de un tiempo de pensarlo, nuestro amigo Weiner se dio cuenta que podría haber una solución para regresar a Rumania sin ser perseguido por los antisemitas y llevar su judaísmo en silencio. A Weiner se le ocurrió pedirle a su amigo Youkilis, poder adoptar su apellido, cambiarse de nombre y volver a Rumania. A Youkilis la propuesta le pareció graciosa y aceptó sin pensarlo.

Años después de que el nuevo Youkilis regresara a Rumania, en donde conserva el apellido y sigue con el judaísmo, sus descendientes se trasladan a Estados Unidos, en donde en 1979 nace Kevin Youkilis.

Ahora sí, enfocándonos en nuestro personaje, Kevin, desde muy pequeño se enamora perdidamente por el beisbol y aunque de chico no parecía que podría llegar a ser alguien en este deporte, ya que para ese tiempo era robusto y no tenía tantas aptitudes, poco a poco Kevin fue desarrollando su talento.

Al llegar a la Universidad de Cincinnati, donde también jugó Sandy Koufax, el equipo de beisbol era realmente malo, a tal grado que habían terminado una temporada antes con 12 partidos ganados y 46 perdidos, y aunque Kevin no era el jugador estrella que estaba buscando el entrenador del equipo, era lo que había y sin duda necesitaban a alguien que les pudiera ayudar.

Ya en su periodo universitario, Youkilis se enfocó en ser el mejor, lo que le costó muchísima práctica, pero al final logró colocarse como un gran prospecto.

Para el año 2001, Kevin terminó su etapa colegial y aunque estaba colocado para ser uno de los mejores prospectos, no muchos equipos veían su gran talento, debido a que pensaban que era solo un joven “gordito” que sólo bateaba bien. Sin embargo, los Red Sox le dan una oportunidad de entrar a los equipos de las ligas menores del beisbol norteamericano.

En las ligas menores, Kevin se puso más en forma y aunque le costó mucho llegar al nivel que pedía un equipo de la MLB; para 2004 Kevin llegó al equipo estelar de los Medias Rojas de Boston.

En la temporada de 2004, Kevin se consagró como uno de los mejores novatos de la liga y el tiempo en el que jugaba lo hacía muy bien. Para el 24 de septiembre de 2004, Yom Kipur se presentó en su camino y, a la Sandy Koufax, Kevin decidió no jugar ese día respetando la festividad judía. Al pasar de la temporada, Kevin siguió teniendo actividad y a Boston le fue bien y se metió a la postemporada del béisbol estadounidense.

Al entrar a la postemporada, los Medias Rojas, eran uno de los equipos fuertes, sin embargo, no parecían los favoritos. Con mucho esfuerzo, el equipo de Boston, logró colarse en la final de la liga americana, en la cual se enfrentaron a su acérrimo rival, Los Yankees de Nueva York, equipo que los había derrotado un año antes en la misma ronda.

En los primeros 3 partidos, los Medias Rojas no habían aparecido y al perder los tres primeros partidos, todo seguidor de las grandes ligas, pensaba que ya estaban más que eliminados, ya que ningún equipo en la historia, había podido voltear una serie perdiendo los primeros tres partidos; sin embargo, siempre hay una primera vez ¡Los Medias Rojas hicieron lo imposible! Voltearon la serie y avanzaron a la serie mundial.

En la Serie Mundial, los Medias Rojas vencieron por paliza a los Cardenales de San Luis; a pesar de que Kevin no tuvo participación, fue parte del equipo que rompió la maldición del Bambino, en la cual, una de las leyendas más grandes de este deporte, Babe Ruth, maldijo al equipo y los condenó a no ganar por un largo tiempo, dado a que lo habían cambiado a los Yankees de Nueva York.

La carrera de Kevin comenzaba de forma espectacular y aunque para muchos, aquel momento, que sucedió en su primera temporada, hubiera sido su techo. Kevin mostró, una vez más, que estaba hecho para alcanzar el cielo.

En los siguientes años, Kevin volvió a ganar otra serie mundial en 2007, en la que fue pieza fundamental, fue nombrado como un All Star en 2008, 2009 y 2011, ganó el premio Hank Aaron al mejor jugador ofensivo del año en el 2008 y en el año 2005, consiguió, junto con Adam Stern y Gabe Kapler, el record de más jugadores judíos juntos en el diamante.

Para 2012, Kevin terminó su contrato con los Medias Rojas y cambio de Medias por unas de color blanco, para enfilarse en el equipo de Chicago, en donde tuvo una temporada exitosa; sin embargo, un año más tarde “Youk” volvía a la agencia libre.

Para 2013, Youk decidió algo impensable para muchos, firmar con los Yankees de Nueva York, acérrimo rival de los Medias Rojas. En los Yankees, Kevin no tuvo un rendimiento fuera de lo normal, comenzó con lesiones y nunca regresó al nivel que le vimos en los Medias Rojas.

Para 2014, Youkilis quería despedirse de una manera más digna, por lo cual se fue a Japón a jugar un año con las Águilas Doradas de Tohoku Rakuten; sin embargo, ya en Japón se veía que su cuerpo no aguantaba el ritmo beisbolero, por lo que al final de la temporada decidió retirarse del deporte de sus amores.

Poco después de su retiro, Kevin fue seleccionado por los Medias Rojas para ser parte del Anillo del Honor, donde nombran a los jugadores más importantes que ha tenido la franquicia.

A pesar de su retiro, hasta la fecha, Kevin sigue vinculado en el beisbol y en sus tiempos libres, disputa partidos amistosos en la liga judía de beisbol.

Kevin es un pilar de la comunidad judía estadounidense y ha recaudado y donado una gran cantidad de dinero para causas benéficas.

 

 

 

 

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.