Enlace Judío México e Israel – Locutora, conductora, periodista, conferencista y hasta actriz de doblaje, eso y mucho más es Fernanda Tapia, una mujer que se ha abierto paso en el mundo de la televisión y la radio, en una trayectoria profesional de 35 años. Entre sus múltiples reconocimientos se encuentra el premio por la “Locutora de la década” de 1990 y en 1999 recibió el Premio Nacional de Periodismo.

 

 

En entrevista exclusiva con Enlace Judío, Tapia habló sobre lo que la enoja, sobre no tener filtros, sobre la censura y sobre el aprendizaje.

¿Qué es lo que más te enoja?

FT: Lo asimétrico, las desigualdades. Lo que más lacera y es la madre de las violencias y carencias que tenemos en el país.

¿No tener filtros te ha representado algún problema?

FT: Pues sí, si (no) conservar la chamba es un problema, pues sí. También para mis jefes, también les toca a ellos la cagotiza. Yo recuerdo un jefe en W Radio que me dijo, ‘Ay Fernanda (…), el gobierno federal —o sea el de Peña— no mete nada de publicidad a todo el grupo de Televisa Radio por tu culpa.’ Y yo dije, ¡chin qué gacho!, pero luego dije ‘no, qué la chingada, qué bueno’.

¿Crees que ya somos una sociedad civilizada?

FT: Lo que pasa es que la civilización no ha abolido la barbarie, la ha perfeccionado. Entonces, todos pensamos que aquí todo está parejo pero hay muchas formas de padecer estas desigualdades: por tu color de piel, por lo que hay en tu cartera, por si eres mayor o menor de edad, por tu religión, por a quién te gusta besar, así de sencillo, entonces no es solo una cuestión de varo, es una cuestión de oportunidades donde se te pueden cerrar a tal grado en donde nunca puedas escalar a siquiera aspirar a una mejor calidad de vida, ya no se diga privilegios.

¿Has sufrido algún tipo de discriminación a lo largo de tu carrera?

FT: Primero entrar al radio siendo mujer cuando no había mujeres en el radio. Pero yo, como la humedad, me colé y dije ‘ahora sáquenme’. Era muy complicado porque no hablaba con las formas del radio, no porque fuera yo disruptora sino porque no sabía hacerlo (…). Y hubo a quien le gustó y a quien no le gustó. Posteriormente, pues tener que luchar para demostrar muchas cosas. Una como vieja, trabajando donde trabaje, parece que tiene que demostrar que está bien que esté en ese puesto que le está quitando a un caballero. El hecho de no tener los rasgos ni faciales ni corporales nórdicos, que pareciera que son como el parámetro aceptable en los medios. El no hablar con toda esta serie de protocolos que se usa en los medios. La forma de desacralizar las noticas (…) Es complicado. Yo sé que a muchas personas no les gustará. A otras les inquietará y otras se reirán y aplaudirán pero no vengo a darles gusto, vengo a provocarlos, a ver si se atreven a cuestionarlo.

¿El contenido de nuestros medios ha cambiado positiva o negativamente?

FT: Yo creo que hemos cambiado de formas pero no de fondo. Es decir, hay más tecnología, yo llegué desde que estaban los viniles, (he visto aparecer)  la computadora, las redes, y sin embargo no veo que el fondo cambie. Yo sigo sin ver personas con rasgos indígenas conduciendo un programa, no los veo en las novelas, no veo a personas con discapacidad en los comerciales que no sean para personas con discapacidad. No. Yo sigo viendo que hay Rosa de Guadalupe pero no Padre Moisés. No, yo creo que de fondo no hemos cambiado; incluso creo que se ha acentuado terriblemente esta desigualdad y por ende la discriminación.

¿Cuál ha sido tu principal aprendizaje?

FT: Cuestionarme diariamente todo lo que creo que creo. Ustedes harían bien en hacerlo, yo sé lo que les digo. Es un ejercicio muy cañón. Porque cuando damos por hecho todo lo que nos dijeron que así era, que así era ser mujer, que así era ser hombre, que así era ser viejo, que así era ser gordo, la mayoría de las veces no tiene sustento real, ni fisiológico ni anatómico ni todo lo que llaman “natural” y nada más lo hacemos porque alguien dijo que así era, y lo venimos arrastrando como un símbolo que carece de todo significado y sustento. Entonces les invito a la emocionante tarea de desaprender todo lo que se les ha enseñado y a empezar a escribir su versión de lo que los rodea

¿Algún mensaje para la comunidad judía?

FT: Gracias por resistir. A todas las cosas adversas a las que se han enfrentado a lo largo de la historia (…) Yo creo que hay un gran aprendizaje de la cultura judía y que  son los duelos cortos. Vean ustedes qué culturas han pervivido a lo largo de la historia. Los aztecas eran una cultura de duelos muy largos y no están ahí. La cultura judía es de duelos cortos y muy práctica, a lo que sigue, si no, no creo que hubieran sobrevivido a tantas calamidades. Y sin embargo nos demuestran que ahí siguen de pie y siguen dando la lucha.

 

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