Enlace Judío México e Israel.- No hay ningún territorio “ocupado”, los judíos han estado en Israel durante miles de años.

MAX SINGER

Enlace Judío México e Israel.- “Nuestra demanda de justicia para Israel es en verdad una demanda de paz,” declaró Nikki Haley en julio. Es importante que la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas explique justamente, y por sobre todo con la verdad, el conflicto israelí-palestino, porque el rechazo palestino de la paz se oculta frecuentemente detrás de falsedades. Terminar la aceptación de estas falsedades es crucial para poner a la diplomacia del Medio Oriente en un camino hacia la paz.

Estados Unidos ya ha actuado para obtener reconocimiento de tres verdades clave que habían sido largamente ignoradas a nivel diplomático: Jerusalén es la capital de Israel; muy pocos de los palestinos que apoya la Agencia de Naciones Unidas para Ayuda y Obras (U.N.R.W.A.) son de hecho refugiados; y la O.N.U. ha sido inaceptablemente sesgada contra Israel.

Ahora, Estados Unidos puede inclinar la balanza política hacia la paz y estabilidad insistiendo en otras dos verdades. Primero, a pesar del uso ampliamente generalizado del término en los documentos y debates diplomáticos, no existe tal cosa como el “territorio palestino ocupado” porque nunca ha habido un territorio palestino para ocupar. Como señalan algunos palestinos, ellos nunca han tenido un Estado propio. Esto es mucho más que un juego de semántica. Si la tierra fue palestina, entonces Israel podría haberla robado. Si la tierra no es palestina, entonces Israel no pudo haberla robado. Es crucial que Estados Unidos combata activamente la falsedad de que Israel existe en tierra palestina robada.

La segunda falsedad está esposada con la primera. Los palestinos no sólo afirman que toda la tierra es suya, también niegan cualquier conexión judía con ella. Durante las conversaciones fallidas en Camp David en el 2000, el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, asombró al Presidente Clinton afirmando que los judíos no tenían ninguna conexión con el Monte del Templo en Jerusalén, el lugar donde estuvieron el Primer y Segundo Templo.

Clinton puede haber sido sorprendido, pero la negación palestina de cualquier conexión histórica judía con la tierra no es nada nuevo, y continúa. Como los palestinos saben que difícilmente alguien fuera del mundo árabe concordaría con ellos, raramente lo dicen en inglés. Pero no hay tal restricción en la televisión oficial palestina en idioma árabe.

El 15 de marzo del 2017, un presentador dijo que “no hay evidencias” de que los judíos rezaron en el Muro Occidental—hacia donde los judíos han mirado para rezar durante 2,000 años—antes de 1917. El 15 de noviembre del 2017, un funcionario de la Organización para la Liberación de Palestina salió al aire y dijo, “Es un invento sionista que ésta es la tierra de los Patriarcas. . . . Los judíos fueron expulsados de Europa para librarse de ellos, para que el Occidente tuviera una base permanente en el Medio Oriente.” La narrativa palestina, tamborileada a través de las escuelas y los medios de comunicación, es que Israel es un “Estado cruzado” que finalmente será eliminado.

Todos tienen derecho a opinar, como observó el Sen. Daniel Moynihan, pero no a sus propios hechos. La Israel antigua es un hecho histórico, fundada por el Rey David en el siglo X a.C., interrumpido por el exilio babilonio en el siglo VI a.C. y terminando con el saqueo romano del Segundo Templo en el año 70 d.C. Incluso durante el exilio había una pequeña presencia judía continua en la tierra de Israel. En Jerusalén los judíos se volvieron una pluralidad de la población para mediados del siglo XIX.

La negación palestina de esta historia tiene consecuencias. Si los judíos no tuvieron ninguna conexión con la tierra, reconocer a Israel sería una capitulación y una humillación. Pero debido a que los judíos, como los palestinos, tienen derechos legítimos, la paz con Israel puede estar basada en un compromiso honorable. Estados Unidos debe exigir que los líderes palestinos reconozcan la conexión judía con la tierra, no menos que los israelíes reconozcan la presencia y demanda palestina de independencia. La negación de la historia judía lleva a la negación del derecho de Israel a existir. En tanto esto continúe, son los palestinos, no los israelíes, quienes están rehusándose a aceptar una solución de dos Estados—y Estados Unidos debe decirlo así.

La verdad es importante, pero puede no ser suficiente. Estados Unidos debe lanzar una campaña diplomática para persuadir a otras naciones y organismos internacionales de poner las cosas claras. Es importante explicar que repetir como loro las falsedades palestinas daña la causa de la paz. Dentro de la comunidad de las naciones, la campaña estadounidense de la verdad podría parecer quijotesca, pero la persistencia de Estados Unidos podría animar a los moderados reprimidos en el mundo árabe. Diciendo la verdad, Estados Unidos podría ayudar a dar una voz a estas personas valientes.

 

*Max Singer es fundador y ex presidente del Hudson Institute, miembro principal del Begin-Sadat Center for Strategic Studies de la Universidad de Bar Ilan, y autor de “Historia del Futuro.”

 

Fuente: The Wall Street Journal
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México.