Enlace Judío México e Israel.- Difícilmente algún judío que vive en Francia se ha escapado en por lo menos el último lustro de incidentes antisemitas: vandalismo, insultos y agresiones; también se han registrado asesinatos de judíos como el de Simone Veil, política francesa y sobreviviente del Holocausto, el 30 de junio del 2017. Tenía 90 años cuando murió. Las luces amarillas se prendieron en Francia la semana pasada en que se dieron a conocer cifras oficiales que indican que el 2018 terminó con un aumento de 74.0% en agresiones contra los judíos.

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

En este ámbito, la Fiscalía de Paris abrió una investigación por los insultos antisemitas de los que fue víctima el ensayista y filósofo Alain Finkiel Kraut el pasado 16 de febrero durante una manifestación de los chalecos amarillos, que participaban en la décima cuarta marcha de ese movimiento en París, cuando se toparon con él en el bulevar Montparmasse y le gritaron “cerdo sionista de mierda, que te jodan, gran mierda, Francia es nuestra, lárgate”.

El duro ataque verbal ha sido condenado por las máximas autoridades francesas, incluido el presidente Macron, quien dijo en su cuenta de twitter que las injurias antisemitas de las que ha sido objeto Finkielkraut son la negación absoluta de lo que somos y de lo que hace de nosotros una gran nación.

Finkielkraut (París 1949), es descendiente de judíos polacos y se autodefine “como un defensor exaltado de la identidad nacional”; en un principio apoyó a los chalecos amarillos, aunque acabó por criticar lo que se considera se ha convertido en algo “grotesco, en un movimiento que no sabe parar”. Finkielkraut, considerado por sus detractores como neoreaccionario, dijo que entre sus atacantes existe un sentimiento de hostilidad muy fuerte contra los judíos, que sobre todo atacaban a sus vínculos y posiciones sobre Israel.

Previamente, el 12 de febrero pasado, el portavoz del gobierno francés, Benjamín Griveauv, señaló que Francia necesita una respuesta penal fuerte contra los actos antisemitas. Por su parte, el Ministro de Cultura, Franc Rister, expresó que “Francia no cederá frente al antisemitismo, ante aquellos que, por su odio e ignorancia, ensucian a la República”.

Tras la reciente ola de incidentes antisemitas en Francia, 14 partidos políticos respaldaron una manifestación de protesta, que se llevó a cabo el 19 de febrero, en la que miles de personas acudieron a distintos puntos centrales de Francia para decir “no al antisemitismo”; participaron miembros de partidos políticos, asociaciones y diferentes movimientos. La manifestación fue una iniciativa del Partido Socialista de Francia. En la manifestación el expresidente Francoise Hollande argumentó que “el antisemitismo es una plaga, es un ataque a la República”; asimismo, aseguró que “el antisemitismo no es un asunto de los judíos, es un asunto de todos los franceses”, las manifestaciones se presentaron no solo en París, sino también en ciudades como Lille, Toulouse y Marsella.

También se organizó otra marcha en la zona de Ménclmontant de París, convocada por varias organizaciones, entre ellas la Unión Judía Francesa para la Paz y el Nuevo Partido Anticapitalista; el presidente Macron visitó un cementerio judío profanado y el Memorial de la Shoá (Holocausto). Es de destacar que cerca de 100 tumbas fueron bandalizadas con esvásticas en un cementerio de Estrasburgo, horas antes de las manifestaciones a nivel nacional.

Francia es la principal comunidad de judíos de Europa 500 mil y la tercera en el mundo, registra un creciente número de incidentes, cada vez más originados en grupos étnicos de origen musulmán quienes suman más de 5 millones en ese país. Ha emergido una “judeofobia Islamizada o yihalizada. En cambio, el viejo antisemitismo francés proviene de la extrema derecha y tiene sus raíces en el antisemitismo católico y nacionalismo del siglo XIX. En el presente persisten grupúsculos antisemitas de ultras y neonazis, así como una extrema izquierda donde el antisemitismo y el antisionismo suelen confundirse.

El mayor número de incidentes antisemitas se llevan a cabo en los suburbios de París o en Marsella, donde se concentran grandes poblaciones de origen árabe, particularmente de origen norteafricano. Los judíos franceses y, en general los de Europa, sobre todo los de Bélgica, Dinamarca, Alemania, Noruega y otros; no se habían sentido tan amenazados desde la Segunda Guerra Mundial. En Francia “todas las sinagogas y las escuelas judías están custodiadas por el ejército y la policía desde hace varios años”. Aunque más del 50.0% de los ataques racistas en Francia son contra los judíos, otros sectores de la población experimentan situaciones conflictivas con la población musulmana, al grado de que entre 1.7 y 2 millones de franceses están viviendo fuera de su país.

La violencia contra los judíos ha sido tan abierta y descarada que ha creado alarma en una comunidad, que, hasta principios de la década pasada, habían creído que ser judío “nunca más debería hacerles sentir miedo en Francia”. Se equivocaron.

La nueva etapa de odio contra los judíos se inició en el año 2000, el de la segunda intifada (rebelión) de los palestinos contra los judíos en “los territorios ocupados”, que acabó por desbordarse en Francia. A partir del inicio de esta etapa los picos de incidentes antisemitas se producen en los periodos más violentos en el Medio Oriente; los judíos en la diáspora son responsabilizados de las acciones del gobierno israelí, a pesar de que la gran mayoría de ellos nunca han votado en elecciones de ese país.

La autoría de muchas agresiones contra los judíos ha venido de jóvenes inspirados en la Yihad (la guerra islámica contra los que no se apegan a esta fe). “Todos los que han sido atacados tienen un punto en común: han sido víctimas del antisemitismo por lo que son, no por sus opiniones.

Ante el avance del islam radical en Francia y en Europa, un número creciente de europeos han señalado que Europa no es más su hogar; este hecho debería alertar a los líderes europeos y servir como una llamada de atención acerca del futuro de Europa.

Se estima que entre el 2013 y el inicio del 2019 entre 110 mil y 120 mil judíos han emigrado a Israel “huyendo” de la violencia antisemita. Un número indeterminado, empero, creciente, han salido para EUA, Canadá y otros destinos del Continente. Los actos vandálicos contra los judíos se multiplican rápidamente en el mundo. Llegó el momento de acallar en definitiva el antisemitismo. ¡Nunca más!

 

 

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