Enlace Judío México e Israel.- La explosión energética de Estados Unidos ayudará al suministro global a satisfacer la demanda.

RICK PERRY

Cuando el Presidente Trump finalizó la participación de EE.UU. en el acuerdo nuclear con Irán, prometió sanciones duras contra el régimen iraní. El lunes nuestro gobierno cumplirá exactamente eso, reimponiendo sanciones sobre más de 700 personas y entidades en los sectores de energía, naviero y financiero de Irán.

El presidente ha dejado en claro que Estados Unidos apoya las aspiraciones de libertad y prosperidad del pueblo iraní. Él se opone firmemente a los esfuerzos de Teherán por embestir contra esas aspiraciones—y por amenazar al mundo desarrollando misiles balísticos, lanzando ataques cibernéticos, y financiando satélites terroristas para desestabilizar el Medio Oriente y más allá.

Las nuevas sanciones darán un mensaje inequívoco a Teherán: Cambien sus formas o sufran las consecuencias.

El acuerdo de la administración Obama con Irán no logró torcer la mala conducta escandalosa de Teherán y asegurar la seguridad del pueblo estadounidense. Cuando el gobierno de Trump ejerce presión máxima sobre el régimen para alcanzar un nuevo acuerdo, el sector de energía de Irán es un blanco natural para sanciones. Los líderes iraníes usan el dinero del petróleo para forrar sus propios bolsillos y financiar el aventurismo extranjero destructivo en vez de para abordar las necesidades de su pueblo.

Las nuevas sanciones golpearán duro al sector energético de Irán. Pero gracias a las acciones anticipadas tomadas por los principales productores del mundo, incluido Estados Unidos, para compensar la diferencia, debe haber efecto mínimo sobre los mercados energéticos globales.

Las exportaciones petroleras de Irán comenzaron a desplomarse hace meses cuando se hizo evidente la seriedad de la política de Estados Unidos. De 2.7 millones de barriles diarios en junio, las exportaciones de petróleo y condensado de Irán cayeron a menos de dos millones de barriles diarios en septiembre.

En respuesta, grandes proveedores petroleros tales como Arabia Saudita, Rusia e Irak han incrementado la producción. Así lo ha hecho Estados Unidos, el cual se convirtió en el productor No. 1 de petróleo del mundo en agosto. La Administración de Información de Energía de Estados Unidos espera que el suministro global de petróleo satisfaga la demanda en el 2019 aun sin petróleo iraní.

Estados Unidos ha empoderado su renacimiento energético con una cascada de innovación. Estados Unidos ahora produce más energía que lo que cualquiera habría pensado posible hace algunos años. Entre agosto del 2017 y agosto del 2018, la producción estadounidense de petróleo crudo aumentó en 2.1 millones de barriles al día, el incremento interanual más grande en la historia de Estados Unidos.

Y sólo se pone mejor: Se espera que las exportaciones de petróleo crudo casi se dupliquen para el año 2020. Cuando los proyectos de infraestructura en la Cuenca Permiana del oeste de Texas se pongan en línea a fines del año próximo, la producción se expandirá más. Nuevas tuberías transfronterizas ayudarán a México y Canadá a incrementar su suministro también.

Estados Unidos está ascendiendo al liderazgo energético mundial en precisamente el momento en que más se necesita su abundancia. La nueva prima energética de Estados Unidos nos da influencia para ajustar cuentas a Irán como nunca antes. Si bien las entidades que incumplan nuestras sanciones enfrentarán el peso total del poder económico de Estados Unidos, a aquellas jurisdicciones en un claro camino a las cero importaciones iraníes se les pueden conceder exenciones temporales para permitir tiempo para cumplir totalmente.

Empoderado por su nuevo arsenal de energía que puede liberar al mundo de la dependencia del petróleo iraní, Estados Unidos aplicará presión implacable sobre Teherán hasta que sus líderes alteren su comportamiento destructivo y regresen a la mesa de negociación. Hasta entonces, el régimen iraní debe permanecer aislado de la economía global. La comunidad internacional espera con ansia la participación de un Irán preparado para acatar las normas básicas de la conducta internacional.

 

 

*Rick Perry es secretario de energía de Estados Unidos.

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México