Enlace Judío México e Israel.- Un gran escritor fue Philip Roth (1933-2018), recibió múltiples reconocimientos entre ellos el Príncipe de Asturias para las Letras (2012) por el conjunto de su obra literaria. Nacido en New Jersey y fallecido en Nueva York por una insuficiencia cardíaca, el autor judeo-norteamericano fue sumamente prolífico.

PERLA SCHWARTZ PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Fue hasta 1969 cuando comenzó su reconocimiento en el ámbito librero con su novela “El lamento de Portnoy” a ésta le seguirían un sinnúmero de libros tales como:

“Mi vida como hombre” (1974), “La lección de anatomía” (1983), “Pastoral Americana” (1997) con la que ganó el Premio Pulitzer, “La mancha humana”(2000) y “La humillación” (2009), novela que hoy reseñaremos.

Su protagonista es Simón Axler, un actor teatral en plena decadencia, es depresivo, siente en su vejez temprana que todo ha terminado, ya no experimenta esa magia especial que significa pisar un escenario.

Desde el comienzo de esta novela breve hay un tono desolador que impregna a la mayoría de sus páginas.

Leemos: “Había perdido su magia. El impulso estaba agotado. Jamás había fracasado en el teatro, todo cuanto emprendiera tuvo fuerza y éxito y entonces sucedió lo terrible: No podía actuar. Salir a escena era sufrimiento…”

La mayor parte de esta novela está narrada en primera persona y va conectando a los lectores (as) al vacío existencial de Axler.

Roth refleja el cómo la depresión es una especie de cáncer emocional que corroe el alma. Axler se imagina que la gente que lo rodea se ríe de él, sólo en breves momentos-los mínimos- él se da cuenta que él mismo ha propiciado el alejamiento de su entorno, mismo que, conforme transcurre el tiempo, lo siente más hostil.

El dolor, el vacío existencial le impiden al experimentado actor a recuperarse. Pareciera ser una especie de brújula desorbitada.

En el momento en que una mujer joven llega a su vida, Axler sentirá que es posible renacer… más no será así con el tiempo él quedará sometido a una debacle sin retorno.

“La humillación” está presidida por un dejo chejoviano, donde aparentemente no pasa nada y pasa todo. Así como por una profunda “saudade” parafraseando a Fernando Pessoa, esa soledad melancólica que envuelve como una mortaja impenetrable.

En suma, esta novela de Philip Roth es la crónica de la vida de un hombre que ha perdido su centro, un hombre que ha dejado de gozar del teatro, un hombre incapaz de recuperar su centro rector.

 

 

 

 

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