Enlace Judío México e Israel.- En la inauguración de la sede del Centro de Documentación e Investigación Judío de México (CDIJUM), el pasado 13 de enero, se presentó un documento, un “hallazgo” se dijo, referido a una presunta propuesta para abrir las puertas del país al refugio judío, presentada ante la Cámara de Diputados en octubre de 1942 por el diputado Félix Díaz Escobar. Fue su hija quien hizo entrega del ahora preciado documento. Enlace Judío publicó días después (el 17 de enero) una noticia titulada “La primera Ley del mundo que ofreció protección a refugiados judíos fue mexicana”.

*DANIELA GLEIZER

Por respeto a la historia, es necesario hacer tres aclaraciones:

La primera, no es un hallazgo. La iniciativa de ley presentada por Félix Díaz Escobar se puede consultar desde hace años en el Archivo General de la Nación (AGN, PLC, exp. 545.2/132), forma parte del Diario de Debates de la Cámara de Diputados (en línea) y además está citada, por lo menos, en el libro El Exilio Incómodo (Gleizer, 2011, pp. 236-238).

En segundo lugar, la iniciativa de ley no refería a abrir las puertas a los refugiados judíos, como se dijo en dicha inauguración, sino a exceptuar a los judíos alemanes que residían en México de las restricciones que se estaban imponiendo a los ciudadanos “enemigos” (originarios de países del Eje) debido a la entrada de México en la Segunda Guerra Mundial, del lado de los aliados (restricciones de movilidad, congelamiento de fondos, etc.).

La tercera y más importante aclaración: la iniciativa de Félix Díaz no fue aprobada por el Congreso. De hecho, generó una intensa polémica no exenta de fuertes expresiones antisemitas, y terminó por ser cancelada.

Por tanto, lamentablemente no fue mexicana la primera ley del mundo que ofreció protección a los refugiados judíos, ni fue México un ejemplo a seguir para otras legislaciones del mundo. Al contrario. Hay que recordar que la posición de México frente al refugio judío durante el nazismo no fue de apertura, sino de cierre.

La historia del papel que desempeñó México con respecto a los refugiados judíos durante la Segunda Guerra Mundial ha sido objeto de múltiples distorsiones. Debido a que durante la misma época México abrió sus puertas al exilio español, se cree comúnmente que los regímenes de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho fueron regímenes de “puertas abiertas”. No fue así. La política inmigratoria mexicana a partir de los años 30 fue una política selectiva y discrecional que distinguió entre “extranjeros deseables” e “indeseables”, y abrió las puertas a los primeros, mientras las cerró a los segundos. Los judíos fueron considerados “no asimilables” al mestizaje mexicano y, por tanto, cayeron en la categoría de “inmigrantes indeseables”.

De un total de cerca de 100,000 refugiados judíos que llegaron a América Latina durante el nazismo, solo 1,800 encontraron refugio en México. Quienes entraron al país durante esos años lo hicieron debido a que tenían parientes que habían arribado previamente, eran refugiados políticos (comunistas, principalmente) o entendieron los cauces de la corrupción y contaban con recursos para pagar. En 1942 las visas para México costaban cerca de 500 dólares por persona.

Finalmente, fueron el Comité Central Israelita de México y la asociación de judíos de habla alemana “Menorah” las instituciones que intercedieron ante el gobierno mexicano para intentar que a los judíos alemanes y austriacos se los exentara de las restricciones impuestas a los ciudadanos del Eje (que se les permitiera, por ejemplo, salir del país, hacer un viaje de negocios o mantener ciertas relaciones comerciales que tenían desde años atrás). En varios casos se consiguió la autorización correspondiente. En muchos otros no. Era una decisión discrecional del gobierno. No tenían una ley que los protegiera.

 

 

*La autora es licenciada en Historia por la UNAM, maestra y doctora en Historia por el Colegio de México, e investigadora asociada en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.


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