Enlace Judíos México e Israel – El terremoto del 19 de Septiembre de 2017 dejó varios sitios devastados en el estado de Morelos, y uno de ellos fue la escuela ‘Venustiano Carranza’, en el Municipio de Jojutla. De la noche a la mañana, sus alumnos se quedaron sin su centro de estudio.

El terremoto del 19 de Septiembre de 2017 dejó varios sitios devastados en el estado de Morelos, y uno de ellos fue la escuela ‘Venustiano Carranza’, en el Municipio de Jojutla. De la noche a la mañana, sus alumnos se quedaron sin su centro de estudio.

Pero la organización CADENA inició los primeros auxilios en tiempos de crisis. En un inicio, esta ayuda se materializaba en comida, tiendas de campaña, ropa y medicamentos, sin embargo, nadie imaginaba la sorpresa que estaba por venir, pues CADENA se propuso reconstruir la escuela, pero el dinero requerido era un gran obstáculo para lograrlo, fue así como la empresa WalMart decidió donar 10 millones de pesos, posterior a ello, más empresas se sumaron y los trabajos de reconstrucción iniciaron.

El Ingeniero Ely Saad estuvo a cargo de la obra y la tarea no era sencilla, pues el terreno era bastante pantanoso para soportar cimientos, así que los trabajos de excavación fueron más arduos y complejos de lo normal. Finalmente, y después de casi un año de trabajo, CADENA inauguró la escuela, devolviéndole a más de 400 pequeños el templo en el que todos los días construyen su futuro.

Sin más palabras que decir, el listón de inauguración fue cortado y la placa develada.

Gracias Benjamín Laniado, Isaac Levy y Fernando Mitrani por haber creado una organización que pone tan en alto el nombre de la Comunidad Judía de México. Gracias al Ingeniero Ely Saad que de manera altruista regaló tantos meses de su tiempo para que esta escuela sea una realidad. Gracias a cada uno de los miembros de CADENA por sumarse a un equipo y lograr los objetivos. Los beneficiados son ellos, los niños, y eso es lo más conmovedor de este objetivo cumplido.

Palabras del Ing. Ely Saad, quien estuvo a cargo del proyecto de construcción:

“Es para mi un honor y un orgullo estar frente a ustedes para inaugurar un proyecto que para mí y para mi equipo ha significado casi un año de trabajo y esfuerzo. En las últimas semanas, al estar poniendo los toques finales de la construcción, he estado pensando sobre el trasfondo de lo que estamos haciendo y, teniendo esto en cuenta, les quiero compartir una pequeña reflexión:

Como ustedes seguramente saben, esta escuela, que cubría las necesidades de 400 alumnos, se cayó el 19 de septiembre del 2017 por el sismo. Fue una verdadera tragedia para la localidad: a los alumnos se les trasladó a la secundaria más cercana, donde los maestros hicieron malabares para atenderlos, juntando a los grupos de diferentes grados. Asimismo CADENA instaló aulas temporales y baños en la escuela alterna, mismos que se han utilizado hasta la fecha: y, desde el miércoles 18 de abril del año pasado, comenzó el proceso reconstrucción.

En este punto quiero decirles algo que puede sonar un poco controversial pero que está detrás de nuestra filosofía de apoyo humanitario. No existen desastres naturales: la naturaleza no es lo que causa que algo se desplome. En otras palabras, esta escuela no sólo se cayó por el temblor.

Me explico: al hacer el estudio del terreno (mecánica de suelo) nos dimos cuenta de que, a menos de un metro debajo de la estructura de la escuela colapsada había agua. El terreno en el que estábamos parados era, anteriormente, un lago. Esto quiere decir que, para empezar a construir, había que hacer una enorme labor.

Primero se tuvo que excavar a profundidad y bombear toda esa agua hacia afuera. Luego hacer un mejoramiento del terreno y una plantilla de piedras con cemento mezclado con arena. Todo esto para poder desplantar una cimentación con la que no corramos el riesgo de que, por otro sismo similar, se vuelva a caer y no por lo robusto de los edificios que están a la vista, sino por los cimientos que se encuentran escondidos. Y que hoy en día no lo vemos ya que está enterrado bajo la tierra.

Todo eso solamente para poder tener un piso fuerte. Una superficie sobre la cual empezar a construir.

Y es que, en la construcción lo más importante para que algo no se caiga es que esté bien cimentado. Por eso ahora, al hacer la entrega, los invito a regirse por la misma filosofía. A los educadores que utilizarán estas aulas y la sala de cómputo, el campo de futbol y en general toda su infraestructura: ustedes tienen ahora la batuta. Si nosotros pudimos contra el agua, ustedes pueden, deben, con la misma tenacidad, atacar los rezagos educativos de este país. Porque los niños son igual de maleables que cualquier terreno, y la educación es la base para que un ciudadano adulto desarrolle la resiliencia necesaria para enfrentar los retos que vendrán.

No permitan que las generaciones que pasen por este recinto sufran de un piso inestable: construyan cimientos sólidos. Démosle cimientos a los niños para que en un futuro no se caigan con ningún temblor. Construyamos bases educativas y morales. Ahora es responsabilidad de los padres y educadores seguir con este proyecto”.

 

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