Enlace Judío México e Israel.-El titular es correcto dado que en la práctica Israel sigue ocupado por Gaza. La desconexión unilateral que Israel efectuó en el año 2005 no ha devuelto, ni un solo día, la tranquilidad a Israel y sus habitantes ¿Es posible alcanzar un acuerdo con Hamás para el cese de hostilidades? No, definitivamente no.

JOSÉ IGNACIO RODRÍGUEZ

En primer término, es necesario recordar que el concepto cese de hostilidades es un seudónimo de lo que en realidad ha pasado, está pasando y pasará entre el Estado de Israel y el grupo terrorista de Hamás en la Franja de Gaza. Las hostilidades a las que se refieren en particular los medios de comunicación son, ni más ni menos, una guerra de desgaste interminable contra Israel.

Una guerra traidora que está subvencionada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) bajo la oscura mano de una parte de Europa contagiada de antisemitismo hasta la médula. Una infinidad de asociaciones de todo tipo, a modo de recaudadores de impuestos revolucionarios, se encargan además de mantener un flujo constante de dólares para que Hamás desde Gaza, e incluso dentro del mismo Israel, sigan hostigando al Ejército y a la población civil israelí. El goteo sangriento se ha convertido en el cauce de un río de sangre de inocentes, que está clamando al Cielo.

Las palabras ya no asustan a Hamás que con cada misil, cohete o globos incendiarios que lanza hacia Israel se siente más fuerte ante la escasa respuesta en su contra, de la comunidad internacional ¿Será posible encontrar alguna fórmula para terminar la guerra contra el terrorismo de Hamás? No, definitivamente no. Las últimas declaraciones del primer ministro Benjamín Netanyahu de que devolverá a Hamás el doble de lo que lancen contra Israel debería ser tomado en cuenta por Hamás, pero no lo hará como no lo ha hecho hasta ahora.

El objetivo de Hamás, mundo árabe, islamistas, antisemitas junto con los grupos BDS son la completa destrucción del Estado de Israel y de los judíos en general. Por mucho que nosotros lo repitamos son también muchos más los que siguen ignorando el peligro que representa para la estabilidad internacional grupos afines a Hamás en Gaza o Hezbolá en Líbano y Venezuela, por citar solamente dos ejemplos.

Las infiltraciones y ramificaciones de Hamás en Israel son uno de los mayores peligros para la población civil israelí que sigue sorteando los globos incendiarios y explosivos lanzados desde Gaza gracias a su elevada capacidad de resistencia y a los sistemas de protección civil ¿Acaso Hamás no se cansará algún día de derramar sangre israelí? No, lamentablemente no. Por muy extremista que suene la única forma de derrotar a Hamás es quitarle todo el poder, en el sentido más amplio de la palabra, que ejerce sobre Gaza. Quitarle todo el poder insisto. Mientras Hamás controle la Franja de Gaza, Cisjordania, entiéndase Judea y Samaria, incluidas algunas zonas indeterminadas de Israel, los islamistas seguirán asesinando a judíos y cristianos de forma continuada.

La capacidad del Estado de Israel para tomar el control de la descontrolada Gaza de Hamás y acabar con la sangrienta dictadura islamista es incuestionable . La historia ha demostrado que la desconexión unilateral de Israel de la Franja de Gaza, como ya hemos dicho, no ha servido para detener la guerra. La política de tierra por paz se ha convertido en tierra por más sangre. La sangre de inocentes que son asesinados por el mero hecho de ser judíos. Una política influenciada de la mentalidad progresista que no ha apaciguado el odio y deseo de venganza de Hamás y su ejército de embriagados de sangre. Un grupo mercenario islámico que exige a Israel que le pague el sueldo de sus asesinos o les seguirá atacando ¿Podrá comprar la paz Israel y terminar con esta guerra? No, de ninguna manera. La paz no se puede comprar. Los que pagan tributos a los enemigos para que no los ataquen solo están retrasando lo inevitable y alargando el sufrimiento de su población. La paz con los islamistas de Hamás es absolutamente inviable, imposible e imprudente.

La “ocupación” de Israel por parte de Gaza es un hecho dramático que solo tiene un posible y definitivo final. La reiterada idea de tomar el control de nuevo de Gaza, juzgar a los dirigentes de Hamás en el Tribunal de Derechos Humanos por crímenes contra la humanidad y establecer un gobierno democrático sería el principio de un “nuevo orden” que devolviera la estabilidad progresiva a Oriente y resto de la comunidad internacional. Una cosa es la ocupación de Gaza y otra es llevar catorce años ocupándose de Gaza. Todo tiene su hora. Tiempo de paz y tiempo de guerra. Tiempo desocupación y tiempo de ocupación. Una ocupación definitiva y liberadora.

 

 

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