Enlace Judío México e Israel.- El boxeo en México es más que un deporte, es valentía, tradición, familiaridad y para mí es casi un folklor a la par de la comida mexicana. Gracias al boxeo mexicano pudimos estar orgullosos de nuestro Cesar (Julio Cesar Chávez) ver infinitas rivalidades entre mexicanos y mexicoamericanos, a un “finito” invicto en el cuadrilátero y cómo olvidar cuando Juan Manuel Márquez le puso la piel chinita al país completo al noquear al “Pacman” más bravo de la historia.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO.

Dicho lo anterior, resulta que, como les he platicado en anteriores ocasiones, el boxeo también ha estado vinculado con el judaísmo desde tiempos muy remotos con figuras como Max Baer y hasta promotores como Bob Arum.

Viendo estas dos propuestas, llegué a la conclusión de que posiblemente el judaísmo y México, pudiesen estar conectados por medio del boxeo por más de una manera y al investigar, conocí a George Parnassus, el hombre que puso en el mapa al boxeo mexicano.

Buscando un poco de historia boxística, me encuentro con George Parnassus, de quien algunos periodistas deportivos de alto renombre afirman o sospechan que era judío, sin embargo, no hay una prueba de que lo haya sido.

Con esta teoría, cayendo en el supuesto de que sí pudo serlo, comencé a investigar sobre este personaje y me di cuenta que en realidad él cambia el boxeo mexicano y lo revoluciona por completo.

Parnassus, que nace en Grecia en 1897, sigue a su hermano hacia Estados Unidos en 1916 y comienza a trabajar como mesero y garrotero en Arizona. Gracias a su trabajo, poco a poco ahorra dinero y eventualmente abre un restaurante, que da la casualidad, se encontraba enfrente de un gimnasio de boxeo que tenía mucho talento, pero poco dinero, por lo cual a George se le ocurre alimentar a los boxeadores y cobrarles mediante un manejo de su carrera.

En un inicio, Parnassus no ganaba nada, sin embargo, el talento de los boxeadores por los que apostaba George salió a la luz y su gran habilidad para conseguir peleas fue siendo cada vez mejor, lo cual lo obligó a dedicarse a ser promotor de boxeadores.

En una pelea que había conseguido, Parnassus viaja a México pensando que acá el deporte estaba en pañales, sin embargo, George descubre que el talento mexicano era infinito y que él tenía que hacer algo para que todos estos prospectos se convirtieran en grandes boxeadores y propone representarlos, aunque en un inicio no tenían con que pagarle.

Poco a poco Parnassus se comienza a convertir en el mejor promotor, comienza a hablar en español y hasta llega a vivir algo de su vida en México.

Gracias a que George empieza a representar mexicanos, las peleas de pesos pequeños comienzan a ser muy vistas y los boxeadores mexicanos como Juan Zurita, Enrique Bolaños, el Ratón Macías y José Becerra, se empiezan a posicionar como los mejores boxeadores en sus categorías y con esto el mundo entero voltea a ver el boxeo mexicano.

Con todo el éxito conseguido, lo más seguro era que después de algún tiempo el boxeo mexicano sería aún más escuchado; sin embargo, George no paró ahí, ya que gracias al éxito de sus boxeadores mexicanos a él se le ocurre llevar boxeadores de México a pelear al gran Coliseo de los Ángeles, el cual nunca se había utilizado para hacer peleas de boxeo. Desde un inicio el Coliseo tuvo un lleno total y muchos hispanoamericanos pudieron disfrutar de un espectáculo en el que peleaban compatriotas de ellos. A la postre, a George también se le ocurre traer peleas de alto renombre a México, las cuales fueron un éxito desde el primer momento y de esta forma, el boxeo se comienza a convertir en una tradición en las familias mexicanas, más que en un deporte.

George fallece en 1975 y es llorado en el mundo boxístico mexicano. Para 1991 George Parnassus entra con un reconocimiento post mortem al Salón de la Fama del Boxeo, en el cual se le adjudica ser pieza clave para poner al boxeo mexicano en el lugar donde le corresponde.

 

 

 

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