Enlace Judío México e Israel.-En 1932, Alemania vivía una crisis política y económica descomunal. Con seis millones de parados, bloqueada institucionalmente y repetición de elecciones prácticamente cada mes, los alemanes viraron hacia el extremo y en un año Hitler, el líder del partido nazi, alcanzó el poder. El resto ya es historia. Pero ese ascenso, por el que muchas veces se pasa de largo, fue vaticinado por un personaje que no suele aparecer en los libros de Historia, aunque en ese año gozaba de gran popularidad en la Berlín prenazi. Se llamaba Harschel Steinschneider, más conocido como Erik Jan Hanussen: El mentalista de Hitler.

Hanussen era realmente un hombre del espectáculo. Se dedicaba al mentalismo, un tipo de ilusionismo que implica una interacción con un espectador llegando a la conclusión de que el mago es capaz de conocer el pensamiento de esa persona o incluso adelantarse a hechos futuros. El éxito que cosechó Hanussen en la década de 1920 le hizo amasar un enorme fortuna por lo que pudo comprar empresas, periódicos e incluso hacer las veces de prestamista para importantes jerarcas del nazismo. Y a pesar de todo, un par de tiros acabaron con su vida en 1933 en circunstancias bastante extrañas pero que, seguro que no nos equivocamos, debieron de estar relacionadas con su origen judío pero sobre todo, por la información con que contaba.

El mentalista de Hitler

Así se le llegó a conocer en la época. En un momento en el que Hitler aún no había ascendido al poder, el futuro Führer visito en varias ocasiones las sesiones privadas de Hanussen con el fin de conocer su futuro o cómo poder actuar para que las circunstancias le fueran propicias. Realmente no hay evidencias directas de esos encuentros, aunque testigos indirectos hablan de ello. Por lo tanto, Hanussen se convierte así en protagonista de uno de los momentos más siniestros de la historia de Alemania.

 

 

 

 

Fuente: cadenaser.com