Enlace Judío México e Israel – Cientos de personas acompañaron este lunes el funeral del escritor israelí Amos Oz hacia el Kibutz Hulda, fallecido el pasado viernes a los 79 años de edad, donde pasó gran parte de sus años formativos como literato.

No se hicieron elogios durante el funeral en Hulda, al sur de Tel Aviv, pero los dolientes reunidos cantaron canciones hebreas clásicas, incluyendo “Yo creo”, de Shaul Tchernichovsky, “Tómame bajo tu ala”, de Chaim Nachman Bialik, y la viuda de Oz, Nili, tocó en flauta “Una noche de Galilea”, de Natan Alterman, informó el sitio The Times of Israel.

En su juventud se unió al Kibutz Hulda en el centro de Israel, donde terminó su educación secundaria. Regresó al kibutz después de completar su servicio militar obligatorio en 1961. Mientras trabajaba en los campos de algodón de la comunidad agrícola, publicó sus primeros cuentos. Oz vivió en esta localidad junto con su esposa e hijos hasta 1986, cuando se mudó a la ciudad de Arad en el Néguev.

En un memorial antes del funeral en el pequeño teatro Tzavta de Tel Aviv, al que asistieron amigos, familiares, artistas, intelectuales y políticos, su hija Fania Oz-Salzberger dijo que Oz “hechizó la oscuridad para atraer el amor… [él] vivió toda su vida entrelazada en su amor por la tierra y este país”.

“Mi papá decía: ‘Puedo destilar todos los edictos de moralidad así como los 10 mandamientos a un solo mandamiento: No herirás. Eso es todo. Y si eso es imposible, al menos intenta herir lo menos. Tan poco como sea posible'”. Ella agregó: “Papá nos dejó palabras. Ellas no morirán”.

Sus nietos Dean y Nadav Oz-Salzberger dijeron que para ellos Oz era “ante todo, un hombre lleno de calidez, humor y encanto”. “En una de nuestras últimas conversaciones, nos miraste profundamente a los ojos y dijiste con lágrimas que nos estabas dejando un mundo que era mucho menos bueno de lo que querías”, dijeron, y añadieron que su lucha de por vida contra “el fanatismo, el racismo, la violencia y el extremismo permanece con nosotros”.

El presidente Reuven Rivlin, un amigo de la infancia de Oz, dijo que siempre sintió una profunda conexión personal con la prosa del autor. “Cuando Amos escribe sobre el amor y la oscuridad, escribe sobre mí. Estoy allí en la letra pequeña. Porque, Amos, siento que no sólo me escribiste, sino que realmente escribiste sobre mí. Debido a su valentía, su mirada, lo más interno y externo que pueda haber. Para mí y para muchos, encendiste las farolas para mostrar la realidad de nuestras vidas aquí”, dijo Rivlin.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico