Juntos venceremos
viernes 26 de julio de 2024

Enlace Judío México e Israel – La decisión del gobierno de Israel de retener 500 millones de shekels ($ 140 millones) de los ingresos fiscales que recauda para la Autoridad Palestina puede ser una buena política, pero puede llevar a la guerra.

AMOS HAREL

Bajo la superficie hay una bomba que hace temblar y que podría alterar toda la campaña electoral, aunque no tenga nada que ver con las investigaciones del primer ministro o la alianza de los partidos centristas.

Una serie de acontecimientos negativos en temas relacionados con los palestinos (Jerusalén, prisioneros, fondos de la Autoridad Palestina y la infraestructura de Gaza) amenazan nuevamente con una escalada entre Israel y los palestinos, posiblemente durante las seis semanas que quedan hasta las elecciones. Los propios palestinos, e incluso Jordania, son responsables de algunos de estos eventos, pero parece que el liderazgo israelí está avanzando hacia una posible crisis con los ojos bien abiertos.

La semana pasada, bajo claras restricciones políticas, el gabinete de seguridad decidió implementar una ley aprobada por la Knéset el año pasado y deducir 500 millones de shekels (140 millones de dólares) de los ingresos fiscales que recauda para la Autoridad Palestina, como castigo por la ayuda financiera que la AP proporciona a los presos de seguridad. Israel intentó algo similar en enero de 2015, pero rápidamente lo anuló bajo presión palestina. Ahora, en medio de la campaña electoral y ante acusaciones de que el primer ministro Benjamín Netanyahu es blando con el terrorismo, tiene poco espacio para maniobrar. La decisión de deducir los fondos de la Autoridad Palestina se tomó a pesar de la oposición de los jefes de las fuerzas de seguridad.

El corte previsto ya está causando tensiones en Cisjordania. Oficiales de seguridad en contacto con los palestinos informan que los residentes temen que la Autoridad Palestina no pueda pagar los salarios y que no puedan solventar sus deudas e hipotecas. La reacción en cadena también dañará a la Franja de Gaza. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, ya anunció que parte del dinero retenido por Israel se deducirá de los fondos que la Autoridad Palestina paga a la Franja, lo que tendrá un impacto inmediato en la situación económica allí. Mientras tanto, Hamás juega con fuego al permitir enfrentamientos violentos con tropas de las FDI a lo largo de la frontera de Gaza casi todas las noches.

Por su parte, los miembros del aparato de seguridad de la Autoridad Palestina compiten para expresar solidaridad con los prisioneros, y anuncian que donarán parte de sus salarios a sus hermanos encarcelados. Dentro de las cárceles, la situación dista de ser tranquila. En los últimos días, por orden del ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, y del comisionado interino del Servicio de Prisiones de Israel, Asher Vaknin, los guardias de la prisión han estado reprimiendo a los presos en posesión de teléfonos celulares prohibidos al instalar bloqueadores de recepción en las bandas de seguridad.

Hace unos días, un prisionero palestino trató de prenderse fuego en protesta por el deterioro de las condiciones de los prisioneros, pero los guardias lograron impedirlo antes de que se hiciera daño. El domingo, algunos líderes de los prisioneros de Hamás y Fatah anunciaron su renuncia en respuesta a los movimientos contra el uso de teléfonos celulares.

Se echó más leña al fuego en la ubicación más sensible de todas, el Monte del Templo. Hace dos semanas, Jordania anunció que siete palestinos se unirían al Consejo del Waqf de Jerusalén (fundación islámica), que responde a Jordania. Los nuevos miembros, que fueron elegidos en coordinación con la Autoridad Palestina, son en su mayoría miembros de Fatah, habitantes de Jerusalén. La semana pasada hubo una confrontación por la decisión unilateral palestina de abrir una sección del Monte del Templo conocida como la Puerta Dorada que Israel había sellado hace 13 años.

Todos estos eventos juntos podrían convertirse en componentes de una gran conflagración. A principios de este mes, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Aviv Kojavi, ordenó al ejército intensificar los preparativos para una operación en la Franja de Gaza y el domingo se lanzó un ejercicio sorpresa del Estado Mayor, con Gaza en mente. Estos movimientos, junto con una mejor preparación, también sirven para indicar a Hamás que no ponga a prueba a Israel. La pregunta es cómo los líderes de Hamás, Ismail Haniyeh, y especialmente Yahya Sinwar, leen esta demostración de fuerza.

Este problema es principalmente de Kojavi. El primer ministro se distrae con sus problemas legales, más recientemente,la prohibición de recibir fondos de asociados cercanos para cubrir los gastos de su defensa legal. Los ministros se encuentran en medio de la campaña electoral y el gabinete de seguridad no se reúne para debates exhaustivos. Kojavi, al igual que su colega, el jefe del servicio de seguridad de Shin Bet, Nadav Argaman, deberá mostrar firmeza ante un sistema político que está perdiendo los frenos.

Cabe hacer otro comentario, con la debida precaución. La tensión en el ámbito político ha aumentado estos últimos días. Lo que al principio parecía una campaña aburrida cuyos resultados estaban previstos ahora se ha convertido, al menos según las encuestas, en una carrera relativamente cercana. Pronto caerá otra bomba, en forma de las recomendaciones del fiscal general Avichai Mendelblit sobre los casos de corrupción de Netanyahu. Este sería un buen momento para que el Shin Bet examine cuidadosamente las medidas de seguridad para los miembros principales del sistema judicial, así como para los principales rivales de Netanyahu, aunque sólo sea por la pequeña posibilidad de que alguien pueda traducir los desacuerdos en actos violentos.

Fuente: Haaretz / Reproducción autorizada con la mención: © EnlaceJudíoMéxico

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel.- En la breve historia del futbol israelí han pasado varios jugadores, sin embargo, pocos han trascendido y han logrado dejar su huella en el futbol mundial. Posiblemente de los pocos que lo han logrado, el más destacado sea el niño de oro israelí.

ISAAC SHAMAH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Para contarles la historia del niño de oro, les tengo que platicar la historia de la familia Benayoun, que en los 70’s tiene que emigrar de Marruecos para llegar a Israel y buscar el sueño judío de establecerse y echar raíces en la “Tierra Prometida”. El cambio de país para la familia Benayoun no fue nada sencillo, pero ya al estar en Israel, Dudu, el patriarca familiar, comienza a jugar en el Hapoel Dimona en el que tiene una carrera destacada, mas no espectacular. Una vez establecidos en Dimona, Israel, los Benayoun tienen un hijo al que le llamaron Yossef.

Desde muy pequeño, Yossef comienza a jugar futbol y lo empiezan a conocer como Yossi. En un inicio, a pesar de su pequeña estatura y de no ser un jugador muy corpulento, el talento que traía era tan grande que, desde sus 9 años, el Periódico The Independent, lo describe como un talento futbolístico. Conforme pasaba el tiempo, Benayoun se hacía mejor futbolista y a sus 13 años, comienza a salir en revistas israelíes en las que incluso le llamaban genio.

Para sus 15 años, Yossi firma con el Ajax holandés, el cual a la postre lo presta al Hapoel Be’er Sheva, equipo con el que, a pesar de su talento, su juventud no le permite salvarlo del descenso.

Gracias a haber descendido con el equipo de Be’er Sheva, Yossi pasa al Maccabi Haifa, en donde nuestro amigo de Enlace Judío, Daniel “El Ruso” Brailovsky, le comienza a dar mucho juego, lo coloca como una media punta, lo vuelve un crack, y termina marcando 16 goles en 29 juegos y, gracias a eso, desde ese momento comienza a ser llamado a la selección de Israel de la cual sigue siendo parte hasta la fecha. Posteriormente, con el mismo Maccabi Haifa, Yossi, logra ser campeón en las temporadas 200- 2001 y 2001- 2002.

Después de varios años en el equipo de Haifa, donde consigue anotar 55 goles y de haber obtenido el premio del jugador israelí del año en 2000- 2001, además de ser entrenado por otro grande como Avram Grant, Yossi consigue pasar al Racing de Santander y, para esas fechas ser el fichaje más importante en la historia de Israel.

En el Racing, Yossi logra una buena carrera, la cual le abre las puertas a la liga más importante del mundo, la Premier League. En la Premier, Yossi llega al West Ham para trascender, de igual manera, consigue buenos resultados, lo que hace que el West Ham le extienda un contrato, en el que llegó a un acuerdo verbal por 4 años más, sin embargo, al no haber un contrato firmado, el Liverpool inglés, uno de los mejores equipos del mundo, convence a Yossi a firmar con el equipo de la ciudad de los Beatles.

Al llegar al Liverpool, Yossi consiguió su nivel más alto de juego, aun viniendo varias veces de la banca. Para 2010, Yossi llegó al Chelsea inglés y por fin pudo hacerse de un título fuera de Israel al haber ganado la Europa League.

Posterior al Chelsea, Yossi llega al Arsenal, en donde sólo estuvo un año, para después hacer las paces con el West Ham y regresar después de varios años.

Al terminar su segunda estancia con el West Ham, Yossi decide reforzar al poco conocido Queens Park Rangers, donde ya a una edad avanzada para jugar en el futbol inglés y pasar sin pena ni gloria en el QPR, Yossi decide regresar al futbol israelí donde regresa al Maccabi Haifa, posteriormente pasa al Maccabi Tel Aviv y ahora juega en el Beitar Jerusalén.

Hasta la fecha, Yossi sigue siendo parte importante de la selección israelí, donde ha tenido el honor de ser el “Eterno Capitán” con la que ha logrado 24 goles y ser 102 veces el “Capi” de dicho equipo.

 

 

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel – El 24 de febrero, este medio visitó las instalaciones de Casa Bit, un proyecto de KADIMA que pretende albergar temporalmente a personas con discapacidad cuando sus familiares lo necesiten. 

KADIMA A.C. es una asociación civil sin fines de lucro que desde 1994 tiene como propósito principal la inclusión y participación activa de niños, jóvenes y adultos con necesidades especiales y/o discapacidad, en cinco diferentes ámbitos: educación, laboral, familiar, social y comunitario.

El 3 de diciembre de 2018 se inauguró la Casa Habitación y Centro de Respiro BIT (Bienestar, Independencia y Trascendencia) ‘Moisés Cojab Farca Z”L’.

La residencia opera los 365 días del año. Es un espacio donde niños, jóvenes y adultos pueden asistir en fines de semana, períodos vacacionales o ante una contingencia familiar. Este lugar brinda un apoyo a las familias que por alguna razón no tienen dónde dejar a su familiar.

El 24 de febrero se realizó una visita guiada para conocer las instalaciones, donde Enlace Judío estuvo presente. Ruth Schneeiweiss, Directora de Bit nos llevó al recorrido y nos dijo: “diario hay desayuno y comida. Contamos con quince recamaras con capacidad para 24 personas. La mayoría de las recámaras son dobles, hay también individuales. Tenemos baños completos, algunos de ellos con implementos necesarios para discapacidad física.”

Agregó que “está un comedor de gran tamaño, cocina, hay un salón de descanso para las personas encargadas del cuidado de los habitantes. También hay una enfermería.”

Los viernes, sábado o domingo se realizan salidas recreativas para quienes deseen participar. Esto lo deciden los familiares con el integrante o Kadima. En caso de no ir a la salida hay actividades como cocina, repujado, juegos de mesa, actividades físicas, jardinería. Siempre hay alguna actividad para que se distraigan.

En el segundo piso se encuentra un salón de usos múltiples y gimnasio.

Hay un gran jardín al centro de la casa, en la parte trasera los habitantes plantarán frutos, flores, verdura o lo que mejor se dé por la orientación del jardín. Así, el florecimiento de las plantas y el de las personas será una misma y amorosa bendición.

 

 

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Enlace Judío México e Israel – Para honrar la memoria de los mexicanos caídos en las diversas guerras en Israel, así como la de las víctimas nacionales de los atentados terroristas ocurridos en aquel país, fue encendida la Ner Tamid (flama eterna), el 24 de febrero en las instalaciones de la Comunidad Maguen David, donde también se presentó la escultura de Leonardo Nierman, Ner Tamid y la escultura que desde ese día mantiene encendida la Flama Eterna de la artista plástica Flor Esses.

Este acto fue organizado por Yajad Lemaan Hajayal México, con la presencia de grandes personalidades, entre quienes se encontraban Jonathan Peled, embajador de Israel en México, Aryeh Muallem, asistente del director general y varios oficiales de las FDI, como el general brigadier Yahiael Gozal. En el acto también estuvieron presentes familiares de judíos mexicanos que perdieron la vida en diferentes guerras en Israel.

Mientras se esperaba la llegada de los asistentes, el coro de jayalim (soldados) Leakalá amenizaba con sus canciones.

El señor Salomón Cherem, presidente de la Comunidad Maguen David tomó la palabra: “hoy tenemos el honor de cumplir como anfitriones de un evento que enorgullece a toda la comunidad judía mexicana. El encendido del Ner Tamid en recuerdo y honor de nuestros hermanos caídos en guerras y atentados. Defendiendo nuestro territorio, nuestra identidad y nuestra continuidad. La comunidad judía ha crecido y florecido en este maravilloso país que nos abrió sus brazos. Hemos aportado a esta sociedad por más de cien años en paz y armonía.”

Aryeh Muallem, por su parte, dijo que “hemos venido aquí para enaltecer la luz de la memoria de los soldados caídos, y por esta convicción de que la memoria es la vida (…) para rememorar a los soldados del ejército de Israel. Conmemorar aquí a los soldados constituye el vínculo entre los judíos de México y las raíces del estado de Israel. Así como el sentimiento de hermandad ante la inmensa pérdida de las almas sagradas. Cada jayal (soldado) caído en las guerras y enfrentamientos en Israel deja tras de sí un hogar roto y desconsolado. Un alma afligida y doliente. Un pueblo entero que llora su muerte. Cada jayal caído tiene un lugar en la memoria. Hoy en este lugar tan especial inauguramos la escultura de la Flama Eterna. En la Mishna (leyes judías compiladas) el Cohen Hagadol (máximo sacerdote) acostumbra contar uno de uno, uno de dos, unos de tres y así sucesivamente. Nosotros aquí contamos uno y veinte y tres mil seiscientos setenta y dos soldados.”

Se invitó a familiares judíos mexicanos que perdieron familiares en guerras en Israel a encender la Flama Eterna. Terminando se entonaron los himnos nacionales mexicano e israelí. Luego los asistentes pasamos a la sinagoga, donde se proyectaron varios videos que honran la valentía de los soldados.

José Achar, presidente de Yajad Lemaan Hajayal México, recordó que “se dice que los verdaderos soldados no luchan porque odian lo que tienen enfrente, sino porque aman lo que han dejado atrás. Un amor que es difícil de describir, pero que sin embargo llega a ser tan grande que logra que sean capaces de arriesgar valientemente la vida sin pensar en los estragos que esto ocasionaría si llegan a morir. El amor a Heretz Israel fue el motor que los llevó a dar la vida sin importar si regresaban o no.”

En su turno Michael Edelstein, teniente general de las Fuerzas Armadas y Defensa de Israel, y agregado militar de ese país en Estados Unidos, señaló que “este es un año muy particular para el estado de Israel, que celebra 70 años (…). Actualmente nos enfrentamos a muy diferentes adversidades que en años anteriores. En al año pasado vemos una diferencia en Hezbolá, actualmente es una organización militar. Durante años ha actuado contra los ciudadanos de Israel. La última ambición que ha tenido Hezbolá fue la construcción de túneles hacia Israel; este trabajo fue llevado a cabo por varios años (…). En el sur, Gaza y los palestinos han buscado la forma de destruir a los ciudadanos israelíes que ahí viven. Mandando globos inflados con helio que al llegar a territorio israelí y caer queman las cosechas que ya son más de seis mil hectáreas.”

Yoram Yair “Ya-Ya” teniente general, presidente de Yajad Lemaan Hajayal narró que “he tenido la oportunidad de pelear en cuatro guerras. Participé en docenas de operaciones especiales. Los primeros treinta años del estado de Israel fueron terribles. Perdí a gran parte de mis amigos y camaradas. Actualmente somos el país más fuete de la zona con nuestro ejército. Nuestros vecinos y muchos países a nuestro alrededor saben que no pueden competir con nosotros. No nos pueden destruir.”

Con esto terminó la ceremonia. Luego se invitó a pasar a todos adonde comenzó el evento para disfrutar de la música y los bocadillos. Al escuchar la música con tanta alegría muchas personas se subieron al escenario a cantar y bailar con el coro. Al mismo tiempo las personas se levantaron de sus asientos para bailar por todo el salón.

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Enlace Judío México e Israel.- Las olas de judeofobia en Europa se han desatado y prometen ser más amplias, más altas y más devastadoras. Los temporales azotan contra los mismos objetivos: cementerios judíos, sinagogas, colegios y personalidades destacadas de la comunidad. Las consignas son las de siempre: los judíos son la peste, los judíos son los culpables, los judíos son los dueños de las finanzas, los judíos secuestran niños para extraerle la sangre y practicar sus ritos inhumanos, los judíos son comunistas.

*ROGELIO ALANIZ

Las viejas fobias se renuevan con su intensidad de siempre y sus sorprendentes paradojas. Para los judeofóbicos, los judíos se equiparan a piojos o insectos parecidos, pero según las circunstancias los insignificantes piojos se transforman en monstruos gigantescos sedientos de sangre y decididos a aplastar a la pobre gente. La patología judeofóbica transita de un extremo a otro, sin alterarse. Lo notable no es que estas consignas y estas fobias se reiteren, lo notable es que una mayoría de imbéciles las siguen creyendo y repitiendo como loros. Malditos judíos.

El odio al judío se articula hoy con el odio al estado de Israel. No concluyen allí las novedades. A la tradicional derecha antisemita y simpatizante de los fascismos, se suman en estos últimos años el fanatismo musulmán y una izquierda que desembozadamente se declara antijudía en términos no muy diferentes a lo que hizo Stalin en sus buenos tiempos. Para esta izquierda, judío y explotación capitalista son lo mismo, e Israel -ya se sabe- no es más que el portaaviones del imperialismo en Medio Oriente. Conclusión: en París, en Berlín, en Londres, en Ámsterdam, en Bruselas, en Varsovia o en Budapest, las manifestaciones y atentados contra los judíos se han multiplicado geométricamente. Malditos judíos.

Quienes curioseamos en la historia sabemos que no hay nada nuevo bajo el sol. El Holocausto lo perpetraron los nazis -qué duda cabe- pero en parte lo pudieron hacer posible porque contaron con la complicidad de los colaboracionistas franceses que mandaron a los campos más judíos que los solicitados; de los regímenes de Holanda y Bruselas que también se preocupaban de hacer buena letra sacrificando judíos; de los nazis de Viena, para más de un observador, más furiosos que sus camaradas de Múnich o Baviera; de los lobos famélicos seguidores de Quisling en Noruega; de los muy devotos polacos, el territorio donde no hay un centímetro de tierra que no esté empapada de sangre judía. Los nazis hicieron lo que hicieron, pero no estuvieron solos en esa faena. Ochenta años después sus nietos salen a la calle reclamando las mismas cuotas de sangre. Malditos judíos.

En estos días, los muchachos que en París exhiben chalecos amarillos, se han ganado un lugar en la historia de la infamia no por sus dudosas luchas sociales, sino por sus consignas antisemitas. Sus consignas y sus actos. Una de las víctimas de su fobia fue el filósofo francés Alain Finkielkraut, insultado y agredido no por lo que escribe -dudo que los chalecos amarillos hayan leído sus textos filosóficos- sino por su identidad judía.

Lo sorprendente de todo esto, y lo que provoca una justificada congoja, es cómo amplias franjas de la opinión pública europea tropiezan con la misma piedra, en más de un caso por ignorancia o idiotismo. En tiempos de Hitler, no en Berlín sino en París, abundaban pintadas en las paredes diciendo: “Judíos a Palestina”, consignas que manifestaban el deseo de expulsarlos a lo que en aquellos años era considerado el último rincón del mundo, al punto que muy bien podrían haber escrito: “Judíos al infierno”, porque la intención era exactamente la misma. Setenta años después, las consignas pintadas se modificaron un tanto, pero esa modificación es de una conmovedora coherencia: “Judíos fuera de Palestina”. Los tiempos cambian, las consignas se interpretan de otro modo, pero en todos los casos lo que no cambia es el afán de castigar a los judíos. Malditos judíos.

Hay más ejemplos. A principios del siglo XX, pero desde mucho tiempo atrás, la bestia negra de los judíos era Rothschild, el maldito banquero titular de todas las lacras morales y excrecencias de la raza judía. Un siglo después a los Rothschild los han dejado que descansen en paz, pero ahora el demonio es George Soros, el multimillonario y benefactor social que por derecha o por izquierda encarna, una vez más, al maldito judío, con sus fortuna, su cosmopolitismo, su lucidez para conocer las claves del mundo en el que vive y su humanismo laico. Maldito judío.

Si no conociera la historia, diría que miento o estoy exagerando. Sin embargo los hechos se empecinan en afirmar lo contrario: la judeofobia existe, está vivita y coleando y en la vieja Europa se vuelven a escuchar los redobles de los mismos tambores de guerra entonando las mismas letanías.

Veamos. En Europa viven alrededor de seiscientos millones de personas. La población judía apenas llega al millón y medio, es decir representa el 0,25 % del total. Muchos europeos que pintan consignas o entonan cánticos antisemitas, en su vida han visto a un judío (algo parecido ocurrió con los alemanes en tiempos de Hitler). Digamos que los judíos son una minoría y en algunos lugares una insignificante minoría. Sin embargo, comparando población con atentados, los judíos una vez más exhiben el honor de ser los más favorecidos por el terrorismo.

Un millón y medio de personas en un mar humano de seiscientos millones, pero el cuarenta por ciento de los atentados raciales y religiosos se perpetran contra ellos. Asimismo, y para asombro de los curiosos, no se registran antecedentes de agresiones judías. Los judíos en Europa no queman mezquitas o templos católicos, no incendian locales públicos, no profanan cementerios, no lanzan camiones enormes sobre multitudes que pasean por avenidas o costaneras, no balean a la gente en la calle, no asesinan periodistas porque no les gustan sus comentarios. Digámoslo de una manera directa: no joden a nadie pero cobran por todos. Chivos expiatorios. La factura a pagar es por su condición de judíos, a la que le agregan, como suculenta yapa, haber cometido la herejía de fundar su propio estado y negarse -el más osado e imperdonable de los atrevimientos- a ser arrojados al mar por sus enemigos. Ayer las cámaras de gas; hoy el océano. Malditos judíos.

Para sus tenaces enemigos solo hay una solución para los judíos de Israel: deben admitir que son el mal, desarmarse, apoyar el cuello en el banco y admitir que sus verdugos se lo cercenen con la cimitarra. El objetivo en todas las circunstancias es que marchen mansos, sumisos y resignados al matadero. Como en Alemania en tiempos de Hitler.

En todos los casos, el fin es eliminarlos, eliminarlos porque pertenecen a una raza “infecta”, eliminarlos porque practican una religión responsable de la muerte de Jesús, eliminarlos porque son millonarios, eliminarlos porque parecen entender mejor que nadie cómo funciona el capitalismo globalizado o eliminarlos porque han tendido el atrevimiento de fundar una nación y un estado. Malditos judíos.

Los nazis hicieron lo que hicieron, pero no estuvieron solos en esa faena. Ochenta años después sus nietos salen a la calle reclamando las mismas cuotas de sangre. Malditos judíos.

Si no conociera la historia, diría que miento o estoy exagerando. Sin embargo los hechos se empecinan en afirmar lo contrario: la judeofobia existe, está vivita y coleando y en la vieja Europa se vuelven a escuchar los redobles de los mismos tambores de guerra entonando las mismas letanías.

 

*Periodista- Escritor

 

Fuente: visavis.com.ar

Enlace Judío México e Israel.- “Sabemos que eres el Rabino de AMIA”, le gritaron los delincuentes durante el ataque. La entidad expresó su preocupación y pidió el rápido esclarecimiento del episodio.

Gabriel Davidovich, gran rabino de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), sufrió un violento ataque cuando delincuentes entraron a su casa y debió ser ingresado en un hospital por los fuertes golpes que recibió.

Davidovich sufrió graves heridas en su cuerpo y permanece internado en un centro médico porteño.

“Sabemos que eres el Rabino de AMIA”, le gritaron los delincuentes antes de golpearlo y robarle sus pertenencias.

El hecho se produjo alrededor de las 2 de la madrugada cuando estaba en compañía de su mujer. La denuncia fue radicada en la Comisaría Nº 3.

Ante este grave episodio, la entidad comunitaria expresó su preocupación y pidió un rápido esclarecimiento del hecho.

“Con profunda preocupación, AMIA lamenta y repudia enérgicamente el violento asalto”, sostuvo la institución en un comunicado. A su vez, manifestó “su profunda intranquilidad por las expresiones que los delincuentes vertieron antes de atacar al Gran Rabino, que constituyen –sin duda- un motivo de alarma”.

“AMIA acompaña al Rabino Davidovich y a su familia en este difícil momento, y hace votos por su pronta y favorable recuperación”, señaló la misiva. Asimismo, reiteró su pedido a las autoridades correspondientes para “lograr un rápido y total esclarecimiento del ataque perpetrado”.

La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) también repudió el ataque antisemita. Su presidente, Jorge Knoblovits, visitó esta tarde al Rabino Davidovich en el sanatorio y le expresó la solidaridad y el acompañamiento de la entidad.

En un comunicado firmado por Knoblovits y Alejandro Zuchowicki (secretario general), la DAIA hizo “un llamado a las autoridades correspondientes a investigar el caso que se enmarca en los sucesos antisemitas que se están desarrollando en diferentes países europeos, que atentan contra la convivencia y los valores democráticos de la sociedad”.

Desde 2013, el Rabino Davidovich es el máximo representante del Superior Rabinato de AMIA y quien se ocupa de velar por el cumplimiento en la vida comunitaria de las leyes vinculadas con temas religiosos, según establece la Torá y la Halajá.

 

 

 

Fuente:infobae.com

Enlace Judío México e Israel.- El domingo 13 de enero, durante la inauguración del CDIJUM y ante la presencia de miembros de la comunidad judía y autoridades culturales, Sara Sefchovich pronunció un discurso magistral el cual reproducimos a continuación.

“Es un honor para mí estar hoy aquí. Saludo y agradezco a Alicia Gojman de Backal, creadora en los años noventa del siglo pasado del primer centro de documentación de la comunidad en la Kehilá Ashkenazi, que fue reconocido por la UNESCO, semilla que hoy ha crecido hasta convertirse en este robusto árbol que es el Centro de Documentación e Investigación Judío de México, así como a Rubén Golberg y Mayer Zaga presidente y vicepresidente del patronato del CDIJUM por invitarme y darme la oportunidad de decir algunas palabras en esta inauguración.

Saludo también a Silvia Hamui Sutton, a quien agradezco por haberme invitado a formar parte del Comité Académico del CDIJUM, a Enrique Chmelnik, por dirigir espléndidamente el anterior y ahora este centro, a los miembros del Comité Académico todos ellos talentosos estudiosos y conocedores del tema de archivos y bibliotecas, en especial a mi esposo el historiador Carlos Martínez Assad, así como a todos ustedes que con su presencia hoy le dan sentido a este acto.

El honor y el gusto a que me he referido es por dos razones: la primera, por la importancia que tiene que exista un centro como este, que se propone preservar la memoria de los judíos en México. La segunda, porque el centro sea intercomunitario, es decir, que la memoria que preserva es la de todos los judíos que llegaron a México, vinieran de donde vinieran.

Parecería que acabo de decir un lugar común, una de esas frases que suenan bien y que hay que pronunciar en los discursos, pero que no significan nada.

Y sin embargo, no es así. Estoy verdaderamente convencida de que ambas cosas, preservar la memoria y hacerlo en un centro intercomunitario, son sumamente importantes y más, por que es muy difícil lograrlas. Y de eso les quiero hablar hoy, les quiero decir por qué lo pienso así.

Empiezo por la importancia de guardar la memoria. A este territorio antes llamado Nueva España y después llamado México, llegaron dos tipos de judíos: los conversos que cruzaron a este lado de la mar oceana, como se decía entonces, a pesar de la prohibición de ir a la América después de la expulsión de España en el siglo XVI, y los que desde fines del siglo XIX pero sobre todo ya en el XX, llegaron provenientes del imperio ruso y el imperio otomano, de Europa del este y los Balcanes, del Medio Oriente y el norte de África, y posteriormente de la ex Unión Soviética y algunos países de la América Latina. Todos ellos salieron de sus países para salvar la vida, que peligraba por guerras o persecuciones religiosas, o para poder ganarse el pan y tener mejores oportunidades.

¿Por qué eligieron México como su destino?

Los que vinieron de la España arrebatada por los Reyes Católicos a los árabes, después de ocho siglos de dominio, lo hicieron, con todo y el riesgo que significaba toparse con la inquisición, porque ésta era una tierra en la que esperaban encontrar oro, “ese rubio metal tras el que tanto se afanan”, como apunta una crónica de la época, “ese rubio metal que tanto los desvela” como escribió Gaspar de Villagrá. Los otros, los que llegaron huyendo de la pobreza y del antisemitismo en Rusia y Polonia, en Hungría y Austria, en Irak y Siria, en Turquía y Marruecos, y años después también en Cuba, Argentina y Venezuela, fue porque aquí tenían parientes o conocidos, pues como dice Liz Hamui Sutton, esas redes son fundamentales para las decisiones de migrar así como para los procesos de llegada y adaptación. O también por accidente, porque fue el barco al que se pudieron subir o la visa que lograron conseguir. O porque les parecía que el país estaba más cerca del destino de sus anhelos que era Estados Unidos. O porque hubo negociaciones internacionales ajenas a ellos que así lo determinaron o acuerdos entre los gobiernos.

De todos modos, cualquiera que fuera la razón por la que vinieron a dar aquí, la mayoría no tenía la menor idea de lo que eran México y los mexicanos, y si tal vez la tenían, era una idea cargada con los prejuicios que desde hacía cinco siglos consideraban a América y a sus habitantes, indios y mestizos, como inferiores, “extraños, inquietantes e incomprensibles” según dijo el escritor B. Traven.

Y a su vez, fueron recibidos en estas tierras también con prejuicios, pues desde la época colonial y hasta el día de hoy, se considera que los extranjeros nada más vienen a este territorio para buscar fortuna, para explotar y desposeer a los naturales: “Casi todos los extranjeros que solicitan carta de ciudadanía, obedecen sólo a una baja necesidad de orden mercantil” escribió alguien en los años treinta del siglo pasado.

Buena parte del antiextranjerismo prevaleciente, sin duda tuvo que ver con actitudes defensivas frente al hecho real de que en tiempos de los españoles, los inmigrantes realmente sólo querían oro y realmente atropellaron a los naturales, destruyeron sus dioses y culturas y se quedaron con sus tierras, ganado y mujeres. Pero en las épocas más recientes, tuvo más que ver con que tenían características físicas y costumbres o idiomas distintos y eso, ya nos lo han dicho los estudiosos, no gusta, pues lo ajeno, lo diferente, asustan y desagradan.

En el caso específico de los judíos, mucho tuvo que ver que siendo este un país católico, existía la idea de que los judíos eran el demonio, los asesinos de Jesús. Y a ello se sumaban los prejuicios que los consideraban egoístas y “con características psicológicas y morales que los hacían terribles y perniciosos”.

Pero total, que por esos prejuicios, ni los que vivían en estas tierras ni los que llegaron a ellas tuvieron deseo ni intención de mezclarse.

Y sin embargo, lo hicieron. A pesar de todas las dificultades, a pesar de que todo parecía conspirar en contra de que lo lograran, los recién llegados se quedaron en México y como escribe Delia Salazar Anaya, “tuvieron que adaptarse”, “tuvieron que hacer la casa” como decía el inmigrante guatemalteco Augusto Monterroso: trabajar, comer, rezar, educar a sus hijos, enterrar a sus muertos y divertirse. Se las arreglaron para poder cumplir con sus preceptos de religión y sus costumbres, y también para pasear por los jardines, viajar en tranvía, ir de compras al mercado, amigarse con las mujeres y hombres que vivían en la misma vecindad y con las y los que despachaban en las tiendas o los que proporcionaban los servicios y hasta aprendieron a bailar danzón y a romper piñatas.

Y a partir de allí y desde entonces, como dice el Génesis, ellos tuvieron hijos y sus hijos crecieron y se casaron y tuvieron hijos y nietos que son, que somos, los judíos mexicanos de hoy para quienes México se volvió su patria, nuestra patria.

Y henos hoy aquí a nosotros, segunda, tercera, cuarta generación que ya somos mexicanos, pero que seguimos siendo también lo que ellos quisieron que fuéramos, es decir, judíos.

Esta es la historia que guarda el CDIJUM: la historia de la inmigración y del establecimiento de los judíos a México. Una memoria colectiva de nuestra existencia como mexicanos y judíos.

Pero no nada más. El CDIJUM también guarda las memorias individuales, las que aterrizan en seres humanos concretos esa memoria colectiva.
Son las historias de las personas que abandonaron su casa sin la menor idea de lo que les esperaba, sabiendo solamente que no había retorno posible y que llegaban a un país en el que nada les era familiar, en el que todo les resultaba desconocido.

¿Qué conducta debe seguirse en estas tierras desconocidas entre los desconocidos? ¿Qué hacer en este lugar si uno se enferma? ¿cómo encontrar a un médico y cómo confiarle? ¿llegarán las cartas a esta extraña dirección? ¿cómo hacer para cumplir con nuestras obligaciones religiosas, para casar a nuestras hijas, para enterrar a nuestros muertos? ¿de qué manera se pedirá el pan? ¿dónde venden las papas? ¿cuánto vale esta moneda? ¿se podrá conseguir buen té? ¿existe siquiera el té? ¿a qué saben estas frutas? ¿qué son esos enormes recipientes de color tierra en los que juntan el agua? ¿porqué el azúcar es aquí más dulce que allá en la casa?

No puedo ni imaginar las dudas, los temores, las dificultades que pasaron los inmigrantes. No puedo ni imaginar el esfuerzo que significó para nuestros abuelos salir de sus hogares y llegar al nuevo lugar.

Es gracias a las entrevistas que se conservan en este centro, que conocemos esos recuerdos y que nos damos cuenta de que los que llegaron a México, aunque fueran todos judíos, eran muy distintos unos de otros, aún si se trataba de personas que vinieran de un mismo lugar.

Porque cada ser humano recuerda de manera diferente su país de origen, su llegada al nuevo país y la adaptación a él, y tiene modos distintos de imaginar y desear el futuro y de vivir el judaísmo.

Los judíos que llegaron a México venían de muy distintos países y culturas, no hablaban el mismo idioma, no tenían los mismos ritos religiosos, ni las mismas costumbres ni las mismas comidas, y sobre todo, no tenían las mismas memorias, la misma historia. Por eso se juntaron con quienes comían como ellos, rezaban como ellos y añoraban como ellos, creando cada grupo su comunidad con las instituciones que les parecieron adecuadas para sus necesidades: escuelas, templos, panteones, sitios para la socialización, en un doble proceso de esfuerzo por integración con el medio y al mismo tiempo por separación de los otros judíos. Y unos y otros no se mezclaron. Y es que quienes se exilian, aunque hayan salido huyendo por persecuciones o guerras, tienen nostalgia de aquello que fue suyo y quisieran que siguiera siendo igual. Y por eso se juntan con quienes vivieron lo mismo y quieren reconstruir en otra parte lo que vivían en su casa, no quieren que cambie: los de Damasco con los de Damasco, los de Lituania con los de Lituania.

Lo que resultó fue entonces sumamente paradójico: que había mayor separación y desconocimiento de los propios judíos entre sí que de los judíos con el medio mexicano.

Permítanme para ilustrarlo, ponerlo en primera persona.

Nací y fui educada en una casa de ashkenazim venidos de Lituania y Polonia. Mi familia, la nuclear y la extendida, y también nuestros vecinos y amigos, eran todos ashkenazim, todos comerciantes, sus hijos iban a la Idishe Shule, el Colegio Israelita de México, vivíamos en las colonias Condesa, Roma y Polanco, después de haber salido del centro de la ciudad donde sin embargo aún conservaban los negocios. Conforme mi generación crecía, muchos de nuestros padres pasaron de tener tiendas a tener fábricas y conforme su situación económica mejoraba, a vivir en las Lomas de Chapultepec y Tecamachalco. Los hijos varones estaban destinados a heredar el negocio del padre, pero poco a poco varios fueron a estudiar a la universidad para ser médicos, dentistas o contadores públicos. Las hijas mujeres estaban destinadas a casarse, aunque si querían estudiar, podían hacerlo en el Seminario para maestras en las escuelas judías y más adelante, para sicólogas.

Mi padre se enorgullecía de pertenecer a una comunidad que aseguraba que los niños tuvieran escuela, un centro deportivo, templos para cumplir con un judaísmo que era light pues conservaba las tradiciones sin ortodoxia, un panteón para ser enterrado como judíos y un servicio social para apoyar a quienes no tenían recursos, fueran personas enfermas o novias.

En ese mundo crecí, y no imaginaba yo que pudiera existir ni otro modelo de vivir ni otro modo de ser judío.

Muchos años después me enteraría, con sorpresa, que había otro tipo de escuelas, una en la que solo enseñaban hebreo y no idish, otra en la que se rezaba todos los días, y que había también quienes de plano no iban a escuelas judías. Y me enteraría que había otros templos con otros ritos y melodías. Y otro tipo de comidas. Y que no todos los judíos eran como mi familia, sino que había divorcios y hasta violencia doméstica y pobreza.
Y seguramente esas sorpresas le sucedieron también a quienes fueron criados en las otras comunidades, la turca, la shami o la haleby, quienes también deben haber pensado que su modo de rezar, de festejar Pésaj y Rosh hashaná, de vivir la vida familiar, eran el único modo de ser judío.

Así crecí porque así era entonces. Aunque a decir verdad, seguimos sin mezclarnos, si bien ahora ya no es tan rígida la separación entre comunidades y por decir, un ashkenazi y una turca se casan y no es el fin del mundo. Y no lo es, no fue porque los judíos de Aleppo quisieran acercarse a los de Kiev, sino por otra razón.

¿Cuál fue esa?

Para responder a esa pregunta seguiré el clásico método judío de dar una vuelta enorme.

Circula por allí un video en el que el escritor israelí recientemente fallecido Amos Oz, cuenta que cuando su abuelo quiso emigrar porque ya no aguantaba el antisemitismo, pidió visa para Estados Unidos y no se la dieron. Empezó entonces a pedir en otros países, incluso en Alemania, que ya estaba en plena época de Hitler. Por lo visto, cualquier lugar menos Israel estaba en su mente. A Israel no se le ocurría que se podía ir a vivir, con todo y que era y había sido toda su vida, un apasionado sionista. Pero es que él quería vivir en algún lugar cuya forma de vida y costumbres se parecieran a las que conocía. Y solo cuando ningún país le abrió las puertas, no le quedó más remedio que irse a Israel.

Lo mismo podemos decir de por qué en México las comunidades judías empezaron a mezclarse. No era que los judíos de Aleppo quisieran a los de Kiev, sino que fue porque los judíos eran pocos y solo tenían dos opciones: casar a una hija con un goi o con un judío de otra comunidad y evidentemente se prefirió eso. Lo cual no significó que las comunidades se unieran pero sí nos permitió perdonarnos la vida entre nosotros e incluso empezar a revolvernos en lugares como la Wizo y el Centro Deportivo Israelita, y crear instituciones intercomunitarias como el Comité Central que representa a todas las comunidades frente a los de afuera, especialmente frente al gobierno, y ahora este centro de documentación.

Regreso entonces al principio de esta charla: ¿Por qué es importante preservar la memoria y hacerlo en un centro intercomunitario?

Porque aunque como ya dije, las memorias son muy diferente entre unos judíos y otros judíos, sin embargo, paradójicamente, hay una misma memoria colectiva sobre la vida de los judíos en México. Y ello se debe a que además de buscar su parnasá y de organizarse comunitariamente, todos ellos, vinieran de donde vinieran, hicieron todo por “no perderse” y por no dejar de ser judíos.

Y esto es lo más importante pero también, si me permiten expresar mi opinión, lo más impresionante: que además de sacar adelante su vida en un país desconocido, hicieran por conservarse como judíos.

Y por si eso no bastara, lo hicieron además manteniendo todos el ideal sionista, ese que constituye nuestro mito histórico más persistente, nuestro sueño, nuestro deseo: la invocación le shaná habaá beyerushalaim, pero también la realidad de crear un estado para los judíos en la tierra de Israel.

¡Qué empresa señores, señoras! una tarea tan enorme y tan compleja que el Dalai Lama, líder espiritual de los tibetanos, expulsado de su tierra por los chinos, convocó alguna vez a varios rabinos y estudiosos judíos para preguntarles qué se requería para conseguir sacar adelante esto que parece imposible. Y la respuesta que obtuvo de esos sabios fue una: para seguir siendo no hay que olvidar.

Y eso lo hicieron nuestros abuelos, los sastres y comerciantes y maestros y amas de casa, esas personas sencillas, comunes y corrientes que salieron de Rusia y de Siria con nada en las manos.

Y déjenme decirles esto: no estoy segura de que tengamos conciencia de lo muy excepcional que fue lo que hicieron. Lo he dicho y escrito muchas veces: cualquiera de los héroes que nos presentan como gigantes se queda corto junto a estos inmigrantes. Reyes, príncipes y guerreros, no se pueden medir con esos sastres y comerciantes y maestros que salieron de sus casas y se aventuraron a países desconocidos para empezar una nueva vida. Escritoras y amantes célebres no le llegan a los talones a mis abuelas que pudieron organizar su casa y atender a su familia y educar a sus hijos en el nuevo lugar al que llegaron, donde todo les era ajeno y desconocido.

Y afortunadamente, la memoria de todo eso está aquí resguardada en este centro que hoy se inaugura. Aquí están los documentos, fotografías, cartas, entrevistas, libros que dan fe de la impresionante y tremenda cosa que hicieron nuestros abuelos.

Aquí está la memoria colectiva y están también las memorias individuales de esas personas que salieron de sus países para instalarse en otro país y allí crear comunidad y conservar su judaísmo y nunca dejar de mirar hacia Israel como mito y para convertirlo en la realidad de una mediná, un estado.

Pero además, en esa memoria colectiva y en esas memorias individuales no estamos solamente en México, sino que aprendemos lo que ha sido la historia del pueblo judío. En ellas están las vidas en los viejos tiempos, la nostalgia por costumbres y olores y sabores y lugares, las distintas lenguas que se hablaron. Y están también los dolores y las tristezas y los miedos. Pero sobre todo, en ellas está la necedad del pueblo judío para transitar por la historia conservándose como tal.

Estas son las dos cosas que conforman el fundamento de nuestra existencia como pueblo: la nostalgia por lo que fue y la conservación de la tradición, junto con la lucha por adaptarse a lo nuevo y salir adelante conservándose como judíos.

Nosotros heredamos ambas. Yo siento mía la emoción de mi abuela cuando su novio llegaba a casa de su familia a pasar el shabat y siento mío su odio hacia los jóvenes que pasaban por las calles insultando y jalándole las barbas al zeide sin que nadie hiciera por evitarlo o castigarlo. Todo eso se volvió mío como si yo lo hubiera vivido. Yo me enorgullezco cuando un judío gana el premio Nobel como si yo tuviera algo que ver y me avergüenzo cuando un judío comete un delito como si yo tuviera algo que ver.

Y es que las memorias se vuelven nuestras, tanto, que hasta tenemos recuerdos de cosas que no vivimos pero que nuestros abuelos o padres sí vivieron y nos implantaron.

Amos Oz cuenta que conoció en Paris a un palestino que soñaba con regresar a vivir al pueblo de sus abuelos, que desde 1948 ya era parte de Israel. No conocía el lugar, jamás había estado allí, pero lo imaginaba tal como se lo había relatado su abuelo y soñaba con “volver” para pasar allí apacibles temporadas, como si nada hubiera cambiado y todo se mantuviera idéntico. Yo me reí cuando lo escuché, pero después, cuando mi esposo fue a Polonia, le pedí que visitara el pueblo de mi abuela, se lo describí perfectamente, pero por supuesto no lo pudo encontrar porque no existía más, pues ya para entonces era parte de la ciudad de Varsovia y ni rastro quedaba de aquella vida que ella me contó y que yo hice mía sin que el tiempo cambiara las cosas como realmente las cambia.

Es por eso que durante siglos los judíos españoles expulsados en el XV heredaban de generación en generación la llave de su casa, suponiendo que cuando al fin pudieran volver todo estaría igual, esperándolos.

La memoria nuestra es la memoria colectiva y como ha escrito Carlos Martínez Assad, ella es una construcción que se alimenta de los hechos del pasado pero que se nutre también con capas que se van superponiendo en el presente, y, digo yo, esas capas se conforman también con las historias de otros y con las lecturas.

Yo he leído libros de personas que cuentan sucesos de su autobiografía que nunca sucedieron en los países de los que vienen, que revuelven momentos históricos y situaciones que son de otras latitudes y de otras personas y se las ponen a las suyas. Yo misma he escrito libros en los que cuento mis memorias de la India o de Cuba o de un Eretz Israel a los que nunca conocí, sino que los leí o escuché de boca de otras personas. En mi novela La señora de los sueños, aparecen pioneros y kibutznikim que es lo que yo había aprendido en la escuela sobre lo que fueron los primeros que llegaron a la tierra prometida a fines del siglo XIX y cuyas aventuras eran el sueño de la generación de mis padres que se transmitió a mi generación. Cuál no sería mi sorpresa cuando llegue a Israel la primera vez y había ciudades, tráfico y supermercados como en cualquier parte, albañiles y cargadores y dueños de puestos de verduras en el mercado y burócratas y taxistas y guías de turista y vagabundos y desempleados y prostitutas y ladrones y yo esperando a los personajes que estaban implantados en mi memoria, una memoria que no era mía, sino de los relatos que hice míos exactamente igual que el palestino del que habla Amos Oz, como si además nada fuera a cambiar y todo se mantuviera como cuando mis padres imaginaron el ideal sionista.

Y sin embargo, eso no importa. Lo que importa es que esa memoria, real o no, implantada o construida, exacta o imprecisa, diferente en cada quien, de todos modos conforma nuestra memoria colectiva y constituye el fundamento de nuestra cultura y de nuestro ser y nos hace pasar por la historia, de generación en generación, y continuar existiendo como especie, como grupo humano, como individuos. Si no recordáramos que el fuego sirve para cocinar los alimentos y que hay yerbas que no se pueden comer o relaciones sexuales prohibidas, hace siglos que habríamos desaparecido. Si cada generación tuviera que aprender todo desde el principio, si no recordara lo que sus antecesores aprendieron y le enseñaron, no habríamos pasado nunca de los primeros pasos. Cuando nacemos, entramos a una formación que nos preexiste: familia, grupo social, clase, país. Ellos no solamente nos enseñan cómo pensar y cómo hacer lo que hay que hacer, sino también a seleccionar y organizar y jerarquizar las experiencias y conocimientos. Y a conservarlos. Y a cuidarlos. “Felizmente esto es así” dice Tzvetan Todorov, “porque no podríamos hacerlo solos, es algo que estaría muy por encima de nuestras fuerzas como individuos”.

Por eso es tan importante este centro que guarda la historia de nuestra memoria y la memoria de nuestra historia. Pero sobre todo, que da fe de nuestro deseo de pertenecer siempre y en cualquier parte al pueblo judío.

Señoras, señores que hoy nos acompañan a la inauguración del CDIJUM:

Hay una película española que se llama Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto. Por suerte, a los judíos eso no nos va a suceder porque hemos hecho nuestro el mandamiento de que no olvidar: “Si me olvidare de ti, oh Jerusalém, si de ti no me acordare, pierda mi diestra su destreza, mi lengua se pegue a mi paladar”.

El CDIJUM guarda y guardará entre sus paredes la memoria de nuestra comunidad y las memorias y recuerdos de nuestros abuelos y padres y de nosotros mismos y de nuestros hijos y nietos, como colectivo y como individualidades.

Y lo hará con el objetivo no solo de recordar el pasado sino de construir el futuro en el que el primer y más fundamental mandamiento es conservarse como judíos. Este no es solamente un archivo o una biblioteca sobre el pasado sino una institución cuyo sentido es asegurar nuestro futuro como judíos, para que nuestros hijos y nietos y bisnietos lo sean. Porque conservar la memoria sirve para saber de dónde venimos y quiénes somos, pero también a dónde vamos. “Caminamos hacia delante mirando el pasado”, afirma la historiadora Fania Oz Salzberger.

Nuestra responsabilidad es muy grande. Pero si nuestros abuelos lo hicieron a pesar de sus muy difíciles circunstancias, nosotros no tenemos pretexto: no podemos ni debemos perderlo, algo que justamente es muy posible precisamente porque las nuestras son circunstancias fáciles, hoy nadie nos persigue, nadie nos obliga, nadie nos exige.

¡Cómo me gustaría que mis abuelos y mis padres estuvieran hoy aquí! En especial don Memo Sefchovich, mi padre, quien siempre soñó con que se creara en la comunidad un lugar para conservar la memoria y que estaría muy contento de saber que su biblioteca está aquí y que estamos inaugurando un centro como este para saber quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos como judíos y como judíos mexicanos.

Dice el escritor Luis Jorge Boone que nada vuelve a levantarse allí donde la memoria se derrumba. Ustedes, los que han creado y mantienen al CDIJUM contribuyen a mantener con su esfuerzo la llama encendida y a pasarla a las siguientes generaciones. Y nosotros se los agradecemos.”

 

 

Enlace Judío México e Israel.- Los últimos años y meses están siendo especialmente virulentos por el contagio, casi masivo, de odio contra los judíos en buena parte de Europa. El tiempo no lo cura todo y menos cuando se trata del viejo brote infeccioso del antisemitismo. El antisemitismo, por mucho que se disfrace, está profundamente arraigado en la conciencia de una parte de Europa que no acaba de enterrar los fantasmas del diabólico nazismo ¿Estamos los judíos y sus amigos en peligro en esta Europa intercultural y progresista? Pregunto solo pregunto.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ

Todos los parámetros que analicemos de la situación del antisemitismo a nivel internacional, y específicamente en Europa, nos dicen que el odio a los judíos es mucho más evidente en este momento histórico en el que vivimos. La pretensión de ocultar lo que está pasando en Francia, por citar un ejemplo reciente, choca con la realidad. Los gobiernos europeos en general, y sus colaboradores necesarios de los medios de comunicación, quieren tapar a la manida opinión pública la epidemia infecciosa que estamos padeciendo en todo el continente europeo.

El presidente de la República Francesa Emmanuel Macron, en un alarde de corrección política, sale a manifestarse públicamente contra de lo que algunos medios definen como ola antisemita. Una limitada expresión, ola antisemita, que pareciera dar a entender que es un hecho circunstancial. En todo caso, la ola antisemita está totalmente contaminada con los residuos tóxicos del más grosero y peligroso antijudaísmo ¿Estamos expuestos a sufrir una persecución al más puro estilo nazi en la progresista Europa? Pregunto solo pregunto.

La cruel profanación de unas ochenta tumbas en un cementerio judío cerca de Estrasburgo (Francia) ha puesto a la luz de la evidencia el brote infeccioso de antisemitismo que sufre el territorio Galo. Las cruces gamadas, pintadas sobre las sepulturas, son un recordatorio gráfico de algo que muchos creían superado. El odio a los judíos no ha desaparecido de Europa y a los hechos nos remitimos.

La Europa que algunos definen como Euroarabia, por muy exagerado que suene, está contagiando al orbe internacional de antisemitismo por sus mal llamadas políticas progresistas. El progreso no tiene que ver nada con la mentalidad progresista. El apoyo financiero que Europa regala a fondo perdido a variopintas entidades, asociaciones con tapadera de humanitarias, grupos religiosos islamistas y a los sempiternos medios de comunicación progresistas está extendiendo esta pandemia de odio ¿Qué va a pasar cuándo las cruces gamadas pintadas en las lápidas de los cementerios o en los carteles de Simone Veil, por citar un solo ejemplo, sean cambiadas por una estrella amarilla en el brazo de los judíos europeos? Pregunto solo pregunto.

El apoyo económico que Europa presta a la Autoridad Palestina sirve entre otras cosas, además de promover el antisemitismo, para que los asesinos de judíos reciban una pensión vitalicia ¿Quién está incentivando el odio antisemita pagando para que se asesine a judíos? ¿La Autoridad Palestina o los gobiernos europeos? La pregunta solo tiene una respuesta que no gusta ni a los gobiernos europeos, ni a la Autoridad Palestina pues ambas entidades están manteniendo, sustentando, promoviendo y contagiando a millones de personas con el mayor brote infeccioso antisemita que se extiende desde de la moderna Europa progresista.

La educación europea en las aulas de los colegios, institutos, iglesias, mezquitas, asociaciones de todo tipo y universidades, por citar algunos ejemplos, están señalando a los judíos como los causantes de todos los males mientras los gobiernos siguen amparando esas políticas destructivas ¿Cómo es posible que una mayoría de jóvenes europeos no sepan lo que fue el Holocausto? Un oscuro futuro se cierne sobre esta Europa, que por muy avanzada que se crea no ha sabido encontrar la cura para limpiarse de todo atisbo de antisemitismo. Unos virus antisemitas que cada vez se hacen más resistentes a la vacuna de la libertad ¡Avisados estamos!

 

 

Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Enlace Judío México e Israel – Israel se clasificó como el décimo país más sano del mundo, según una evaluación publicada por la compañía Bloomberg este domingo, informó el sitio The Times of Israel.

El índice de países más saludables de Bloomberg colocó al Estado judío en un lugar más bajo que su posición obtenida en el año 2017.

España encabezó la lista de 2019, saltando cinco lugares de su lugar en la evaluación anterior.

El índice clasifica a 169 países “según los factores que contribuyen a la salud en general”, de acuerdo a la compañía norteamericana.

“El índice clasifica a las naciones según las variables que incluyen la esperanza de vida, al tiempo que impone sanciones a riesgos como el consumo de tabaco y la obesidad. También tiene en cuenta los factores ambientales, incluido el acceso a agua potable y saneamiento”.

Después de España, los siguientes países más sanos fueron Italia, Islandia, Japón, Suiza, Suecia, Australia, Singapur y Noruega.

EE.UU., afectado en la evaluación por la tasa de mortalidad pos sobredosis de drogas y suicidios, se ubicó en el puesto 35 de la lista, mucho más abajo que Canadá, que se ubicó en el lugar 16.

Mucho más arriba, México se colocó en el lugar 53 de lista.

Bloomberg, citando un estudio de octubre de 2018 del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington, dijo que se espera que España tenga la mayor esperanza de vida del mundo para 2040, de 86 años para los nacidos ese año, seguido de Japón, Singapur y Suiza.

Ese estudio predijo que los israelíes tendrán una vida útil de 84,4 años en 2040.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

Enlace Judío México e Israel.- El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, exigió hoy a México, Uruguay y a otros países en el Caribe reconocer a Juan Guaidó como Presidente interino de Venezuela asegurando que dichas naciones no pueden quedarse como espectadores en la crisis.

Pence emplazó a los Gobiernos que respaldan al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a que le retiren su apoyo porque, de lo contrario, quedarán “aislados en el mundo”.

“No puede haber espectadores en Venezuela. Tras la brutalidad que el mundo vio el sábado, los instamos a reconsiderar el apoyo al tirano. Únanse al pueblo venezolano y retiren el respaldo al régimen de Maduro”, dijo en su intervención en la reunión del Grupo de Lima.

El Grupo de Lima se reúne este lunes en Bogotá, con la presencia de Pence y de Juan Guaidó, quien se proclamó mandatario interino de Venezuela, para estrechar el “cerco diplomático” a Nicolás Maduro después de que el intento de ingresar ayuda humanitaria a ese país acabara en violencia.

Pence pidió a los militares venezolanos que “tomen la bandera de la democracia” y apoyen a Juan Guaidó, reconocido por medio centenar de países como mandatario interino de Venezuela.

El presidente Guaidó no busca venganza contra ustedes, tampoco lo desean los Estados Unidos. Para todos aquellos miembros de las Fuerzas Armadas hoy, si toman la bandera de la democracia, el presidente Guaidó y su Gobierno, así como el Gobierno de Estados Unidos acogerán su respaldo y le darán alivio de las sanciones que han sido adoptadas”, dijo Pence en la reunión del Grupo de Lima en Bogotá.

Pence anunció también nuevas y mayores sanciones económicas y diplomáticas contra el régimen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Ha llegado la hora y para respaldarlos (a los países del Grupo de Lima) en estos esfuerzos por instrucciones del presidente Donald Trump a partir de hoy Estados Unidos impondrá sanciones adicionales sobre funcionarios” de Maduro, entre ellos gobernadores de estados vecinos de Colombia, indicó el vicepresidente.

Explicó que esos funcionarios bloquearon la entrada de la ayuda humanitaria para los miles de venezolanos que necesitan comida y medicinas.

Ellos, explicó, “suprimieron manifestaciones pacíficas” mientras “el tirano bailaba en Caracas”, en alusión a Maduro.

Pence añadió que la Administración Trump impondrá en breve “mayores sanciones sobre las redes financieras del régimen” y anunció que seguirán trabajando “para encontrar hasta el último dólar que han robado y trabajaremos con ustedes para devolver ese dinero al pueblo venezolano”.

Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, señaló, desde Washington, que “los intentos del ilegítimo régimen de Maduro de bloquear la ayuda humanitaria destinada al pueblo venezolano son vergonzosos. El Tesoro está sancionando a cuatro gobernadores estatales alineados con el expresidente Maduro por frenar una asistencia humanitaria gravemente necesitada”.

Los sancionados son los gobernadores de los estados venezolanos de Apure, Ramón Carrizalez, y Zulia, Omar José Prieto, ambos fronterizos con Colombia, y los de los costeros de Carabobo, Rafael Lacava, y Vargas, Jorge Luis Garcáa Carneiro, que cuentan con importantes puertos marítimos.

Como consecuencia, quedan congelados los activos que puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíbe llevar a cabo transacciones financieras con ellos por parte de entidades estadounidenses.

Mnuchin remarcó que “Estados Unidos respalda por completo los esfuerzos del líder del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, quien el mes pasado se declaró presidente interino de ese país, para enfrentar la endémica corrupción, los abusos de derechos humanos, y la violenta represión que se han convertido en el sello” del régimen de Maduro.

En un comunicado paralelo, el Departamento de Estado subrayó que Estados Unidos “no permanecerá sin hacer nada mientras a la gente de Venezuela se le deniegan necesidades básicas y se le hace sufrir sin necesidad”.

“Estas acciones tienen consecuencias”, agregó la nota.

La nueva ronda de sanciones se produce después de que la tensión se disparase en Venezuela este fin de semana por los enfrentamientos en la frontera con Colombia y Brasil, cuando opositores venezolanos trataron de introducir camiones con asistencia humanitaria internacional en el país, algo que fue impedido por las fuerzas gubernamentales.

Como consecuencia, se produjeron cuatro muertos y más de dos centenares de heridos.

 

 

Fuente: noticieros.televisa.com

Enlace Judío México e Israel – Las FDI detectaron y bloquearon un intento de Irán de infiltrarse en su sistema de alerta de misiles en 2017, lo que pudo haber puesto en riesgo a miles de ciudadanos israelíes.

El esfuerzo iraní fue registrado por primera vez en 2017 y, una vez que se entendió su objetivo, las FDI trabajaron para bloquear el ataque cibernético y rastrear a los piratas informáticos, dijo a la cadena Bloomberg el general israelí Noam Sha’ar, jefe saliente de la división de defensa cibernética de la Dirección de Defensa Cibernética de las FDI, informó el sitio The Times of Israel.

“Lidiamos con ellos y construimos otra barrera y otro sistema de monitoreo para asegurarnos de que pudiéramos detenerlos si lo intentaran de nuevo”, dijo Sha’ar al respecto.

Los funcionarios de defensa israelíes y occidentales han advertido durante mucho tiempo que Irán es un líder mundial en capacidades de guerra cibernética, habiendo invertido una cantidad considerable de dinero y recursos en el campo.

El mes pasado, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró ante funcionarios y expertos en el sector de la seguridad cibernética que Irán “ataca a Israel a diario“.

“Monitoreamos estos ataques, vemos estos ataques y los frustramos todo el tiempo”, afirmó el mandatario.

A la par, el programa nuclear de Teherán presuntamente ha sido blanco de varios ataques de Israel y EE.UU., incluido el poderoso virus Stuxnet, que se dirigió en contra del programa nuclear de Irán, según reportes internacionales.

También el mes pasado, especialistas en seguridad cibernética advirtieron sobre ataques a gran escala en aspectos clave de la infraestructura de internet, amenazando el sistema global de tráfico web, y algunos señalaron a Irán como el responsable.

Según la firma de ciberseguridad FireEye, los ataques podrían remontarse a por lo menos 2017 y parecían provenir de Irán.

La lista de objetivos incluye registradores de sitios web y proveedores de servicios de Internet, particularmente en Medio Oriente, según el gerente senior de análisis de espionaje cibernético de FireEye, Ben Read.

“Hemos visto principalmente la orientación de nombres de correo electrónico y contraseñas”, dijo Read el mes pasado. “Hay evidencia de que está saliendo de Irán y se está haciendo en apoyo de Irán”.

De acuerdo con un análisis realizado por PitchBook y la base de datos de la organización Start-Up Nation Central, la industria cibernética de Israel es la segunda después de EE.UU. y ocupa el 20% de las inversiones cibernéticas respaldadas por empresas en todo el mundo.

Fuente: The Times of Israel / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico

Enlace Judío México e Israel.- Entre los académicos y los investigadores hay una pregunta que suele ser difícil de contestar: ¿cuándo se tiene un libro? O mejor dicho, ¿cuándo se pasa de un conjunto de papeles y artículos a un libro de pleno derecho? 21 lecciones para el siglo XXI (Debate), la reciente publicación del historiador israelí Yuval Noah Harari, parece haber soslayado esta cuestión, construyendo algo que tiene forma de libro, huele como tal, pero que bien podría tener forma de círculo, o de caracol: un centro del cual se desprenden distintas ideas, en este caso 21, que, en última instancia, remiten a ese núcleo que le ha dado origen. Quien conozca algo de este autor sabrá que, en sus libros anteriores, De animales a dioses y Homo deus, ya había destacado la primacía de los relatos como constitutivos del sentido. Para Harari, el origen en el desarrollo de la humanidad no ha dependido tanto de los descubrimientos técnicos y científicos sino de los relatos que los han sostenido. Narraciones que la humanidad ha creado para justificar, incluso, aspectos irracionales, como la religión, la magia y otros tantos mitos sin más sustento que el consenso colectivo alrededor de ellos.

INGRID SARCHMAN

Dividido en cinco grandes apartados, cada uno gira en torno de la efectividad de ciertas narraciones. Poniendo el acento en algún aspecto particular, vuelve una y otra vez, en un movimiento espiralado, a esta idea nuclear, iluminándola desde distintos ángulos. Como el mismo libro se construye a partir de un relato mayor –el de intentar abordar los asuntos actuales y el del futuro inmediato– no queda más opción que ir hilando los temas planteados, uno a partir del otro.

Si en la primera parte se dedica a pensar el desafío tecnológico, lo hace desde la decepción de los grandes relatos del siglo XX, las promesas incumplidas del neoliberalismo y las consecuencias no deseadas que tendrán las revoluciones biotecnológicas e informáticas sobre las profesiones y los futuros puestos de trabajos. Esta misma crisis se cobra dos nuevas víctimas: la libertad y la igualdad. Mientras que el dominio del algoritmo pone en duda las elecciones libres, haciendo tambalear incluso las prácticas publicitarias tradicionales, las posibilidades de automejorarse técnicamente quedarían restringidas a las clases sociales más altas dispuestas a pagar por un cuerpo que nunca envejeciera o, por lo menos, nunca se enfermase.

Esta desigualdad habilita a Harari a pensar los nuevos desafíos políticos. De eso se ocupará en el capítulo 2 abordando temas como el de comunidad, civilización, nacionalismo, religión e inmigración. Aquí hace hincapié en el pasaje de una discriminación basada en el racismo a una sostenida en el “culturismo”. Si discriminar por el color de piel o la forma de los ojos ha pasado de moda, ahora el desprecio se sostiene en prejuicios acerca de las costumbres ajenas y una ferviente fe en el eurocentrismo como forma de vida superadora, refinada y por supuesto mucho más civilizada, en el sentido evolutivo del término.

Tal vez por eso, en la tercera parte, a la que llama “Desesperación y esperanza”, empiece con algunas reflexiones acerca del terrorismo. Definiendo a los terroristas como productores teatrales, señala la gran responsabilidad que tienen los medios de comunicación al difundir sus puestas en escena. Las contradicciones que muestran estos discursos se manifiestan en las ideas acerca de la religión, la existencia de dios y, por qué no, una salida laica al intríngulis que presentan.

En la cuarta parte se pondrá en discusión el problema de la verdad, donde se ocupará de analizar la proliferación de noticias falsas en las redes sociales, reservando un espacio para la palabra estrella “posverdad”: en realidad, los humanos siempre han vivido en la era de la posverdad. Homo sapiens es una especie de la posverdad cuyo poder depende de crear ficciones y creer en ellas. Tal vez, la mayor diferencia de nuestra época con respecto a las anteriores sea el acceso a distintas fuentes de información y la posibilidad del Homo sapiens de dudar de aquello que lee.

Diferencia que se vuelve relativa cuando se recuerda que la opinión pública tiende a creer en aquello que refuerza sus ideas previas y que ellas, la mayoría de las veces, son dogmas sin sustento racional. Si a eso le agregamos el cinismo con el que se reacciona hacia noticias que contradicen o ponen en duda los relatos propios, entonces, nada hará tambalear realmente las certezas con las que los hombres se desarrollan en su vida cotidiana. No es casual que haya una lección dedicada a la ciencia ficción, en especial a los artistas que la producen. En este contexto, escritores, pintores y dramaturgos tienen la misma importancia social que un soldado o un ingeniero. Son ellos los que, a partir de la invención, pueden mostrar los efectos de las revoluciones biológicas e informáticas mencionadas al comienzo. Así, tramas como Matrix, Westworld o Black Mirror entre otras, podrían ayudar a reflexionar sobre las condiciones actuales y las consecuencias a futuro.

En el quinto y último apartado, Harari parece sacar el pie del acelerador. Con el nombre de “Resiliencia” se pregunta ¿cómo superar la muerte de los grandes relatos del siglo XX sin reemplazarlos por nuevos? La respuesta parece evidente porque ha sido mencionada una y otra vez en las páginas anteriores. Es la revolución biotecnológica la que, nos guste o no, obliga a los hombres a abandonar la comodidad de lo siempre igual para asumir identidades mucho más inestables que las de nuestros antepasados. Ahora, no sólo es posible cambiar de oficio, profesión, ciudad, formar nuevas familias, sino que además podemos autotransformarnos. Pasar de hombre a mujer, mujer a hombre o directamente abandonar al género como parámetro identitario. Por eso, las últimas páginas del libro están reservadas a la educación, al significado y, por último, la meditación. En alguna medida, las dos primeras pueden pensarse como una moneda de doble cara que al tiempo que muestran las formas obsoletas no pueden dejar de reinventarse. Si es obvio que la escuela, tal como la conocemos, con sus métodos unilaterales de transmisión de información, ya no sirve para un mundo interconectado, será este mismo espacio el que deba reformular su función como formador (o no) de las profesiones e intereses de un futuro inmediato, siendo la corresponsable de resignificar el mundo que nos rodea. Un mundo que, como se ha insistido tanto, está hecho de historias. Pero tal vez el desafío no se encuentra tanto en la posibilidad de inventar nuevas leyendas, sino el de advertir que, por primera vez en la historia del Homo sapiens, no hay ninguna a la que aferrarse. Al fin y al cabo, si hay algo que las redes sociales han sabido explotar es esta incertidumbre, brindando las herramientas tecnológicas que nos permiten crear una identidad en línea, una hecha de imágenes y frases certeras y convincentes. Una fachada que calma la perplejidad de no saber muy bien quiénes somos o, peor, qué podríamos llegar a ser. Pero si el suelo se mueve ante nuestros pies, tal vez no haya que buscar nuevas baldosas, sino nuevas formas de sostén. Harari le da el nombre de “meditación” y le reserva el último lugar, contando su propia experiencia de iluminación al descubrir el método Vipassana (en lenguaje Pali de la antigua India, significa “introspección”).

¿Por qué cerrar un libro que nos ha paseado por lo peor de la historia de la humanidad con un consejo tan new age? Tal vez, porque, como dijimos al comienzo, esto no es un libro en un sentido estricto, sino una espiral que si avanza es solamente para volver, una y otra vez, a la evidencia de que no hay respuestas ni certezas. También, porque en parte la bibliografía de divulgación no produce más que la reafirmación de nuestras propias creencias, como un animal mitológico que, aunque se coma su propia cola, estará suficientemente saciado.

 

 

Fuente: cciu.org.uy

(JTA) — El presidente egipcio, Abdel Fattah Al-Sisi, dijo que su gobierno construirá sinagogas y brindará servicios si hay un resurgimiento de la comunidad judía en su país.

Sisi hizo la declaración la semana pasada durante una reunión con una delegación de EE.UU., informó el periódico The Jerusalem Post.

La delegación estaba formada por la Comisión de la Medalla de Oro del Congreso Anwar Sadat, que presionó con éxito para otorgarle la Medalla de Oro del Congreso al fallecido presidente egipcio Anwar Sadat. El presidente Donald Trump firmó el proyecto de ley para otorgar el premio civil más alto otorgado por el Congreso en diciembre.

Los miembros de la comisión estuvieron en Egipto para invitar a Sisi a asistir a la ceremonia en otoño, cuando se entregará la medalla a Jehan Sadat, la esposa del líder asesinado en 1981.

La comisión fue fundada y dirigida por Ezra Friedlander, un consultor judío ortodoxo y cabildero de Nueva York.

“El presidente Sisi habló cálidamente no solo de la vibrante comunidad judía de Egipto, sino que también dijo que si hubiera un resurgimiento de la comunidad judía en Egipto, el gobierno proporcionará todas las necesidades religiosas necesarias”, dijo Friedlander al The Jerusalem Post.

“Básicamente, dijo que si hubiera un resurgimiento de la comunidad judía, el gobierno construirá sinagogas y otros servicios relacionados”.

Antes de que Israel declarara su independencia en 1948, alrededor de 75,000 judíos vivían en Egipto. Sólo un puñado de judíos vive hoy en Egipto.

De la traducción (c)Enlace Judío México
Prohibida su reproducción

Enlace Judío México e Israel – Este domingo se presentó el libro con que la historiadora reconstruye un extraño capítulo de las relaciones internacionales de México, particularmente con Israel y Estados Unidos, y que derivó en un boicot turístico promovido por la comunidad judía del vecino del norte. 

La hora había llegado. Los panelistas —casi todos—, aguardaban en el podio y Ariela Katz tenía frente a sí una larga fila de personas que esperaban que imprimiera su firma en los ejemplares de Boicot. El pleito de Echeverría con Israel, publicado por Cal y Arena, recientemente adquiridos, y cuya presentación había convocado a una numerosa y entusiasta concurrencia.

Las 144 sillas dispuestas en el salón central de la planta baja del hermoso edificio colonial ubicado en Tacuba #12, casi frente al Palacio de Minería, fueron insuficientes para dar cabida a los invitados de Ariela Katz, que debieron ocupar un salón del primer piso, donde se dispusieron pantallas que transmitían la presentación en vivo.

El panel estaba compuesto, además de la autora, por el celebérrimo escritor y periodista Héctor Aguilar Camín, por la articulista experta en Medio Oriente Esther Shabot, quien fungió como una muy activa moderadora, por la historiadora Mari Aspe y por el espíritu de un Lorenzo Meyer que, para desconcierto de todos, no aparecía en el recinto.

En el ambiente flotó desde el inicio la certeza de que ese mediodía de febrero, domingo de un cielo ambiguo que se debatía entre los latigazos de sol y las densas nubes que amenazaban con una lluvia prematura, sería un gran día. Los 40 años de la Feria Internacional del Libro del palacio de Minería servían como contexto para que este recinto, menos ajetreado que la sede principal de la feria y delicadamente restaurado para ser, próximamente, el Museo del Perfume, luciera como una perla entre el caos de un domingo en el Centro.

La voz de Esther Shabot acalló al fin a la multitud murmurante. Saludó a los viejos conocidos y, especialmente, al embajador de Israel en México, Jonathan Peled, omnipresente testigo de las grandes ocasiones celebradas por la comunidad judía de México. Más tarde, el embajador sería aludido indirectamente, cuando la propia Shabot recordara la importancia del estudio de Boicot, especialmente para los cuerpos diplomáticos, uno de sus públicos naturales.

Shabot arrancó la risa del público que, como no sucede en muchas presentaciones de libro, no pararía de reír la siguiente hora y media: “(…)quisiera, antes que todo, hacer un elogio al trabajo de Ariela. No por la larga amistad que tenemos desde hace más de 20 años, sino por mi objetividad, que es una característica mía”.

Ya en un tono más formal, la moderadora dijo que el libro, de cuyo acucioso proceso de documentación y escritura fue testigo, “(…) es un producto que sin duda enriquece a la historiografía de México, a la historiografía de las relaciones internacionales y también a la historiografía de la comunidad judía de México, y la comunidad judía norteamericana en su interrelación.”

La doctora Mari Aspe Armella, catedrática de la Universidad Iberoamericana — institución que coeditó Boicot junto con Cal y Arena—, elogió el libro categóricamente, al afirmar que es “meticuloso, innovador y congruente”, y agregó que presagia “un destino muy favorable” a esta obra que realiza un minucioso recuento de los hechos que llevaron al gobierno de Luis Echeverría a enfrentar una crisis diplomática con Israel y Estados Unidos en 1975.

Boicot no solo atiende la importancia de los embajadores, de los oficiales de los gobiernos y de los delegados de la ONU, el libro da cuenta de cómo la ciudadanía, y en particular la ciudadanía judía, pudo también ser partícipe de los procesos globales en estos hechos durante la Guerra Fría.”

 

Un libro divertido

A diferencia de Aspe, Héctor Aguilar Camín prescindió de un texto de presentación. En cambio, llevaba consigo un ejemplar anotado de Boicot. De ahí tomaba las hebras de las que tiraba para conducir una ponencia espontánea y ligera, incluso hilarante, que puso el énfasis en lo divertido del libro presentado.

Según Aguilar Camín, el conflicto que narra el libro comienza con una “grilla de cuarta, absorbida por Echeverría”, en un congreso internacional sobre la mujer, en la Ciudad de México, que sirvió para introducir la polémica afirmación de que el sionismo es una forma de racismo. Luego recordó el capítulo “delicioso, de la mecánica enloquecedora de la ONU: nada claro puede salir de ahí. Puras cosas conflictivas o tremendamente anodinas”.

“Sobre todo es la historia del gigantesco enredo internacional, provocado por la muy enredada cabeza política de un poderoso presidente mexicano que quería ser ¡secretario general de la ONU! Y lo que va quedando claro es (…) de qué manera este enredo genera nuevos enredos, y cómo obliga a invertir una inmensa cantidad de energía (…) en el camino de, por un lado, calmar a Israel y a la comunidad judía estadunidense y mexicana y, por el otro, querer seguir siendo secretario general de la ONU.”

No escatimó Aguilar Camín en elogiar la manera en que la autora reconstruyó un entramado político y diplomático tan complejo como absurdo, recurriendo a una prosa a la vez sobria y divertida: “Ariela procede como esos grandes cómicos que cuentan situaciones completamente hilarantes con cara de palo (…) y eso es lo que hace más divertido al libro.”

Seguía adelante el escritor con su show cuando, sigiloso y apenado, arribó el doctor Lorenzo Meyer por el pasillo central del patio. El afamado catedrático e investigador ocupó su asiento y escuchó con atención las palabras de Aguilar Camín que, en cierto momento, también lo aludieron: “Mari Aspe ha dicho con gran precisión sobre la calidad de la investigación, de las fuentes. Yo en esto siento muy claramente la mano de Lorenzo Meyer, que es un investigador e internacionalista de extraordinario rigor y precisión.”

Tras la cascada de aplausos que arrancó el autor de Morir en el golfo, Esthér Shabot le cedió la palabra a Meyer, quien empleó un generoso espacio para explicarle a la concurrencia los motivos de su aparente retraso: “yo llegué a tiempo pero esto es un caos.” El doctor Meyer procedió a narrar una breve comedia de enredos que lo llevó a recorrer completo el recinto oficial de la FIL en busca del sitio de la presentación. “Por eso estamos como estamos. Me parece (que era) el espíritu de Echeverría el que estaba ahí dando sus instrucciones.”

Entre frecuentes carcajadas del público Meyer, que acompañó y guió el trabajo de Katz a lo largo de varios años, dijo que el proceso de creación de Boicot llevó más de dos décadas. Se trata, sugirió, de un problema frecuente en investigaciones realizadas por mujeres, a quienes se les han impuesto obligaciones relacionadas con la crianza y la maternidad, lo que impide que concluyan su trabajo con la misma celeridad que los hombres.

También habló sobre el proceso que siguió la autora para convertir su tesis doctoral en un libro publicado por una editorial comercial: “tocó Ariela varias puertas, no vamos a decir quiénes (algunos son amigos nuestros)”, hasta que finalmente Cal y Arena se animó a publicar la historia, “que se define aquí como un pleito entre Luis Echeverría y el estado de Israel (…) Toda la política exterior mexicana es una política hacia Estados Unidos.”

Según Meyer, esto ha sido así desde la segunda mitad del siglo XIX y sigue siendo así hoy en día, con el tema de Venezuela. El mediático investigador coincidió con los otros ponentes en halagar la diversidad y originalidad de las fuentes a las que recurrió la autora para confeccionar el volumen. Dijo que “el sentido de historiar no es realmente saber qué pasó, porque eso no lo vamos a saber, probablemente ni los propios actores, —y en este caso Echeverría no creo que supiera exactamente qué era lo que estaba haciendo en el momento en que lo estaba haciendo— (…) Es (la historia) un esfuerzo por explicarnos el presente y otear un poco el futuro echando la mirada hacia atrás.”

El investigador dijo que Boicot es una historia de grupos de presión. “Los grupos de presión y de interés no tienen por objeto tomar el poder pero sí influir sobre el poder para beneficio de sus intereses.” “La comunidad judía en México, cuando acciona políticamente ( y en el libro está perfectamente bien claro) por sí misma, no puede llegar muy lejos, es la comunidad judía norteamericana (la que puede), así como México en su conjunto, todas sus políticas tienen que estar fijadas en Estados Unidos (…) la comunidad judía tiene la misma característica (…) tienen (los judíos estadunidenses)  los recursos políticos y el acceso al Departamento de Estado.”

 

Escribir la historia en tiempos de WikiLeaks

La protagonista del día tomó al fin la palabra. La usó, primero, para expresar su agradecimiento a los panelistas, a sus familiares y a quienes hicieron posible que la presentación ocurriera en un recinto tan espectacular. Después recordó que la comunidad judía en México ha sido su objeto de estudio desde hace décadas.

“Comencé a estudiar los vínculos entre los judíos de México con sus correligionarios estadounidenses para mi tesis doctoral, dirigida por el doctor Lorenzo Meyer. A lo largo del camino, el doctor Meyer dio muestras constantes de sabiduría, tolerancia y paciencia, más allá del deber. Aprovecho para agradecerle su apoyo, incluso hoy, en que aceptó venir —y perderse— en el día de su cumpleaños.” Un fuerte aplauso dirigido a Meyer interrumpió la exposición de Katz que, luego de unos segundos continuó.

Realizó un esbozo de la compleja relación de poderes, ciertamente inequitativa, entre las comunidades judías mexicana y estadunidense. Luego narró su interés por reconstruir cabalmente, como no se había hecho hasta entonces, la historia del voto de México en la ONU a favor de que el sionismo fuera considerado una forma de racismo, y del veto turístico que la comunidad judía estadunidense promovió contra México en represalia. Es decir, el boicot.

“En los muchos años que pasé investigando tuve la fortuna de viajar por el mundo conociendo archivistas y juntando documentos, y también gracias a la tecnología moderna obtuve fuentes cruciales sentada en mi escritorio y tomando un delicioso café. Efectivamente, por diversas razones, mi trabajo avanzó más lentamente de lo que yo hubiese querido pero dicen que no hay mal que por bien no venga. Pues gracias a ello, el archivo histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores desclasificó los expedientes mexicanos sobre el boicot, y en 2010, WikiLeaks puso a mi alcance inmediato todas las comunicaciones secretas del Departamento de Estado de Estados Unidos.”

La historiadora continuó su exposición contando cómo, al día siguiente de la aprobación en la ONU de la polémica resolución, una multitud de 200 mil personas se congregó en las calles de Manhattan para protestar contra ella. Cartas de protesta dirigidas a Echeverría revelaron el sentimiento estadunidense de “injusticia y traición” de un México al que hasta entonces habían considerado amigo. De ese sentimiento surgió el boicot, afirmó.

La investigación de Katz dio al traste con las versiones que aseguraban que fue la propia comunidad judía de México la promotora del boicot turístico del ’75. Al contrario, prueba que esta hizo numerosos esfuerzos por frenar el boicot, mismos que resultaron inútiles. Al terminar su exposición, la doctora Ariela Katz dijo en exclusiva para enlace judío que la comunidad judía de México es hoy en día mucho más activa políticamente que en aquel entonces. Y aseguró que “fue justamente a raíz de este episodio que la comunidad dio un paso gigante hacia la integración política al país.”

También el equilibrio de fuerzas entre nuestra comunidad y la comunidad judía estadunidense obedece a los hechos narrados en Boicot:

“Gracias a este episodio, la comunidad judía se empoderó y asumió una relación más equilibrada con la comunidad judía de Estados Unidos.” Al ser cuestionada sobre de qué forma nos ayuda su libro a entender las circunstancias actuales, la historiadora dijo que “nos ayuda a entender mejor la política mexicana. Nos ayuda, además, a entender la historia de la comunidad judía: cómo llegamos a ser el grupo que somos ahora, y nos enseña, por sobre todo, lo que podemos lograr cuando uno se compromete con su presente.”

 

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Enlace Judío México e Israel – El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, anunció este lunes que renunciaba a su cargo.

Zarif anunció su decisión por medio de un mensaje en su cuenta de Instagram.

“Me disculpo por todas las cosas que no logré llevar a cabo durante mi cargo como canciller en los últimos años. Agradezco al pueblo iraní y a sus representantes”, dijo en un mensaje escrito en farsi.

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Abbas Mousawi, vocero del viceministerio de Asuntos Exteriores, confirmó el anuncio, de acuerdo a la agencia de noticias estatal IRNA.

Se desempeñó en el cargo desde el año 2013, y fue parte clave para la consolidación del Plan de Accion Conjunto y Completo, conocido como el Acuerdo Nuclear de Irán en el 2015.

Firmado entre las potencias mundiales y Teherán, su fin es limitar la actividad nuclear del país islámico a cambio del levantamiento de sanciones económicas en su contra.

Donald Trump retiró a EE.UU. del Acuerdo en mayo del año pasado, acusando al tratado como ineficaz ante lo que considera una ambición del régimen de Teherán por lograr conseguir armas nucleares, idea que también es esbozada por el gobierno del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Hace una semana, Zarif acusó a Israel de buscar una guerra y advirtió que su comportamiento y el de EE.UU. aumenta las posibilidades de un conflicto regional.

“Ciertamente, algunas personas están buscando la guerra…Israel”, dijo en una conferencia sobre seguridad celebrada en la ciudad de Múnich, Alemania.

Zarif acusó a Israel de violar el derecho internacional al realizar ataques en Siria y criticó a las potencias europeas por no condenar su comportamiento.

Israel realiza constantemente ataques aéreos en contra de objetivos de Irán y sus aliados en Siria, donde apoya militarmente al gobierno del presidente Bashar Al-Assad desde 2013. Jerusalén considera que el establecimiento iraní en el país árabe es una amenaza para su seguridad.

“El riesgo (de guerra) es grande. El riesgo será aún mayor si ustedes continúan haciéndose la vista gorda ante las graves violaciones del derecho internacional”, apuntó.

El comportamiento de Israel y de EE.UU. elude el derecho internacional, dijo.

Zarif aseguró que por ahora, Irán sigue comprometido con Acuerdo Nuclear con las potencias mundiales y acusó a Francia, Gran Bretaña y Alemania de no hacer lo suficiente para garantizar que Teherán reciba los beneficios económicos del mismo.

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Enlace Judío México e Israel – El exjefe de los servicios de inteligencia de Venezuela, Hugo Carvajal, aseguró que un funcionario cercano a Nicolás Maduro buscó vínculos con el terrorista libanés Hezbolá, según un reporte del periódico The New York Times publicado la semana pasada.

Actividades alrededor de Hezbolá, como respecto a contrabando de drogas y corrupción, habrían sido dirigidas por el propio Maduro, el ministro del Interior, Néstor Reverol, y el exvicepresidente Tareck El Aissami.

El Aissami no sólo era un capo de la droga, dijo Carvajal, sino que también tenía conexiones con Hezbolá e intentó coordinar al grupo terrorista para que trabajaran con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia [FARC] a través de Venezuela.

En una reunión que tuvo lugar en 2009, los terroristas de Hezbolá se reunieron con El Aissami y Carvajal en Siria y les dieron a los dos representantes del estado venezolano tres rifles de asalto como regalo.

La reunión contó con la participación del diplomático venezolano Ghazi Nasr Al-Din, quien estaba estacionado en Siria en ese momento.

Etiquetado como “un partidario de Hezbolá” por el departamento del Tesoro de EE.UU., Nasr Al-Din es buscado por el FBI.

Hezbolá expresó su respaldo a Maduro poco después de que Guaidó se declarara presidente de Venezuela el pasado 23 de enero, calificó como “abiertas intervenciones norteamericanas para agitar la estabilidad de Venezuela” al movimiento opositor al gobierno chavista, y reprendió “el intento golpista contra la autoridad legítima del país”.

Con ello, Hezbolá reafirmó dentro de este lineamiento “su posicionamiento al lado del presidente Nicolás Maduro y su gobierno electo”.

El exfuncionario chavista anunció el pasado jueves su respaldo a la oposición y llamó a Nicolás Maduro un dictador, al que acusó también de tener un círculo cercano ligado a actividades de corrupción y tráfico de drogas.

De 58 años y diputado del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, exhortó a otros militares a romper filas con el presidente durante este fin de semana.

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Enlace Judío México e Israel.- El pasado jueves, en la Fundación OSDE, comenzó la muestra de arte de las pinturas “Travesias” de la sobreviviente del Holocausto Margarit Eppinger Wiez, en donde su hija, Marion, tambien superviviente, utiliza las piezas de arte para contar la historia familiar.

La siguiente, es una entrevista realizada por Radio Jai a la hija de Margarit Eppinger, Marion.

 

 

Fuente:radiojai.com

Enlace Judío México e Israel – Palestinos arrancaron este domingo unos 50 árboles plantados en Cisjordania en memoria de Ori Ansbacher, joven israelí de 19 años violada y asesinada a inicios de este mes, informó el sitio Ynet.

Los árboles se plantaron entre los asentamientos de Tekoa y Nokdim en Cisjordania, donde vive la familia Ansbacher.

En el momento mismo de la plantación se registró un enfrentamiento entre los palestinos que viven en la zona, los colonos israelíes y elementos de las FDI que tuvieron que intervenir.

Poco después, los colonos notaron que los palestinos habían arrancado los árboles recién plantados.

Un video circulado en redes sociales presuntamente muestra el momento en que fueron arrancados.

פלסטינים עוקרים עצים שנטעו לזכרה
של אורי אנסבכר ז״ל.

הרצחתם וגם ירשתם.

pic.twitter.com/yYBRvXf3wl

— Orna ☂️ אורנה (@Orna12345678) February 25, 2019

El jefe del consejo municipal de la zona de Gush Etzion, Shlomo Ne’eman, condenó el acto y dijo al respecto: “El Estado de Israel debe definir este terrorismo agrícola como terrorismo para todos los efectos, y poner fin a este fenómeno. Se debe adoptar una postura firme, ya que no podemos permitir que se perjudiquen vidas humanas”.

Mientras tanto, como parte de una iniciativa liderada por conductores de la compañía de autobuses Egged, los poemas que Ansbacher escribió en vida se imprimirán y se pegarán en los vehículos de la compañía para que puedan ser conocidos.

El presunto homicida de Ansbacher, el palestino Arafat Irfaiya de 29 años de edad, continua en prisión preventiva después de que la Corte de Magistrados de Jerusalén le extendió por dos ocasiones su período de detención.

Fuente: Ynet / Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudíoMéxico