Enlace Judío México e Israel.- Sharren Haskel es el miembro más joven del partido nacionalista Likud y el segundo miembro más joven del Parlamento israelí.

Es miembro del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa, el Comité de Asuntos Internos y Medio Ambiente y el Comité Especial sobre el Abuso de Drogas y Alcohol. También preside el Lobby de Cannabis Medicinal.

Haskel encabeza los Grupos de Amistad Parlamentarios Israel-Tajikistán e Israel-Chile.

ELÍAS FASJA TAWIL PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

-Tengo curiosidad, ¿a qué hora comes?

Abrió un cajón de su escritorio ubicado en sus oficinas dentro de la Kneset (Parlamento), extrajo un toper con ensalada dentro y me pregunto: ¿te parece bien si lo hago mientras conversamos?

-Beteavon! (buen provecho)

Ésa es su vida. Siendo miembro del Parlamento y de tres  importantes Comités, uno de los cuales preside (política exterior y relaciones internacionales), esta joven dinámica, talentosa y además simpática parlamentaria, de verdad no tiene tiempo ni de comer.

Se dice que Haskel es uno de los políticos más prometedores para llegar a muy altos niveles dentro  del Gobierno de Israel y la verdad, permítame decirle, estimado lector, al escucharla hablar uno se da cuenta de que quienes lo dicen, no se equivocan.

– ¿Cómo estamos realmente ante el mundo? ¿Cómo es nuestra política exterior?

“Estamos viviendo sin lugar a duda un florecimiento importante en lo referente a las relaciones diplomáticas entre gobiernos. Estamos en una de las mejores épocas. Tenemos cooperación en varios ámbitos como son economía, agricultura, tecnología, seguridad. Inclusive tenemos este tipo de cooperación con países con los que no mantenemos relaciones diplomáticas, hoy, por darte un ejemplo, el primer ministro anuncio que Omán autorizo a que la línea aérea israelí El Al vuele en sus cielos. Esto es el resultado de las negociaciones y esfuerzos que se realizan, como suele decirse, “bajo la alfombra”. Hace 3 años, precisamente cuando yo entré, vino a Israel una misión de un país con el que no tenemos relaciones para tomar cursos sobre seguridad. Israel ofrece muchas oportunidades de cooperación al mundo, en general en todos los ámbitos.

-Sin embargo, el antisemitismo no solo no decrece, sino que va en aumento. ¿A qué lo atribuyes?

A lo largo de la historia ha habido antisemitismo y cada vez con algún pretexto distinto. En la historia lejana, desde el Tanaj, el antisemitismo surgió porque llegó un pueblo para decir que todos estaban equivocados al servir a muchos dioses. Que solamente existe un solo Dios. Llegamos con una idea totalmente revolucionaria al mundo. Éramos unos locos, éramos los raros. En esa época, imagínate a Elías, un sacerdote, líder espiritual o encumbrado en el poder al adoptar esa idea tenía mucho que perder tanto económicamente como a nivel de poder. Entonces nos odiaron y empezaron a perseguirnos.

Años pasaron y esa idea de monoteísmo se adoptó en el mundo, así que ese pretexto de antisemitismo ya no tenía validez. Así pasamos a otra época de odio. Los judíos no tenían casa propia y los judíos tuvimos que ver cómo sobrevivir en las naciones del mundo y así comenzamos a superarnos en el comercio, en el arte, y así comenzó un nuevo discurso antisemita que decía, y dice, que “el judío es poderoso, se adueña del mundo, tiene dinero, tiene control”, así que ese fue el pretexto.

Luego llegamos a la Segunda Guerra Mundial, donde vimos hasta dónde puede llegar ese odio antisemita. Hoy tenemos un país llamado Israel y el antisemitismo, el cual sigue siendo el mismo, tiene como pretexto a Israel. Esa es su máscara. Afirman que Israel no tiene derecho de existir, que es un país racista. En la mayoría de los casos, según vemos, el antisemitismo no es entre los gobiernos, es entre la gente. En realidad, lo que falta es conocimiento e información”.

-Yo creo que también de alguna manera a las comunidades del mundo les falta esa información y conocimiento. ¿Qué hace Israel para proporcionarlo? ¿Cómo ayuda Israel a las comunidades judías a combatir el antisemitismo?

“Lo más importante es la unión en esta lucha constante. Organizarse y unirse. Nosotros afianzamos las relaciones con las comunidades constantemente, aunque obviamente dentro de las Embajadas no podemos hacer actividades porque serían de carácter oficial. Lo que yo creo es que debería crearse o tomar a una de las instituciones dedicadas a la Hasbará (esclarecimiento) que existen en cualquiera de los países de habla hispana y que ellos sean como una especie de sombrilla que cobije a todas las demás y que tenga constante relación con nosotros, tanto con el gobierno, el ministerio del exterior, así como con los miembros del Parlamento y se distribuya así esa información y conocimiento.

Lo primero que se debe entender, a mi parecer, es que ningún judío puede desconectarse con la identificación con el estado de Israel, Israel es su herencia, su cultura, su historia, su ser. Sí puedes criticar algunas medidas que toma Israel, sí puedes no estar de acuerdo por algo que haga el gobierno de Israel, pero lo que no puedes hacer es cortar tu relación con Israel, porque entonces es cortar con el judaísmo, con el espíritu, y desafortunadamente algunas gentes lo hacen sin entender lo que están haciendo. La lucha contra el antisemitismo es una lucha por nuestra supervivencia, todos debemos participar en esa lucha juntos”.

– ¿Qué me dices de América Latina con todo ese florecimiento de las relaciones y traslado de algunas embajadas a Yerushalaim?

La importancia de América Latina para nosotros es vital. No sólo a nivel comercial y cultural sino también, y principalmente, desde el punto de vista de seguridad. Tenemos en este punto mucha cooperación con los gobiernos. No hay que olvidar que Irán ha extendido sus brazos a todos lados y también, y muy fuerte, con los países de América Latina. Lo hacen en algunos casos a través del grupo terrorista Hezbolá, no solo en el Líbano y Europa sino también en algunos países de América Latina. Es sabido que Irán es un país agresivo, violento, no tiene programas de paz y amor. Me refiero a los líderes, a su gobierno, no al pueblo. Sólo en los últimos dos meses iban a cometer actos terroristas en ciertos países que se pudieron neutralizar a tiempo. Sus brazos llegan muy lejos, y esto no solamente pone en peligro la estabilidad en el Medio Oriente y la existencia de Israel sino pone en riesgo verdadero la existencia de los países donde actúa. Toda vez que nosotros reforzamos nuestra amistad con los países proisraelíes, así también los países antisraelíes están abriendo una puerta para que grupos terroristas entren en su territorio”.

A estas alturas de la conversación, ya habían tocado la puerta en dos ocasiones. Esta vez Orit, la asistente de la parlamentaria Haskel, abrió la puerta diciendo que ya era tarde y tenía que ir a la discusión en uno de los comités (no alcance a escuchar cuál). Lo que sí alcance es a hacerle otra pregunta referente a las drogas. Me respondió:

“Estamos desde luego en contra del uso de drogas y alcohol, pero tenemos que bajar el “switch” y cambiar nuestra forma de enfrentar a aquellos que sufren de esa adicción. Hoy lo que hacemos nada más es meterlos en la cárcel, pero eso no los ayuda, más bien, en cierto sentido, los perjudica. Mi intención es organizar y crear centros gubernamentales de programas de rehabilitación. Yo estoy organizando en estos momentos este tipo de programas, los cuales además no nos costarán más de lo que hoy nos cuesta meter a los adictos a la cárcel. Hay un solo ministro que se opone a mi programa, tú lo conoces, Gilad Erdan, pero creo plenamente que esto va a salir adelante algún día y que pronto le va a caer el “asimon” y entenderá que tenemos que cambiar la forma de enfrentar este problema”.

Así terminó la entrevista…

Al llegar a mi coche, en el parabrisas estaba colgando, como por descuido, una flamante multa de 500 shekels. Se había acabado el tiempo del parquímetro. A pesar del dolor que le dio a mi cartera, sin lugar a dudas creo que valieron la pena esos 500 shekels.