Enlace Judío México e Israel – Hace más de dos años que Rabbi Shneur y Mushkie Hecht fundaron un Centro Jabad en Puerto Vallarta, México. El pasado martes, su comunidad alcanzó un significativo punto de inflexión: el primer funeral judío en la historia de la ciudad. 

MENACHEM POSNER/TRADUCCIÓN: BÉLA BRAUN

El fallecido, Seymour Lestz, nació en Filadelfia y llevaba 13 años viviendo en Puerto Vallarta. Como muchos miembros de la comunidad judía de la ciudad (formada principalmente por jubilados estadunidenses y canadienses que llegan a Vallarta para disfrutar tanto del clima como de las condiciones económicas favorables, donde una modesta pensión puede estirarse mucho), él planeaba ser cremado.

“Trabajamos muy duro para educar a la gente acerca de la importancia de ser enterrados como judíos”, declaró el rabino a Chabad.org. “La cremación es muy barata y simple aquí, es por eso que tanta gente ha planeado hacer eso, entonces nosotros tratamos de mostrarles la belleza del entierro judío, que ha sido nuestra tradición desde que Abraham enterró a Sarah en Hebrón.”

La tragedia de la cremación es la finalidad del acto. Los judíos creen en el arrepentimiento, en que ningún alma está demasiado lejos y que todo puede corregirse. Pero una vez que un cuerpo ha sido incinerado, causante de anatema para el judaísmo, ese acto no es reversible.

Pero, ¿dónde podrían ser enterrados los judíos en Puerto Vallarta? Antes de esta semana, el cementerio judío más cercano estaba en Guadalajara, a cinco horas de distancia en auto.

Habiendo identificado la falta de un cementerio judío como un problema clave en una comunidad formada principalmente por gente mayor, los Hecht dedicaron más de un año de trabajo a la creación del cementerio.

Adquirieron una sección del Paradise Memorial Park y se pusieron a trabajar en la preparación de su primer funeral. Los preparativos incluyeron importar las Tajrijim (mortajas), trabajar con una funeraria local para asegurarse de que fueran capaces de practicar la tajará (purificación del cuerpo) y formar un cuerpo de voluntarios para integrar la Jevrá Kadishá.

Los Hecht reportaron que varias parejas se han comprometido a ser enterradas en el recientemente consagrado cementerio judío, y algunos han adquirido lotes.

Enfocados en el júbilo de la vida

Pese a la urgencia de proveer entierros judíos, Hecht señala que la mayor parte de el trabajo que realizan él y su esposa involucra alegría, vida, exploración espiritual y celebración. Cada martes, la pareja es anfitriona de “Kabbalá y Café” en la Casa Jabad. Los miércoles los dedican a JEMS, la pequeña escuela de hebreo que dirigen. Los jueves, cerca de una docena de miembros de la comunidad se reúnen para cocinar y hornear para el Shabat que se celebra en Jabad. Las cenas de viernes en la noche reúnen hasta a 100 asistentes durante la temporada alta de invierno. Este invierno, incluso han establecido servicios matutinos de Shabat.

El fallecido Lestz conoció a los Hecht en el mercado de granjeros de los jueves por la mañana, donde la pareja vende Jalá recién horneado y, a veces, sopa de pollo o algún otro platillo judío. Era un ejecutivo restaurantero jubilado que vivía junto a sus esposa en una pequeña ciudad ubicada a una hora al sur de Puerto Vallarta.

Cuando se hizo evidente que Lestz estaba viviendo sus últimos días, los Hecht comenzaron a trabajar a marchas forzadas para finalizar los arreglos funerarios y la construcción del cementerio. Para realizar un funeral correctamente, a Hecht y su equipo de voluntarios se les unieron miembros del Jevrá Kadishá de la Ciudad de México, que volaron para mostrarles los ritos funerarios.

Y bajo un cielo soleado, la comunidad judía de Puerto Vallarta devolvió a uno de los suyos a la nutritiva tierra de la que provino.

Fuente: Chabad.org / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico