Enlace Judío México e Israel.- De acuerdo al comunicado de prensa de la Organización Mundial del Comercio (OMC) del final de septiembre pasado, en la primera mitad del año el comercio mundial de mercancías creció 3.8% respecto al primer semestre del 2017; las exportaciones de las economías desarrolladas aumentaron 3.5% en ese periodo y las de los países en desarrollo 3.6%; las importaciones adelantaron 3.5% y 4.9% respectivamente en ese lapso considerado.

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Todas las regiones geográficas presentaron un crecimiento positivo de las exportaciones y las importaciones en la primera mitad de 2018, si bien algunas obtuvieron mejores resultados que otras. América del Norte registró el crecimiento de las exportaciones más rápido 4.8% seguida de Asia, 4.2% y Europa 2.8%. Las exportaciones de otras regiones (África, el Oriente Medio y la Comunidad de Estados Independientes, incluidos los Estados asociados y los antiguos Estados miembros) subieron 2.7% y las de América del Sur 1.1%. Asia tuvo el mayor crecimiento de las importaciones (6.1%), seguido de América del Sur (5.5%), América del Norte (4.8%), Europa (2.9%) y Otras regiones (0.5%). El incremento de los precios de las materias primas energéticas desde el inicio de este año, fue un factor relevante de los ingresos de los exportadores de esos productos.

La OMC considera que la escalada de las tensiones comerciales, principalmente entre EUA y China, y el endurecimiento de las condiciones de crédito en los mercados importantes moderarán el avance del intercambio comercial en la segunda parte del año, también lo harán en 2019.

La revisión a la baja del comercio mundial de la OMC es congruente con el desempeño de su indicador compuesto que combina varios indicadores, entre otros, el tráfico de contenedores en los puertos, los envíos de carga aérea, los pedidos de exportaciones, las ventas de automóviles, el comercio de componentes electrónicos y materias primas. Así, el indicador de los pedidos de exportación, derivado de los índices de gestores de compras, pasó de 54.1 en enero a 50.3 en agosto, manteniéndose ligeramente por encima del valor de referencia de 50.0 que separa la expansión de la contracción.

Otro indicador, es la incertidumbre de las políticas económicas, que mide la frecuencia con que aparecen en la prensa palabras clave relacionadas con la incertidumbre. El valor del índice subió de 113 a 227 entre enero y julio para bajar a 205 en agosto. Si bien últimamente la incertidumbre se moderó ligeramente, sigue siendo mayor que durante la crisis financiera mundial de 2008. La incertidumbre económica, al ser un factor disuasorio de la inversión, puede repercutir negativamente en el comercio, ya que los bienes de capital suelen tener un alto contenido de importaciones.

La OMC considera que el comercio mundial continuará avanzando, pero de forma más moderada de lo que se había previsto anteriormente, contempla un crecimiento del volumen del comercio de mercancías del 3.9% en 2018, y 2019 bajará al 3.7%. El nuevo pronóstico para 2018 está por debajo de la estimación del 4.4% que la OMC dió a conocer el 12 de abril, pero se mantiene dentro del rango del 3.1% al 5.5% indicado en esa fecha.

Algunos de los riesgos señalados en el comunicado de abril se han hecho realidad, en particular el aumento de las medidas comerciales reales o propuestas que afectan a varias exportaciones de economías importantes. Hasta la fecha, los efectos económicos directos de esas medidas han sido relativamente limitados, pero la incertidumbre que generan podría ya estar teniendo consecuencias al provocar una reducción del gasto en inversión. El endurecimiento de la política monetaria en las economías desarrolladas también ha contribuido a la volatilidad de los tipos de cambio y podría seguir teniendo ese efecto en los próximos meses.

Asimismo, la OMC señala que las medidas de política comercial no son, ni mucho menos, el único riesgo que limitará el avance del comercio mundial. Las economías en desarrollo y las emergentes se verán afectadas por la salida de capitales y el contagio financiero con la elevación de los tipos de interés. Las tensiones geopolíticas también podrían poner en riesgo el suministro de recursos y perturbar las redes de producción en algunas regiones. Además, sigue habiendo factores estructurales, como la reorientación de la economía china de la inversión al consumo, que pueden tener impacto en la demanda de importaciones, debido al alto contenido de importaciones de la inversión. En general, los riesgos son considerables y pueden empeorar notablemente.

La medida proteccionista básica utilizada por el presidente Trump contra China y otras naciones ha sido la imposición de aranceles. Desde julio pasado el conflicto se inició cuando EUA fijo un arancel de 25.0% sobre un monto de 50 mil millones de dólares de importaciones de acero provenientes de China y de 10.0% al aluminio; China replicó el arancel sobre el monto de importaciones provenientes de EUA. Como resultado de esta guerra que se fue escalando, más de la mitad de las exportaciones de China están gravadas en EUA y 85.0% de las exportaciones a China. Es una guerra comercial sin precedentes desde la crisis mundial de los años veinte del siglo pasado. Cabe mencionar que Trump ya anunció que podría decidir nuevos aranceles sobre el total de las importaciones de China.

EUA considera que la economía de China es vulnerable a la presión comercial, porque sus ventas al mercado de EUA fueron una parte relevante del crecimiento de su economía. Por ello espera forzar a China a comprar más bienes de EUA y a cesar en sus prácticas comerciales desleales, así como en la apropiación indebida de su propiedad intelectual. Además, vislumbra que la guerra comercial influirá en las empresas de EUA para que proyecten menos dependientes del abastecimiento chino e inviertan en su propio país.

Los aranceles impuestos por Trump a las importaciones por si solos no son tan importantes, lo significativo es lo que piensa en relación a que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, lo que alarma a todo el mundo. De alguna forma es probable que los aranceles sean el inicio del fin del orden comercial multilateral gobernado por las reglas que el propio EUA creó. Trump justifica sus acciones proteccionistas al amparo de la Seguridad Nacional de EUA, que la propia OMC permite a sus miembros, empero, en tiempos de guerra o de grave tensión internacional, lo que hoy en día no es la situación de EUA.

Trump también argumenta que las medidas proteccionistas contra China y a otros países, incluyendo a México, se deben “a que se han aprovechado de EUA, generándole cuantiosos déficits comerciales, idea que desde una perspectiva económica es absurda”, es un error considerar los superávits comerciales como el equivalente de una ganancia en los negocios. Las importaciones representan el objetivo del comercio, no poseen mérito intrínseco; son fenómenos macroeconómicos, no al resultado de una política comercial.

Por su parte, los chinos creen que su sistema político autoritario está mejor preparado que el de EUA para resistir las presiones sectoriales y el descontento de los exportadores y consumidores. Por otra parte, China ha iniciado la producción de diferentes bienes a países vecinos de menor costo y reenviarlos a EUA para evadir los aranceles. Existen otros instrumentos disponibles en China para enfrentar la guerra comercial con EUA, uno de ellos sería la manipulación de su moneda para favorecer una devaluación compensatoria del efecto de los aranceles de EUA. También podría ser revocada la compra de valores públicos de EUA para complicar el financiamiento de su déficit fiscal, aunque ello podría originar la baja de su cotización e incidir en sus reservas en moneda extranjera.

 

 

 

 

 

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