Enlace Judío México e Israel.- El Instituto Nacional de las Mujeres de México se creó en enero de 2001, como parte del impulso que hubo en décadas anteriores, tanto en México como en el resto del mundo, por incluir a las mujeres en el desarrollo, conseguir la igualdad de oportunidades y proteger sus derechos. Gracias a la lucha de las mujeres, se crearon instituciones y organizaciones tanto de la sociedad, como de los gobiernos y de los organismos internacionales.

SARA SEFCHOVICH

Sin embargo, si bien hay avances significativos, estamos aún muy lejos de que se haya conseguido todo, ni siquiera mucho, en este terreno. En nuestro país aún falta mucho para acercarnos a esas metas para las mujeres. Y por eso, era necesario que se colocara a la cabeza de la institución cuyo objetivo es el señalado, a alguien con verdaderas ganas y capacidad para hacerlo.

Y esto sucedió gracias al nombramiento que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador para dirigirlo, pues de entre las varias candidatas que se presentaron, nombró a la persona mejor preparada para desempeñar ese cargo: la doctora Nadine Gasman Zylbermann.

Ella es una judía mexicana, descendiente de inmigrantes que llegaron de Lituania a México en los años veinte del siglo pasado, médica con maestría y especialización en salud pública obtenida en las mejores universidades de Estados Unidos, y con una trayectoria de más de tres décadas dedicadas a la lucha por y para la defensa de los derechos de las mujeres, tanto en organizaciones de la sociedad civil, como en instituciones gubernamentales y en organismos internacionales. Dirigió IPAS México, organización no gubernamental internacional dedicada a los derechos sexuales y reproductivos, desde donde prestó apoyo al gobierno en el desarrollo de los Modelos Inclusivos Centralizados de Cuidados a las Víctimas/sobrevivientes de abuso sexual y cuidados postaborto.

En 2005 ingresó a la Organización de las Naciones Unidas como representante del Fondo de Población (UNFPA), desde donde apoyó a los gobiernos local y nacional de Guatemala, a organizaciones de la sociedad civil y al sector privado, en el avance de los derechos sexuales y reproductivos y salud reproductiva y para la atención a las adolescentes indígenas. Fue directora de UNA-SE, la Campaña de las Naciones Unidas del Secretario General para la eliminación de la violencia contra la mujer para América Latina y el Caribe. Fue fundadora y directora general del Grupo de Salud de América Latina (una empresa de consultoría independiente), en el que coordinó consultorías en más de 16 países en América Latina y la Organización Panamericana de la Salud. Su cargo más reciente, antes del nombramiento actual, fue el de ser representante de la Oficina de ONU Mujeres en Brasil.

Todo esto le ha permitido tener una perspectiva amplia y conocer las necesidades y prioridades de la agenda para las mujeres, así como las leyes y las instituciones que se ocupan de esto. Y por eso ha hecho propuestas, campañas, programas, iniciativas, acciones y políticas públicas de relevancia.

Y es que además de su pasión por el tema y su compromiso con él, tiene capacidad de liderazgo y es eficiente para cumplir con los encargos. Y también, y esto es importante en tiempos de austeridad, para conseguir recursos, negociar acuerdos y construir alianzas, lo que es necesario para que se cumplan los objetivos deseados.

Lo anterior le ha sido reconocido tanto por los movimientos de mujeres nacionales como latinoamericanos, pues es bien conocida en toda la región, y por instituciones como Naciones Unidas y gobiernos de varios países.

Gasman tiene claros los objetivos que pretende lograr en el INMUJERES: desde prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, hasta promover un desarrollo inclusivo; desde trabajar sobre el marco legal, hasta transversalizar la perspectiva de género hacia todas las instituciones y  políticas públicas; desde crear oportunidades, hasta promover la autonomía económica que le parece, con razón, fundamental para mejorar la vida de las mujeres; desde reconocer y retribuir su papel en el cuidado, hasta incluirlas en la toma de decisiones, y, algo que es la única que lo propone, incorporarlas como constructoras de paz en nuestro muy lastimado país.

Estos objetivos parten de una idea que muchos compartimos con ella: que el trabajo de las instituciones y organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres es de enorme importancia, pues no solo ayuda a mejorar su situación, sino la de toda la sociedad.

No olvidemos que lo que empezó como el esfuerzo de unas cuantas feministas a las que en su momento se consideró locas, terminó provocando la revolución más importante del siglo XX: la de la entrada de las mujeres en la historia y su participación en la política, la economía, la sociedad, las ciencias y las artes, las empresas y la filantropía.

Y no olvidemos tampoco que, como se dijo al principio, INMUJERES es resultado y parte de esa revolución. Por eso era de primera importancia elegir a la persona adecuada para dirigirlo, y Nadine Gasman llena sin duda ese perfil.

 

 

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